El futuro del sector financiero lo asegurará la colaboración entre banca y fintech

Ni las fintech acabarán con la banca ni los bancos tradicionales crearán sus propias fintech; el secreto está en buscar una relación simbiótica.

fintech

Es tal vez uno de los mitos más extendidos en los mentideros del sector financiero: las compañías fintech, esto es, aquellas que proponen servicios y soluciones tecnológicas disruptivas para este sector, acabarán por desplazar el reinado de las entidades tradicionales. Por otro lado y con respecto a la gran banca, más le vale crear modelos innovadores in house, o de lo contrario, se arriesga a quedarse a la cola.

Pero nada de esto es cierto. Tal y como se desprende del Informe mundial de FinTech elaborado por la consultora Capgemini y LinkedIn con ayuda de Efma, la relación entre startups y grandes entidades financieras tradicionales debe ser simbiótica. Las pequeñas empresas innovadoras deben aprovechar la escala, el producto y el servicio de la banca tradicional; ésta por su parte debe beneficiarse del buen hacer sobre datos, analítica y experiencia de usuario que tienen las startups.

Según el informe el 90% de las fintech se ven a sí mismas como capaces de proporcionar agilidad frente a sistemas tradicionales y de mejorar la experiencia del cliente, además, el 76% menciona su capacidad de desarrollo de nuevos productos y servicios y la aplicación de un ingrediente innovador a los ya existentes como principal valor añadido.

“Los bancos tienen muchas de las herramientas que necesitan las startups”, ha dicho Elías Ghanem, vicepresidente, responsable Fintech de Capgemini para Europa continental. “Muchas startups que quieren dar el salto al mercado me han dicho que lo que necesitan principalmente es escala”, ha compartido el ejecutivo.

Las fintech, ha seguido, van a fracasar si no pueden escalar. Por eso, hay que pensar en una relación simbiótica con los bancos y no en una relación de competencia, ha recomendado. El concepto de build and buy que aplicaban las grandes entidades ha muerto; la nueva verdad descansa en la economía colaborativa. Esta, asegura la agilidad en los procesos de idear, desarrollar y poner en marcha proyectos.

“Cualquier idea, colaborando con startups, puede salir en tres meses”, ha asegurado.

Las principales barreras para adoptar una cultura colaborativa varían dependiendo del perfil de empresa. Para las fintech la principal preocupación es la falta de agilidad de las grandes entidades a la hora de colaborar, mientras que para las empresas tradicionales las barreras son el impacto negativo en la confianza del cliente, la marca y el cambio de cultura interna.



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