Luces y sombras de la virtualización
La virtualización aporta muchos beneficios, pero no es una opción apropiada para todas las aplicaciones de una organización. Es necesario que las empresas se tomen su tiempo para estar seguras de que la virtualización no va a tener ningún impacto sobre el rendimiento de las aplicaciones antes de implantar esta tecnología. Al menos que los responsables de tecnología preparen esta migración con cuidado, la virtualización podría llegar a suponer la paralización de ciertas aplicaciones.
Aplicaciones con alto volumen de peticiones de entrada/salida (input/output), como SQL y Exchange, pueden sufrir severas caídas en el rendimiento cuando corren en servidores virtuales. Aunque esto depende del número de usuarios y de los recursos de hardware dedicados a la aplicación, las compañías necesitan establecer baselines para asegurar que el rendimiento de cualquier aplicación que vaya a correr en un servidor virtual será el mismo que el que tendría si estuviera localizada en uno dedicado.
Es recomendable, si no imperativo, medir el rendimiento de las aplicaciones existentes en un entorno dedicado antes de llevar a cabo la migración y realizar otra vez pruebas de baseline de esas mismas aplicaciones una vez estén corriendo en un entorno virtual, para comparar y asegurar que el rendimiento será el mismo. De otra manera, la virtualización puede causar más problemas que beneficios.
Para que la virtualización se traduzca en grandes beneficios para el negocio y para los departamentos de TI, las empresas necesitan asegurarse de que los servidores son puestos en marcha de manera correcta y verificar el perfil de sus aplicaciones para garantizar que el nivel de rendimiento de éstas va a ser el mismo.
Carlo d´Amore, director ejecutivo de cuentas globales de Compuware Corporation.