"No todas las necesidades requieren de un espacio de datos para ser resueltas, sería como matar moscas a cañonazos"

Cuando se habla de nubes soberanas, es imposible no mencionar la iniciativa europea de soberanía del dato Gaia-X, un ambicioso proyecto puesto en marcha en 2020 con el objetivo de crear una infraestructura federada y abierta de datos para impulsar la economía del dato en Europa y prescindir de la dominación del mercado por parte de los hisperescalares estadounidenses (como AWS, Azure y Google Cloud) y asiáticos (Alibaba).

Se trata de crear estándares y protocolos transversales a un conjunto autorizado de servicios en la nube, que sean interoperables y que respeten las normativas de protección de datos del bloque. De esta forma, de definieron una serie de servicios que validará Gaia-X, como de identidad y confianza, por ejemplo, autenticación o gestión de credenciales e identidades; un catálogo federado, en la que los usuarios podrán encontrar todas las ofertas de los proveedores autorizados; servicios de intercambio de datos soberanos; y servicios de cumplimiento, para definir las políticas de incorporación y supervisar a los miembros de la iniciativa.

Daniel Sáez Domingo, director de Inteligencia Estratégica y Transferencia de ITI, es quien preside la asociación Gaia-X España, entidad que articula la iniciativa europea a nivel local. En entrevista con ComputerWorld, evalúa el avance del proyecto y sopesa los diversos retos que Gaia-X ha tenido que abordar para sacar adelante su propuesta de soberanía del dato.

“Queremos que España sea una de las regiones pionera en la adopción de las tecnologías de la economía del dato”

¿Cuántas entidades forman actualmente Gaia-X en España?

Aproximadamente seremos unas 100 entidades a final de año. En la acción constituyente de la asociación hubo unas 200 entidades interesadas, que estamos actualmente formalizando su adhesión a la entidad. El objetivo es llegar a unas 180 entidades en el permanente. Podemos decir que este año y el que viene estaremos en período de crecimiento.

¿Cuál es el impacto que Gaia-X espera tener el tejido empresarial español?

El objetivo es potenciar y fomentar la economía del dato en España, y esto es un cambio cultural, que las empresas sean data driven. En ello nos estamos focalizando dentro de la asociación como punto de referencia a nivel nacional, para resolver las dudas que pueda tener cualquier empresa de cualquier sector y definir la tecnología, modelo de negocio, estándares, regulaciones o aspectos éticos que puedan afectar a los temas relacionados con datos e inteligencia artificial. Ese es el impacto que queremos conseguir. Hay estudios que hablan de 800.000 millones de euros del impacto de la economía del dato en Europa en el año 2025 y queremos que España sea una de las regiones que sea pionera en la adopción de las tecnologías de la economía del dato.

¿Cuáles son los principales retos a los que se ha enfrentado la creación de Gaia-X? Se habla de mucha burocracia y retrasos. 

Hay que entender que Gaia-X es una iniciativa europea. Nosotros nos unimos en el 2021 porque se creó lo que es el hub español y luego vino la asociación. Decidimos crear una nueva entidad legal, una asociación sin ánimo de lucro, que es la Asociación Gaia-X España. Ahora mismo somos 15 países. 

En Gaia-X se cumple un proverbio: 'si quieres llegar rápido, ve solo, y si quieres llegar lejos, ve acompañado’. Gaia-X eligió la segunda opción, llegar lejos. Por tanto, hay que ir acompañado y se buscó un consenso entre toda la industria y el sector público. Es una de las pocas iniciativas que ha contado con un consenso de la principal industria y también de la administración pública. El alcanzar consensos es costoso, y de ahí que haya habido alguna controversia inicial en la rapidez en alcanzar los estándares que está creando Gaia-X. También hay que decir que Gaia-X surge en un marco, que es la estrategia de datos en Europa, que también es un cambio de paradigma. Europa quiere ser líder a nivel mundial en lo que es el tratamiento responsable de datos y de la inteligencia artificial, y por tanto se ha añadido un compendio de regulaciones que hacen que sea más compleja su implementación. Siempre se ha dicho que estamos en un proyecto de una década, 2020 a 2030. Estamos en el 2023, con lo cual estamos todavía en el primer período y que hay que seguir trabajando sin desfallecer. 

“Alcanzar consensos es costoso, de ahí que haya habido cuestionamientos iniciales a la rapidez de Gaia-X"

¿En qué etapa de avance está el proyecto a nivel europeo y a nivel español? Hay muchas empresas que se están adelantando al crear sus propias soluciones para Gaia-X y nubes soberanas. 

Es otra de las características de Gaia-X. El concepto de espacio de datos es vendible y sobre todo las empresas más avanzadas, más maduras, que tienen Chief Data Officer, han comprado este concepto. Y lo quieren ya, lo quieren para ayer. Gaia-X no está preparada para ofrecer esa tecnología para ayer, entonces ha habido dos líneas de avance: el propio mercado, que ha dicho 'no tengo tecnologías y estándares, necesito crear las mías', y Gaia-X, que está creando esos estándares. Para aunar ambas visiones, lo que Gaia-X ha creado es un mecanismo de compliance con cuatro etiquetas: la primera es basic conformity, quiere decir, aplicaciones o servicios que se han creado sin utilizar los estándares Gaia-X, pero que son acordes a un conjunto de criterios básicos que define Gaia-X, es el nivel más básico; y luego tres niveles, cada uno va subiendo los requerimientos que se exigen a esos servicios. El nivel 3, por ejemplo, exige que la sede principal de la empresa que está prestando un servicio que quiere ser compatible con Gaia-X esté en Europa. En ese caso, por ejemplo, los hiperescalares tipo Amazon, Google, Huawei, Apple, etc, no tienen sus sedes principales en Europa y por tanto no podrían optar a ese nivel 3. Se podrían quedar un nivel 2, nivel 1 o en basic conformity. Pero en cualquier caso no están excluidos del mercado, sólo que podrían prestar una tipología de servicios que estaría en un nivel más bajo en la conformidad.

¿Qué rol cumplen los espacios de datos por sector?

Nos hemos focalizado en cinco sectores principales que son turismo -que es la punta de lanza a nivel español-, industria, salud, agroalimentario y movilidad. Movilidad también es otro de los espacios de datos con mucho interés por parte de España, de hecho, se va a crear un consorcio utilizando una nueva fórmula que ha definido la Comisión y hay varios países, entre ellos España, que están muy interesados.

De momento, lo que estamos haciendo es organizar a los agentes que participan en un sector y en la cadena de valor de los datos del sector (por ejemplo, en turismo, tanto hoteles, agencias de viajes, el propio viajero, pero también entidades que pueden proporcionar servicios, como el entorno agroalimentario), y estamos estableciendo qué datos tiene cada uno de los agentes y qué datos pueden consumir. Además, estamos definiendo casos de uso, dónde un espacio de datos puede resolver una necesidad. No todas las necesidades necesitan un espacio de datos para ser resueltas, sería como matar moscas a cañonazos, pero estamos identificando aquellos casos de uso que sí tienen una envergadura suficiente como para poder justificar la necesidad de un espacio de datos. Eso se está haciendo en los cinco sectores. Pero no estamos restringidos a esos cinco sectores, podría haber más. De hecho, el siguiente que se va a crear es comercio, y hay otros como energía o ciudades que pueden estar también por venir. 

“Disponer de datos confiables y de calidad es crítico para poder tener una inteligencia artificial confiable y de calidad”

¿Algún caso de uso que puedas destacar?

En turismo, por ejemplo, estamos trabajando con Turismo Andalucía para fusionar datos de reservas en campings y en hoteles para ofrecer, utilizando además IA generativa, un pronóstico sobre la ocupación que puede tener un determinado establecimiento en las próximas semanas o meses. En movilidad, justamente en el Gaia-X Summit de la semana pasada, se presentó un proyecto de transporte de mercancías (que todavía no es Gaia-X compliant, pero están en el proceso de 'gaificación' de su plataforma Simple), que es un proyecto de Aidf con Puertos del Estado, Indra y otras entidades, para facilitar el intercambio de información a lo largo del viaje de un contenedor. Hay más casos que están documentados en cada grupo de trabajo.

Gaia-X se ideó en 2020, antes de que la IA tuviera la popularidad que tiene ahora. ¿Cómo han integrado esta irrupción de la IA en el proyecto? 

La inteligencia artificial, a nivel genérico, ya lleva muchos años, pero hasta que ChatGPT no triunfó nadie había oído hablar de los LLM. Independientemente de la IA generativa, la inteligencia artificial está inventada desde los años 60 o 70. ¿Qué sucede? Que hasta hace unos años no había suficiente capacidad de computación para aplicar los algoritmos de IA sobre los datos. Ahora que sí está esa infraestructura, no termina con eso. Lo importante es que cuando hablamos de datos, hablamos de calidad de datos, gobernanza, soberanía, interoperabilidad. Entonces, el disponer de datos confiables y de calidad es crítico para poder tener una inteligencia artificial confiable y de calidad, que es donde Europa quiere posicionarse a nivel mundial. Entonces digamos que hacen falta las tres grandes patas: un trusted cloud, es decir, una infraestructura cloud que tenga capacidad de computación y que sea confiable; un trusted data; y con esa combinación se pueden entrenar algoritmos de inteligencia artificial confiables.