La polémica del agregador divide a la banca online

Pros y contras del Agregador financiero

La banca online se encuentra dividida a la hora de implantar un “agregador” en su website, un programa que permite ver en una misma página todas las cuentas del cliente aunque sean de distinta entidad. Se trata de un servicio online que aporta mayor comodidad al usuario, aunque de momento, plantea algunas cuestiones sobre la privacidad y seguridad de las transacciones y ciertas reticencias entre los bancos.

A pesar de que la banca es uno de los sectores que más rápidamente ha adoptado Internet como un canal más dentro de la compañía, la prestación de servicios bancarios a través de Internet o banca online no acaba de despegar. La Asociación Española de Banca (AEB) estima en unos 2.404 millones de pesetas las pérdidas registradas durante el primer trimestre del año; mientras que la consultora NetJuice Consulting afirma en su informe “Banca online: La perspectiva del usuario”, que existe cierta complejidad en el uso de las funcionalidades de los sites bancarios, además de ofrecer unos servicios de atención al cliente insuficientes, lo que se traduce en desconfianza e inseguridad por parte de los usuarios.
Pero por si fuera poco, ahora surge la polémica en torno a lo que se conoce como “agregador financiero”, que está provocando ciertas “diferencias” entre las entidades bancarias y su oferta de servicios online, en una carrera por hacerse con un trozo del pastel que se estima en torno a los 2,5 millones de clientes en el 2004, según cifras reflejadas en sendos estudios de la Asociación Española de Banca (AEB) y la Asociación de Usuarios de Internet (AUI).

Agregador
Lo que se conoce como “Agregador Financiero” no es sino un programa de software que se instala en el site y permite ver en una única página todas las cuentas corrientes, recibos y valores del cliente. Este hecho provoca la reticencia de algunas entidades bancarias que no desean que otra entidad maneje los datos de un cliente, además de levantar dudas sobre la seguridad y privacidad de los datos.
La idea nació en Estados Unidos de la mano de la compañía Yodlee, que en 1999 detectó en el mercado las quejas de muchos usuarios que perdían mucho tiempo navegando para buscar y gestionar el estado de sus cuentas bancarias, inversiones bursátiles, recibos de luz, agua o teléfono, tarjetas de crédito, etc. En este proceso, el usuario tenía que ir de una página web a otra para conocer el estado de sus cuentas, por lo que Yodlee decidió desarrollar el agregador, un sistema para integrar en una misma página toda la información que demande el usuario.
El programa se conecta a un website y simula ser el usuario, de manera que funciona como interlocutor entre el cliente y el proveedor de servicio. Para ello, el cliente debe facilitar al agregador el nombre de usuario y la contraseña para cada servicio, de forma que el programa accede a la página del proveedor de la información (banco, operadora, etc) para acceder a la información y volcarla en la del usuario.
Desde el punto de vista del usuario, este sistema supone un gran atractivo, ya que al fin y al cabo, aporta mayor comodidad en la gestión de las cuentas al permitir ver la globalidad de las cifras. Al mismo tiempo, para la banca representa un handicap a la hora de captar clientes. Esta idea es avalada por el informe de NetJuice Consulting sobre banca online cuando afirma que “en la actualidad existe un debate abierto entre las entidades bancarias en torno a la conveniencia de dotar a los sites bancarios con mayor o menor cantidad de información financiera. La conclusión a la que hemos llegado es que el usuario busca principalmente una web operativa cien por cien, mientras que la entidad pretende convertir su website en un espacio para la venta de diversos productos financieros”.
No obstante, a pesar del aspecto práctico que incorpora el agregador, el sistema plantea algunos problemas de desconfianza, ya que no es fácil que un usuario acepte facilitar a un proveedor desconocido las claves de algo tan sensible y personal como son sus cuentas bancarias. Quizás ésta sea una de las razones que explique por qué el agregador no está demasiado implantado, ni es muy utilizado todavía.
Sin embargo, en España ya existen algunas entidades de banca online que lo proporcionan, como son eBankinter y Patagon. El primero en apuntarse a este sistema fue eBankinter, que lo desarrolló e implantó en su website a finales de 2000.
Patagon se sumó más tarde a esta iniciativa, pero con la característica de incorporar mayores funcionalidades que suponen una ventaja más para el usuario, ya que a la parte informativa que presenta le suma la posibilidad de realizar transacciones, es decir, el cliente puede realizar una operación o transacción entre una cuenta de una entidad distinta sin salir de la web de Patagon. Por su parte, eBankinter, ha anunciado que prepara para este año la puesta en marcha de su web transaccional, que permita operar además de recabar información.
Frente a la apuesta clara de estas entidades, otras sin embargo se muestran más recelosas, como es el caso de Uno-e, del BBVA, que de momento prefiere no sumarse a las posibilidades que brinda este sistema.
Y en este punto es donde se plantea la polémica en torno a la utilización del agregador, repitiendo así el debate que se ha abierto en todos los países donde se pretende poner en marcha.
Desde el punto de vista de una entidad bancaria, la idea se plantea inicialmente con cierta incomodidad, ya que “el diálogo con el cliente lo realiza un tercero utilizando tu información y tu tecnología”, apuntan algunas fuentes.
En otros casos, la cuestión que se plantea va más allá: “¿de quién es la contraseña que utiliza el usuario para usar los servicios de un banco, del usuario o de la entidad?”.
Además, la mayoría de las entidades bancarias no ven con buenos ojos que otra entidad maneje y procese datos de cuentas de sus clientes. Incluso hay quien asegura que se han producido casos en los que se ha tenido que cortar la conexión al detectar que el ordenador que realizaba la búsqueda no pertenecía al usuario en cuestión sino que provenía de algún sitio “diferente”.

Seguridad
Es obvio que la seguridad en este tipo de transacciones debe y tiene que ser completa, pero a la hora de la verdad, la privacidad y seguridad de los datos centran la mayor parte de las dudas que levanta el agregador. No hay que olvidar que el usuario confía en un tercero las calves de acceso a sus cuentas bancarias, y ese tercero tiene la posibilidad real de estudiarlas.
En este sentido, desde el sector de banca online se asegura que los datos referentes a la identificación del usuario, login, pasword, etc., son encriptados con potentes algorirmos, por lo que están protegidos incluso para los propios empleados de la entidad.
Sin embargo, esto no impide que la entidad pueda estudiar los movimientos del cliente y adecuar su oferta con productos personalizados, debido a las cláusulas de la contratación del agregador en las que el cliente consiente el tratamiento de sus datos personales por parte de la entidad con fines comerciales.
Pero más importante aún es la cuestión de la responsabilidad en los fallos de transmisión. ¿Qué ocurre si falla la conexión entre dos entidades ajenas al agregador, o si el cliente no se responsabiliza de ella?
En este caso la respuesta está en el propio agregador. Ya qu

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