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Jaime Martorell (PERTE Chip): “España tiene tanto talento o más que otros países en el ámbito de la microelectrónica”

El comisionado especial para el PERTE de Microelectrónica y Semiconductores, Jaime Martorell, subraya en una entrevista con ComputerWorld, que, aunque las habrá, “traer fábricas a España no es el único eje del proyecto ni el más trascendental”. El directivo confirma que un potencial cambio de Gobierno en el país no afectará a esta iniciativa, que tendrá continuidad más allá de 2026.

Jaime Martorell, comisionado especial del PERTE Chip
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Esther Macías / Imagen: Juan Márquez

 

Los chips son fundamentales en la economía digital moderna. Gracias a ellos funcionan los ordenadores y los móviles, pero también los coches y muchos otros equipos electrónicos que operan en industrias críticas como la sanitaria o la energética, por citar algunas. Europa, como se vio durante la pandemia y la crisis que ésta generó en la cadena de suministro —que afectó  especialmente al mercado de los microprocesadores— es altamente dependiente de Asia, sobre todo de Taiwán, cuya cuota de mercado en producción de chips asciende al 56% (con TSMC como estandarte) y de Corea del Sur, con un 17% de cuota (y Samsung en cabeza). 

Frente a estos países, la Unión Europea apenas produce el 8% de los chips a escala global, pero trabaja desde 2022 con el objetivo de que este porcentaje ascienda al 20% en 2030, mediante iniciativas como la European Chips Act (ECA), conocida como Chips Act, una propuesta legislativa de la Comisión para fomentar la producción de semiconductores en la región, y que se enmarca en el plan de inversiones Chips for Europe, que se extenderá al menos hasta 2030 y pretende establecer a Europa como un estandarte de este mercado.

España trabaja en línea con la UE para materializar este objetivo y hace más de un año puso en marcha el PERTE de Microelectrónica y Semiconductores, más conocido como ‘PERTE Chip’, un proyecto estratégico que movilizará una inversión pública de 12.250 millones de euros hasta 2027 y que persigue convertir al país en un referente en el diseño y fabricación de chips. Al frente de esta ambiciosa iniciativa, como comisionado especial, se encuentra Jaime Martorell, un histórico directivo del sector de TI en España; no en vano, fue un pionero en Silicon Valley donde tuvo sede la empresa de semiconductores Logic Devices, fundada por él en 1983. En 1987, regresó a España para ser el director general de ATT Microelectrónica y, con posterioridad, ha sido también presidente de Motorola en España y director general de ONO. ComputerWorld charló la pasada semana con este experto sobre la marcha del propio PERTE y el futuro del sector de la microelectrónica en España y en Europa.

 


Se ha cumplido recientemente un año del lanzamiento del PERTE Chip. Aseguraba recientemente en público que durante este periodo han colaborado con la industria, los centros de investigación y con instituciones europeas y mundiales, pero, exactamente, ¿en qué han estado trabajando? 

El PERTE se aprobó a finales de mayo de 2022 y yo me incorporé al proyecto a finales de junio. Este año hemos realizado un trabajo muy intenso que ha consistido en recorrer todo el ecosistema de la microelectrónica en España, tanto las empresas de este ámbito como las instituciones científicas, las universidades, los centros de investigación… y en prácticamente todas las regiones de España. De hecho, en algunos casos, hemos visitado más de una vez algún centro. 

En la actualidad, disponemos de una visión muy completa del estado de este ecosistema, de esta industria y de dónde podemos apoyar con el PERTE Chip a estas organizaciones para que continúen desarrollando sus actividades.

Además, desde el principio del proyecto, estamos centrados en el eje más cuantioso en lo que respecta a recursos del PERTE, que es el de traer una o dos fábricas de chips a España; no obstante, este no es ni el único eje ni el más trascendental. 

 

Pero sí es el asunto que más expectación genera en el mercado. ¿Puede contarnos cómo se encuentra este proyecto en concreto? ¿Con qué empresas están hablando para que implanten fábricas de procesadores en España?

Estamos hablando con posibles partners para estos proyectos, pero son procesos que exigen, por razones obvias, una cierta confidencialidad.

 

De acuerdo, no puede desvelar los nombres de las empresas interesadas en abrir una fábrica en España, pero ¿al menos puede contarnos qué emplazamientos barajan? Se habla de Canarias o Andalucía como dos posibles ubicaciones para alguna de las futuras plantas.

No hay una comunidad autónoma más favorable que otra. En las conversaciones que hemos tenido, muchas de las empresas ofrecen una gran flexibilidad y muchas aún quieren conocer más España; de hecho, algunas se han recorrido prácticamente todas las regiones, de forma que depende realmente del partner de la empresa la elección de la ubicación. Nosotros no influimos en este sentido, lo que hacemos es ayudar a las empresas a que hagan sus procesos de due diligence y los estudios pertinentes para seleccionar el lugar que consideran que es más adecuado.

 

“Traer fábricas a España no es el único eje del PERTE Chip ni el más trascendental”

 

 

En todo caso, habrá una o dos fábricas de chips en España, esto se va a producir, ¿verdad?

Sí, pero es importante matizar un par de puntos. El origen del PERTE Chip radica en la Chips Act europea, una iniciativa de la UE comparable a la que también ha impulsado Estados Unidos para responder a la situación geopolítica actual y al hecho de que falta capacidad de fabricación en ambos sitios, pues el gran peso de la producción de semiconductores está en Asia. 

Dentro de este contexto, Europa ha diseñado la Chips Act con el objetivo de recuperar capacidad de producción de chips; se trata de una iniciativa que cubre todo el espectro de fabricación, desde la producción de las obleas a la creación de los chips, pasando por otras fases como el ensamblaje, el encapsulado, etc. Es decir, aunque se ha centrado mucho la atención en la parte de las llamadas foundries, las plantas donde se fabrican la oblea y, por encima de esta, el propio chip, y, de hecho, esta es la fase que conlleva una inversión más cuantiosa —hablamos de miles de millones para cada una de estas fábricas avanzadas—, tan importante es esta fase como las demás. De hecho, la Chips Act no se centra en si la fábrica es de cinco nanómetros o de uno, sino en si es una tecnología novedosa en Europa, puesto que competir con Asia sería un poco absurdo. En definitiva, lo que busca esta medida es que se establezcan en Europa etapas de fabricación de chips que sean novedosas o pioneras en la región.

 

El objetivo de Bruselas es que el 20% de la fabricación de chips a escala mundial se realice en Europa en 2030, frente al 8% actual. ¿Lo ve factible? ¿No es muy ambicioso?

Sí, es un reto muy ambicioso porque supone multiplicar por cuatro o más la capacidad actual de fabricación y porque es un periodo relativamente corto, dado que poner en marcha una planta avanzada lleva entre tres y cinco años (tres para construirla y dos más para  escalar su capacidad), de modo que no queda mucho tiempo, teniendo en cuenta que estamos en 2023.

 

España no es el único país que está promoviendo proyectos estratégicos a nivel estatal para fomentar el mercado de microchips, ¿cómo ve las propuestas de otros de nuestro entorno, como Italia, Francia o Alemania?

Francia, Alemania e Italia, curiosamente, iniciaron este proceso antes de que en España empezáramos el PERTE Chip, por tanto, tienen cierta ventaja en el tiempo; no obstante, esto no significa que en España no vayamos a conseguir los objetivos. Hay mucho recorrido que hacer y estoy convencido de que los lograremos.

 

 

"Francia, Alemania e Italia iniciaron este proceso antes de que en España empezáramos el PERTE Chip, por tanto, tienen cierta ventaja en el tiempo; pero esto no significa que en España no vayamos a conseguir los objetivos. [...] Estoy convencido de que los lograremos"

 

 

 

En el terreno del diseño de chips, una empresa como la multinacional estadounidense Cisco sí está trabajando en la puesta en marcha de un centro en Barcelona, un proyecto que, como nos comentó recientemente el director general para España de la compañía, ésta se había propuesto llevar a cabo “con o sin PERTE”; también nos comentó que cuando empezaron a plantearse este proyecto se percataron de que a nivel estatal faltaba una visión global y única del sector de electrónica y, más concretamente, de microelectrónica... 

Lo que existe es falta de talento, sobre todo en el área de diseño de chips, que es a lo que se dedica Cisco en este ámbito; no obstante, yo diría que España tiene tanto talento o más que otros países en el sector de la microelectrónica. Además, ahora estamos en el proceso de lanzar una convocatoria para realizar cátedras de diseño de chips. Precisamente, uno de los ejes del PERTE es el desarrollo del talento, de la capacidad de diseño y el fomento de la disponibilidad de ingenieros preparados que puedan acometer cada vez más diseños.

Pero, repito, en la actualidad, hay mucho talento en España. Hay centros enteros expertos en diseño de chips y empresas internacionales dedicadas a esta área ubicadas en nuestro país y con ingenieros españoles; hay centros de investigación y las universidades también se están centrando en este ámbito, y nosotros lo vamos a potenciar aún más con estas cátedras aportando recursos para poder tener los equipos avanzados necesarios para crear los diseños y también capacitar a los catedráticos de forma que puedan formar a ingenieros en esta materia.

 

¿Cuándo empiezan estas cátedras?

De forma inminente. Estarán a finales de este mes de junio.

 

Precisamente, un reciente informe sobre la situación del ecosistema español de microelectrónica elaborado por Ametic destaca la escasez de talento especializado como la mayor barrera para innovar en este segmento, aunque también hay otros como la incertidumbre en el plazo de retorno de la inversión, la dificultad para obtener ayudas públicas o financiación privada y el reducido tamaño de las empresas que operan en este ámbito, entre otros. ¿Qué opina de estos desafíos y cómo ayudará el PERTE Chip a superarlos?

Hay que fiarse de este informe, que contiene mucha información y datos a destacar, como el número de empresas e ingenieros que están haciendo diseños y donde se pone de manifiesto que, en efecto, falta talento especializado; pero este problema no es solo de España sino global. Todas las multinacionales están a la búsqueda de países donde haya esta disponibilidad de profesionales. Por otro lado, es una lástima que España tenga mucho talento fuera del país. Esperamos que con el desarrollo del PERTE y de esta industria haya muchos ingenieros que quieran volver a España.

 

 

 

 

Más allá de las subvenciones y ayudas, ¿por qué España es un país atractivo, tanto para estos ingenieros que menciona como para las empresas que están buscando dónde implantar proyectos relacionados con la fabricación de chips?

Al final las subvenciones son parecidas por parte de cualquier país europeo, pero España es muy atractiva en muchos aspectos. Primero, insisto, a pesar de que nos gustaría tener mucho más, sí hay talento en España. Una de las empresas que lo ha visto es Cisco, que quiere captar este talento y abrir un centro de diseño en el país.

También hay grandes centros de investigación y desarrollo, muchos de ellos muy conocidos tanto a nivel universitario como científico. Contamos con el Centro de Supercomputación de Barcelona, prácticamente el más avanzado de Europa, sobre todo en este momento en el que ha implantado un nuevo superordenador y está a la cabeza del sector en este continente.

En España hay mucho talento y centros científicos en tecnologías como la fotónica y existe  mucha actividad científica y de desarrollo en el mundo de la tecnología cuántica, que es el futuro de la microelectrónica; porque los chips tradicionales seguirán existiendo pero tanto el segmento de la fotónica como la cuántica crecen a una velocidad muy superior al mundo de los semiconductores tradicionales (en el caso de la primera, a un ritmo de un 70%). Además, la fotónica está muy vinculada a un sector en el que España es potente como es el de automoción.

 

El próximo 23 de julio hay elecciones generales en España. ¿Cómo puede impactar en este proyecto un potencial cambio del Gobierno?

Yo espero que no tenga ningún impacto; nosotros seguiremos trabajando en el proyecto, además, estamos en un momento de mucha actividad pues hemos lanzado el programa Misiones Chip [para financiar proyectos de I+D empresarial en cooperación] y ahora vamos a lanzar las cátedras; estamos evaluando proyectos muy importantes en cuanto a la dimensión y la inversión en desarrollo científico de la microelectrónica, tanto en la microelectrónica tradicional como en fotónica y cuántica. En algunas regiones de España hay centros muy potentes y continuamos hablando con potenciales partners para la parte de fabricación también.

 

Por tanto, si se produjera un cambio del Ejecutivo este proyecto continuaría.

Por mi parte, desde luego. Pero no contemplamos esto, lo que estamos es enfocados en no perder el momentum para conseguir los objetivos porque la Chips Act contempla un periodo de tiempo, hasta finales de 2026, y no nos sobra el tiempo. 

Por otro lado, hay que recordar que cada PERTE tiene una estructura y forma de gestión y, en nuestro caso, por razones prácticas y necesarias, desde el punto de vista institucional el PERTE Chip se divide entre la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales y la Vicepresidencia Primera del Gobierno, pero, en lo que respecta al comisionado especial del PERTE, este es administrador único de una empresa, llamada SEMyS (Sociedad Estatal de Microelectrónica y Semiconductores) que es 100% de SEPIDES, grupo empresarial bajo el paraguas de la Sociedad de Participaciones Industriales (SEPI), organismo público dependiente del Ministerio de Hacienda. Esta estructura nos permite ejecutar con mayor celeridad inversiones puntuales en determinados proyectos y, además, ofrece una continuidad en el tiempo. SEMyS es y seguirá siendo un centro de inversión en microelectrónica con continuidad más allá de 2026.

 

 

"La Sociedad Estatal de Microelectrónica y Semiconductores (SEMyS) es y seguirá siendo un centro de inversión en microelectrónica con continuidad más allá de 2026"

 

 

¿Cuántas personas trabajan en SEMyS?

Somos tres, pero tenemos el apoyo tanto de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones como del área de la Vicepresidencia Primera Económica y trabajamos muy de cerca con otros como el Ministerio de Ciencia e Innovación o con el de Industria, porque una parte significativa del PERTE Chip está en los IPCEI [Proyectos importantes de interés común europeo] donde este último ministerio también tiene un rol muy relevante.

 

Al margen de la comentada Chips Act, Bruselas ha anunciado que destinará 8.100 millones de euros a 14 países (España entre ellos) para potenciar el desarrollo de microprocesadores europeos. ¿Cómo ayudará esto al desarrollo del sector de la microelectrónica?

Este montante se refiere a los IPCEI que comentaba. España ha tenido (porque ya se han adjudicado) una participación muy relevante dentro del sector de la microelectrónica y ahora esto se materializará en proyectos con muchos recursos para potenciar estos proyectos y desarrollarlos en los próximos cuatro años.

 

Antes comentábamos que Estados Unidos está en un proceso similar al de la UE, desarrollando su propia industria de chips, ¿pero cómo ve su posicionamiento respecto a Europa? 

Su situación es similar a la de Europa en el sentido de que tiene poca cuota de mercado en fabricación de chips, un 12%, muy similar a la europea, del 8%. Estados Unidos tiene el mismo reto que Europa de recuperar cuota de mercado e incrementar la capacidad de fabricación. 

Por otra parte, Estados Unidos sí tiene una ventaja muy importante respecto a Europa en la capacidad de diseño, con una cuota del 65% en esta área frente al 8 o 10% que tiene Europa. Además, los diseños que se hacen en Estados Unidos están más centrados en telecomunicaciones, altas prestaciones, defensa… mientras que los que se crean en Europa, en una gran parte, están enfocados en la industria de la automoción y el sector industrial. Por tanto, Estados Unidos tiene la ventaja de ser el mayor generador de diseños de microchips a nivel mundial, pero, en el fondo, los dos contendientes tenemos el mismo objetivo de recuperar el porcentaje de producción y, de alguna manera, reducir la dependencia de Taiwán y Corea del Sur.

Estados Unidos ha lanzado su propia ley de chips con expectativas más ambiciosas respecto a la tecnología, pero con la vocación de recuperar cuota de mercado. En Europa reconocemos que la parte de los diseños que se realizan aquí no requieren tecnologías tan punteras, pero son fundamentales para las industrias que tenemos. En definitiva, ambos países viven una situación paralela con aspectos distintos pero con el mismo reto y el mismo objetivo.

 

 

"Estados Unidos tiene el mismo reto que Europa de recuperar cuota de mercado e incrementar la capacidad de fabricación"

 

 

Mientras que los chips escaseaban durante la pandemia por la parálisis de la cadena de suministro, la realidad es que hoy la oferta supera a la demanda y este mercado está cayendo (los analistas prevén una caída de entre un 3,6% y un 5,3% para finales de este año). ¿Cómo ve este panorama y qué impacto puede tener esta sobreoferta en los planes de Europa para el mercado de semiconductores?

La situación responde al ciclo normal de la industria de la microelectrónica. Llevo 45 años en esta industria y siempre ha habido ciclos, pero con tendencia a crecer. De hecho, si miramos los datos históricos, este mercado ha ido creciendo a lo largo de los años de forma muy importante, aunque haciendo subidas y bajadas. En los últimos años, la escasez de chips se ha debido a la pandemia, pero la industria ha sido capaz de recuperar esta falta y los pedidos atrasados y se ha puesto al día de forma que ahora hay más oferta que demanda. Esto tiene un impacto en el precio de los chips porque cuando hay escasez los precios suben y viceversa. Pero es típico de esta industria.

 

Lleva 45 años en este mercado. ¿Qué destacaría de esta industria? ¿Qué le ha sorprendido?

Es fabuloso lo que se ha desarrollado y el nivel tecnológico que existe en la fabricación de chips, un nivel que no podíamos imaginar ni siquiera hace 10 años. Cuando observamos la capacidad de fotolitografía para llegar a estos nodos tan ínfimos estamos hablando de una proyección del rayo ultravioleta casi al nivel del átomo. Hablar de 2 o 3 nanómetros es hablar casi a nivel del átomo; incluso ya se está hablando de subnanómetros. 

El ser humano es capaz de hacer cosas increíbles. Me ha sorprendido el nivel tecnológico que se ha adquirido en este sector. También me llama la atención las nuevas oportunidades que están surgiendo. Hasta ahora se ha trabajado en la microelectrónica tradicional, pero están emergiendo nuevas tecnologías de fotónica y la propia cuántica, que ya empieza a tener desarrollos funcionales. Son avances extraordinarios desde el punto de vista científico. Es muy interesante formar parte de esta industria. 


 



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