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Falsos diplomas

La evidencia de que aproximadamente un centenar de academias estaban entregando diplomas por la realización de cursos de microinformática, en los que figuraba el nombre de la Facultad de Informática, su logotipo, y su sello, e incluso la supuesta firma -porque el afectado asegura que es falsa- de uno de sus catedráticos, exige que el caso se examine e investigue con precisión y en profundidad, penalizando los abusos, y arbitrando escarmientos que contribuyan a disuadir a quienes pudieran estimar rentable asumir un mínimo o testimonial riesgo cuando tienen la oportunidad de lograr fácilmente sustanciosas ventajas económicas. Porque, estimándose en unos 80.000 los diplomas entregados con el marchamo que los otorgaba categoría -la que confería el supuesto aval de la Facultad de Informática- que ahora se están cuestionando por considerarlos fraudulentos, y teniendo en cuenta que el precio medio de cada curso está en unas 250.000 pesetas, la cantidad resultante tiene el suficiente peso como para que se preste la debida atención a los procedimientos empleados para conseguirla.
No hay que sacar las cosas de quicio cayendo en la tentación de hacer demagogia sobre hipotéticas consecuencias desagradables, que pudieran dañar de algún modo a los alumnos poseedores de uno de esos diplomas fraudulentos. Los alumnos han recibido una formación, buena, regular, o mala, y según el contenido de éstas consideraciones, verán aumentadas o lastradas sus posibilidades de acceder a un empleo. Porque, así como les va a servir para incluirlo en su curriculum sin que nadie ponga objeciones a un documento tan extraordinariamente avalado, también significará una aceptable credencial ante el responsable de la compañía que tenga intención de contratarle, y que sólo examinará si ha asimilado aceptablemente las enseñanzas que le impartieron. Pero esto no impide que, como alumno que se considera engañado por las bendiciones falsas estampadas en el documento que acredita sus estudios, intente la ayuda de la Justicia por si pudiera recuperar algo del dinero que entregó, invocando descarada estafa.
En estos momentos se hace imprescindible que, con la máxima urgencia -puesto que los cursos continúan, y deberá saberse si se van a expedir los diplomas con idéntico refrendo- aporten la clarificación necesaria quienes disponen de la clave para resolver cualquier duda: Facultad de Informática y Rectorado de la Politécnica. No sirven ambigüedades ni dilaciones -que tampoco se comprenderían-; se impone, por lo delicado del caso, la concreción.

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