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Gestionando la información de manera inteligente

ILM. Gestión del Ciclo de Vida de la Información

En un mundo dominado por el poder de la información, que se ha convertido en un activo prioritario para las empresas, ninguna corporación puede permitirse el lujo de perder datos. Hoy, las empresas se esfuerzan por garantizar la protección y almacenamiento de su información en diferentes dispositivos, dependiendo de la función de su ciclo de vida y de su valor.

En un entorno empresarial como el actual, caracterizado por la incertidumbre y el cambio constante, para asegurar su éxito, las empresas se ven obligadas a responder a las exigencias del mercado en tiempo real y a adaptarse al continuo cambio del entorno.
Las compañías necesitan contar, asimismo, con infraestructuras flexibles, soluciones adaptables a los cambios del negocio que protejan la información y permitan la continuidad del negocio y, por supuesto, que garanticen el rápido retorno de la inversión y la reducción del coste total de propiedad TCO.
A lo largo de los últimos años, la información se ha convertido en el activo más importante de las empresas tras el activo humano, lo que conlleva que las soluciones de almacenamiento estén cobrando cada vez un mayor protagonismo. El volumen de información crece un 70% anualmente, por encima de la disminución de los precios, de la disminución de la complejidad y los costes de gestión, y más rápidamente que el incremento de los presupuestos de las empresas, que están estancados o disminuyendo debido a la situación económica. Este crecimiento del volumen de la información lleva consigo el dilema del almacenamiento de los datos. Sin embargo, a pesar de que se sigue avanzando hacia la virtualización y el almacenamiento en red, que la capacidad y eficiencia de estas soluciones sigue aumentando y que los precios, sobre todo los del hardware, siguen cayendo, las restricciones de los presupuestos debido a los efectos de la situación económica obliga a las compañías a justificar el retorno de la inversión (ROI) antes de poner en marcha cualquier proyecto.
Del coste total de propiedad de una solución de almacenamiento a lo largo de su ciclo de vida, la mayoría del gasto en almacenamiento procede de la gestión y los servicios (70%). Un gasto, el de la gestión, que se está incrementando rápidamente y está haciendo crecer el coste total de propiedad (TCO). Ello significa que hay dar un paso más antes de decidir el tipo de solución más correcta, como es analizar el tipo de aplicaciones y la correspondiente información a almacenar y gestionar.
No obstante, se trata de un mercado maduro, en pleno auge, que cada vez demanda más funcionalidades y que, en opinión de los expertos y a pesar de la situación económica, será el que experimente un mayor crecimiento en los próximos años.
La situación actual del mercado se caracteriza fundamentalmente por ser un momento en el que la demanda aumenta y los precios bajan, lo que ha abierto nuevas posibilidades a empresas que antes no podían invertir en almacenamiento, como era el caso de las pequeñas y medianas empresas, y que ahora sí pueden hacerlo. Hasta hace no mucho, las soluciones iban dirigidas a las grandes corporaciones, que eran quienes tenían acceso a este tipo de tecnología debido a su elevado coste. Sin embargo, los fabricantes ofrecen hoy soluciones de gama media dirigidas a las pymes, que han comenzado a invertir en almacenamiento, fomentando un gran crecimiento en este segmento.
Debido a la importancia que ha alcanzado la información, las empresas se ven obligadas a asegurar todo tipo de datos para evitar su pérdida. Lo ideal es almacenar la información en diferentes dispositivos en función de su ciclo de vida y de su valor. Sin embargo, la tendencia muestra que se está almacenando todo tipo de datos ineficientemente en disco. De hecho, el 80% de la información es replicada por continuidad del negocio y no está en uso operacional porque son copias de seguridad. Sólo el 20% de esta información es original y, de este porcentaje, el 90% de la información almacenada en disco es raramente accedida después de 90 días.
Para corregir esta situación, lo primero que deben hacer las empresas es darse cuenta de que no toda la información es igual de crítica y, por tanto, no puede ser tratada de la misma manera. Al igual que definir su nivel de accesibilidad y disponibilidad necesarios. Para ello es necesario tratar la información de una u otra manera según su importancia y su valor, que depende de su uso, criticidad o edad –con el paso del tiempo, el valor de la información disminuye mientras su volumen aumenta–.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, se llega a la conclusión de que para hacer un uso correcto de las soluciones de almacenamiento es preciso cambiar el modo de gestionar la información, dependiendo de su valor. Así, se deben alinear los diferentes requerimientos de sus necesidades con las distintas opciones de almacenamiento, adecuar el valor de los datos a las opciones de disponibilidad y protección y tratar de automatizar lo más posible la gestión, con el objetivo de reducir la complejidad. Todo esto nos conduce al concepto de ILM –Gestión del Ciclo de Vida de la Información– ya que las necesidades varían con el tiempo y la información no tiene la misma importancia ni el mismo valor siempre. Por todo ello, es recomendable que las empresas muevan los datos que no se usen habitualmente a dispositivos más baratos, reduciendo de esta manera tanto los costes de hardware como los costes anuales de operación.
Hasta ahora, las compañías daban una respuesta táctica a sus necesidades, comprando más discos para almacenar datos, replicando en disco primario y haciendo todos los backups de la misma forma, manteniendo el status quo a la hora de gestionarlo. Sin embargo, esta respuesta no es sostenible a largo plazo, por lo que hay que pensar en una alternativa más estratégica. Las cosas han cambiado y ahora los clientes ya no solicitan simples productos con los que dar respuesta a sus necesidades más puntuales, sino que se inclinan por disponer de soluciones globales más eficientes y adaptables a los cambios, pero ello significa un mayor grado de complejidad.
Teniendo en cuenta las demandas de los clientes, el sector del almacenamiento –que debe ofrecer soluciones globales que permitan gestionar el ciclo de vida de los datos– se está dirigiendo hacia la oferta de soluciones globales de almacenamiento y no hacia la oferta de partes de la solución. Pero, en un área de criticidad creciente para las empresas como es la información, donde la capacidad crece tanto y el modelo se hace tan complejo, es necesario que los clientes cuenten con un partner que les ofrezca un alto nivel de servicios expertos disponibles para antes, durante y posterior a la definición de la solución que mejor se adapte a sus necesidades actuales y posibles cambios a lo largo de su explotación. Proporcionándoles, a su vez, la integración y el soporte de diferentes plataformas con un punto único de soporte y servicio.

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