Los españoles perciben la IA de forma positiva a pesar de no comprender su dimensión

Hoy en día, el término inteligencia artificial (IA) forma parte del abecé popular. Y es que además de haberse convertido en una de las grandes disrupciones tecnológicas de los últimos tiempos, ha arrasado en todas las esferas imaginables. Tanto es así que ya encabeza las prioridades estratégicas de la Agenda España Digital 2025 y se ha perfilado como uno de los componentes clave del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la economía española. Precisamente por este motivo un equipo de investigadores de la Universidad de Salamanca ha impulsado el primer informe público Percepción Social de la IA en España, un estudio cuyo objetivo principal consiste en establecer un barómetro longitudinal que se pueda replicar en el tiempo para fijar una medida reconocible del estado de la IA en el territorio nacional.

El estudio se apoya en una encuesta con preguntas cerradas realizadas a una muestra representativa de la ciudadanía española compuesta por 684 personas con una media de edad de 43,72 años. Del mismo se desprende que la mayoría de los españoles afirma tener un gran interés y actitud positiva frente a la IA; sin embargo, también revelan que su conocimiento sobre el tema es relativamente bajo, acentuado por la complejidad de los tecnicismos en la información buscada o recibida, y que la preocupación sobre sus riesgos es latente.

Grado de conocimiento moderado

Los resultados de la encuesta arrojan un conocimiento social moderado de la IA: un 41,19% de los participantes indicaron estar algo familiarizados, entendiendo el término, pero sin utilizarlo activamente. A pesar de ello, el interés de los ciudadanos es alto (un 44,81% muestran interés y un 29,24% mucho interés). De hecho, un 85,6% de los españoles diría que esta tecnología ha tenido un efecto positivo en la sociedad y un 74,9% está de acuerdo con que la IA ayuda a resolver problemas complejos.

De manera generalizada, las actitudes que muestran los ciudadanos son positivas. Según los datos de la encuesta, las personas perciben más beneficios que riesgos en el uso de la IA. Un 41,14% indica que los beneficios son mayores, mientras que un 48,35% considera que están equilibrados; solamente un 10,51% percibe más riesgos que beneficios. En cuanto a la percepción de la utilidad de la IA, los participantes reconocen su capacidad para resolver problemas complejos, mejorar la productividad, tomar decisiones rápidas y efectivas, así como actuar de manera autónoma.

Preocupaciones sociales

Entre las razones por las que la ciudadanía siente preocupación hacia el uso de la IA se encuentran la pérdida de trabajos humanos, el mal uso que las personas puedan hacer de la tecnología o sus implicaciones en la privacidad digital y la piratería. Todo ello, como ya viene siendo habitual, unido a los sesgos de la IA. La principal preocupación de sesgo en el desarrollo de programas que usan IA es la representación del género, seguido por los grupos raciales y étnicos y los puntos de vista políticos. El sesgo histórico es el que refleja mayor preocupación (52,28%), seguido por el sesgo de representación (46,33%), el sesgo de evaluación (44,56%), el sesgo de medición (43,29%), el sesgo de revisión humana (42,53%) y el sesgo de agregación (42,28%).

En este contexto, la ciudadanía pone de relieve la necesidad de promover una educación y concienciación en la materia, además de impulsar una regulación que aborde las preocupaciones sociales y garantice un uso ético y responsable en España.