Un modelo operativo eficiente, la clave para una gestión de la deuda tecnológica

Contar con un “lenguaje común” entre departamentos que permita identificar si es mejor invertir en la habilitación de negocios o paliar la deuda es fundamental, concluyen los expertos tras el análisis.

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El estudio elaborado por la consultora McKinsey ha equiparado la deuda técnica con la materia oscura; se sabe de su existencia, se puede inferir su impacto, pero no se puede ver, ni medir. Desplegar un modelo operativo eficiente para su gestión es, sin embargo, una garantía de éxito.

Cerca del 30% de los CIO encuestados por McKinsey creen que más del 20% de su presupuesto técnico dedicado a nuevos productos se desvía a resolver problemas de la deuda tecnológica. De hecho, se estima que la deuda supone entre el 20% y el 40% del valor de toda su base tecnológica. Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos, casi la mitad de las empresas consultadas que completaron los programas de transformación digital no obtuvieron buenos resultados en la reducción de la deuda tecnológica.

La firma de análisis, que ha creado una métrica sobre deuda tecnológica (TDS, por sus siglas en inglés), ha hecho una relación directa entre ésta y el rendimiento empresarial. Así, ha concluido que, por lo general, aquellas empresas con mayor deuda tecnológica tienen un crecimiento en ingresos inferior y que hay poca correlación entre la edad de una empresa (que por su desempeño histórico podría haber acumulado más endeudamiento) y su deuda tecnológica.

Para llevar a cabo una exitosa gestión de la deuda tecnológica y mitigar el impacto que ésta pueda tener en el rendimiento económico de la empresa, la consultora hace una serie de recomendaciones. Como punto de partida es indispensable medir el tamaño y coste de la deuda, identificar dónde se origina y cuantificarla. Conviene seguir por ponerle precio a través de servicios de TI y adaptar el programa de restauración a las necesidades y perfil específico de la empresa.

Desde la consultora recomiendan también el establecimiento de un modelo operativo para optimizarla; contar con un “lenguaje común” que permita identificar si es mejor invertir en la habilitación de negocios o paliar la deuda es fundamental, concluyen los expertos tras el análisis.

De hecho, el documento revela el caso de una gran compañía aseguradora que puso en marcha este enfoque comprometiéndose a hacer de la deuda tecnológica una prioridad estratégica. El análisis mostró un nivel de deuda de millones de euros, proporcionando una visión económica de los activos de TI que se alinearon con la realidad en el nivel de arquitectura. Este entendimiento ayudó al CIO y al CFO a establecer una estrategia para abordarla; un mecanismo de fijación de precios en todos los costes de TI internos (con descuentos e impuestos) para calcular los fondos necesarios. Estos incentivos ayudaron a modernizar el negocio.



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