Agentes de software

Los usuarios son remisos a leer manuales o aprender complicados lenguajes para interactuar con los ordenadores. Así se han creado interfaces amigables, sencillas e intuitivas. En plena sociedad de la información es necesaria la creación de programas que ayuden al usuario a la hora de realizar tareas basadas en ordenadores.

Los agentes han sido un área de investigación intensiva durante muchos años. Pese a ello, abundan los enfoques sobre este tema. Se intenta de alguna manera aunar todas las posibles corrientes de opinión. De hecho, es quizá lo único en lo que están de acuerdo las diferentes escuelas. Un agente de software es un programa informático que habita en ordenadores y redes y que ayuda a los usuarios en tareas relacionadas con el uso del ordenador (Pattie Maes). Éste se diferencia del software normal en que está personalizado y adaptado al cliente, tiene iniciativa, una vida larga y capacidad de adaptación autónoma. Otra definición de agente que goza de especial prestigio sobre todo entre la escuela finlandesa, afirma que un agente no es sino una entidad informática autorizada para actuar en nombre de una persona.
Los ordenadores han ido paulatinamente invadiendo todas las áreas de nuestra activida diaria, sobre todo aquéllas que tienen que ver con la administración de información. La adquisición y transformación de noticias e informaciones, el correo y los contactos sociales están cada vez más mediatizados por el uso de ordenadores. Por otro lado y simultáneamente, crece el número de usuarios que de alguna manera se quedan al margen, incapaces de adaptarse a una constante renovación tecnológica. Los continuos avances, por desgracia, no siempre suponen una mejora en la interacción máquina persona. En estos momentos los ordenadores son más o menos tontos y carentes de iniciativa. El usuario debe iniciar a mano todas las tareas.
Esto le exige el conocimiento del manejo de todas las aplicaciones que use. En un futuro muy próximo esto va a cambiar gracias a los agentes de software. La aparición de estas nuevas herramientas va a facilitar lo que se conoce como administración indirecta o delegada. Esto no va a quitarle al usuario la capacidad de interactuar directamente con el ordenador. Sin embargo, no siempre deberá realizar todos los procesos, porque podrá delegar a voluntad determinadas tareas.
El campo de los agentes de software va a conocer una expansión sin límites en los próximos años. Los analistas estiman que en los próximos siete años las distintas tecnologías se consolidarán, y los agentes de software comenzarán a ser realmentre inteligentes. Ahora bien, ¿cómo podrá el usuario distinguir entre agentes verdaderos y falsos? Porque el concepto de agente es tan goloso que en los próximos años se va a utilizar para definir productos o servicios que no lo son. Será tarea difícil. Para ayudar en esta tarea de distinguir, varias instituciones están trabajando en el campo de la estandarización de tecnologías de agente. Entre ellas se encuentran la “Agent Society”, el “Active Group”, el “WWW Consortium” y la “Foundation for Inteligent Fisical Agents”. Un agente será más agente cuanto más inteligente sea. Para ello debe ser capaz de cooperar con otros agentes, debe ser capaz de aprender y debe poseer un cierto grado de autonomía.
La idea original de utilizar agentes de software como interfaz para delegar ciertas tareas basadas en el uso de los ordenadores no es nueva. Ya en 1970 ese visionario de cabecera de la tecnología que es Nicholas Negroponte lo vaticinó en uno de sus escritos. Alan Kay recuperó la idea allí por 1984. En los noventa varios fabricantes han incorporado la idea para ilustrar de alguna manera su visión de la interacción hombre-máquina del futuro. Así se puede comprobar la presencia de agentes en determinados vídeos producidos a principios de los noventa por Apple, Digital o HP, así como en el proyecto japonés Friend 21. Las técnicas del momento no permitían más que soñar con los agentes inteligentes, pero no producirlos. Aún así, los primeros agentes de software se dedicaban sobre todo a administrar correo electrónico, gestionar agendas, recomendar opciones de ocio y filtrar news.

La mediación a la carta
Uno de los peligros de Internet es el exceso de datos. Buscar información puede ser una tarea muy costosa. En este punto los agentes de software son útiles porque nos ayudan a desentrañar la información de la Red ahorrándonos tiempo y trabajo. Los agentes que tratan con información utilizan una serie de mecanismos de filtrado. Resulta fascinante observar estos mecanismos. Una de las técnicas básicas es la que filtra en función del contenido. El filtro selecciona temas basándose en correlaciones entre el contenido de los temas y las referencias del usuario. Estos agentes buscarán temas mediante palabras clave en la cabecera o el cuerpo de las informaciones. Este tipo de filtro tiene una gran limitación: la información debe estar en un formato inteligible para el agente. Así determinados contenidos como el sonido la imagen o el video quedarán fuera de la selección, salvo que el autor de forma manual les añada las palabras clave. Para solucionar el problema del audio y video, se están diseñando agentes específicos. Otro problema de este tipo de filtro es que excluye los maravillosos hallazgos casuales fruto de la habilidad personal o el instinto del buscador humano.
Para perfeccionar este proceso s

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