“Preservaremos los derechos fundamentales en el ámbito digital sin obstaculizar la innovación”

París ha servido como telón de fondo para la celebración del Foro global sobre tecnología impulsado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Una cita que, tras ser anunciada durante la Conferencia Ministerial de la Economía Digital acaecida en Gran Canaria, ha cumplido con su objetivo final de fomentar el diálogo y la cooperación sobre las oportunidades y retos políticos de nuestro tiempo. La apertura institucional ha transcurrido bajo la batuta de Mathias Cormann, secretario general de la OCDE, y Chloe Smith, secretaria de Estado de Ciencia, Innovación y Tecnología para el Reino Unido. En sintonía, ambos dirigentes han ahondado en la necesidad de poner sobre la mesa nuevas vías para aprovechar mejor los “enormes beneficios de la aceleración tecnológica y la transformación digital”, al tiempo que “se gestionan los diversos riesgos y preocupaciones asociados a ellas”.

En este sentido, han asegurado, el foro “apoya una mejor comprensión y anticipación de la rápida evolución de la tecnología”, ayudando a los actores involucrados a “identificar las herramientas políticas y las palancas necesarias para garantizar que estos avances fomenten la confianza, en consonancia con nuestros valores y principios compartidos”. Hoy en día reconocen ser conscientes de los importantes riesgos, retos y perturbaciones que hay que gestionar de manera rápida y eficiente en materia tecnológica; sin embargo, queda camino por recorrer. En dicho sendero “será importante encontrar el equilibrio adecuado para garantizar que las respuestas políticas y la regulación proporcionen niveles óptimos de certidumbre, estabilidad y seguridad, facilitando al mismo tiempo la innovación y el crecimiento continuos”. Inevitablemente esto requerirá de “políticas ágiles y con visión de futuro, además de enfoques de gobernanza que promuevan la inclusión de los derechos humanos, la cohesión social y protejan el medioambiente”.

En torno a estos cuatro ejes ha girado el panel Forjando el futuro de la frontera tecnológica, un encuentro en el que la secretaria de Estado de Transformación Digital e Inteligencia Artificial, Carme Artigas, ha ocupado un papel destacado. Durante el encuentro que ha compartido con reputados miembros como el subsecretario de Estado de Crecimiento Económico, Energía y Medioambiente de Estados Unidos, José W. Fernández; la viceministra de Eurointegración del Ministerio de Transformación Digital de Ucrania, Valeriya Ionan; y el secretario general adjunto de la OCDE, Ulrik Vestergaard, Artigas ha desgranado los desafíos que implica el desarrollo de la tecnología y ha avanzado los compromisos que se ha marcado el Gobierno de cara a la inminente presidencia española del Consejo de la Unión Europea.

Responsabilidad para con la próxima generación

Durante el citado panel, la secretaria de Estado ha hecho hincapié en la voluntad del Ejecutivo español de preservar los derechos fundamentales existentes, “incluso en el espacio digital”, sin obstaculizar la innovación al rondar el progreso tecnológico. Para lograrlo apuestan en firme por poner la tecnología al servicio de las personas, y no al revés. Siguiendo esta misma línea, Artigas ha asegurado que “nuestra generación tiene una responsabilidad muy importante hacia las generaciones venideras”. Una obligación que la representante de los del puño y la rosa articula en torno a dos vertientes: la sostenibilidad y la ética.

“Si no encontramos un modelo económico de crecimiento y progreso que sea sostenible con el planeta, no habrá planeta, no tenemos segundas oportunidades”. Lo mismo, confiesa, sucede con los retos y conflictos éticos que plantea el desarrollo tecnológico futuro. “Si esta generación no los resuelve, no habrá una segunda oportunidad para revertir el daño que vamos a crear hacia las sociedades, hacia las democracias”.

Desafíos tecnológicos en clave de cuatro

Siguiendo este mismo hilo argumental, Artigas ha hecho hincapié en los cuatro desafíos que, para ella, plantea el irrefrenable desarrollo de la tecnología. El primero de ellos, un desafío técnico; el segundo, un reto ético. “Debemos lograr que el proceso tecnológico esté en consonancia con los principios y valores democráticos que aquí compartimos. A continuación, ha detallado, un reto legal; “los derechos son concretos y específicos, debemos preguntarnos cómo podemos desarrollar un marco jurídico que los garantice”. Por último, la gobernanza, “el valor clave de este foro”. “Se trata de definir cómo vamos a poner los límites, cómo vamos a impulsar el gobierno de estas tecnologías futuras”.

Un llamado a la acción

Después de años de conversaciones de alto nivel, “necesitamos descargarlas realmente en acciones y compromisos prácticos”. Así, Artigas hacía un llamamiento a la acción poniendo de relieve la necesidad de trasladar los objetivos institucionales de la teoría a la práctica. “Se trata de una situación compleja que requiere, como digo en muchas ocasiones, de soluciones complejas. Necesitamos, por tanto, todo tipo de inteligencia, de perspectivas y enfoques. El factor del éxito aquí es que todos tengamos un hueco en la mesa”. Este es, confiesa, una de las grandes apuestas españolas: “No podemos limitarnos a hablar entre países desarrollados y muy desarrollados, tenemos que hacer evolucionar el Sur global. Podemos garantizar que nadie se quede atrás”. A modo de ejemplo, sostenía, “este foro es un momento muy importante en el que podemos implicar, por ejemplo, a la India, que ahora lidera el G-20”. “España contará ahora con la presidencia [del Consejo de la Unión Europea], será un buen ejercicio alinearlos a todos, no nos podemos permitir la fragmentación internacional”.

Otra de las grandes aspiraciones del Ejecutivo español durante su mandato en Europa, confiesa Artigas, tiene que ver con la materialización de la Ley de Inteligencia Artificial. “La única forma en la que vamos a regular es impidiendo que se obstaculice la innovación, pero garantizando que no suceda lo peor. Los marcos jurídicos son, a fin de cuentas, normas morales, hay que decirle al mundo lo que es aceptable o no”.