Nuevos jefes, nuevos roles

Un futuro complicado para los profesionales informáticos

Hay una regla antigua y fiable al predecir el futuro, según la cual el impacto previsto de un cambio de modelo o paradigma importante se sobrestima considerablemente a corto plazo pero se subestima también de manera importante a largo plazo. Dado que el sector de Tecnologías de la Información está cambiando profundamente, parece natural que las carreras de los profesionales informáticos resulten también profundamente afectadas. El motor más importante del cambio consistirá en que se dependerá cada vez en mayor medida de los servicios de red. Puede imaginarse lo que sucederá cuando una compañía se encuentre privada cada vez más del software y de los sistemas con los que funciona. En lugar de instalar y gestionar productos, la empresa contratará en la mayoría de los casos diversos servicios online. Así, los departamentos de contabilidad, recursos humanos y servicio al cliente adquirirán capacidades online, lo mismo que se compran actualmente servicios telefónicos o de electricidad. De forma similar, la tendencia es hacia un entorno en el que en gran medida no existen preocupaciones por la gestión física de la red. Adquirir capacidad de red o subcontratar mediante outsourcing un sistema de mensajes unificado será muy parecido a la compra de servicios actual, y el énfasis principal estará en unos servicios en los que se preste una atención considerablemente menor a los equipos en los locales del cliente. Así, la empresa no comprará ni gestionará routers o conmutadores, sino que lo hará el proveedor de servicios. La utilización de la tecnología se moverá en esta dirección porque es la ruta más económica. Los servicios de red permiten que unos talentos y unos conocimientos escasos sean aprovechados más completamente. No tiene sentido para ninguna compañía poseer su propia experiencia y capacidad en SAP, Oracle, Cisco u otras tecnologías similares, y por lo tanto la demanda de conocimientos técnicos no procederá ya de las compañías que son los usuarios finales, sino de los proveedores de servicios propiamente dichos. Dentro de una década, muchos profesionales estarán trabajando para vendedores de Tecnología de la Información, que probablemente les pagarán mejor y les tratarán con mayor respeto. Los servicios de red acelerarán también la independencia de las unidades comerciales. Es mucho más fácil para los departamentos adquirir servicios de TI que gestionar su propia actividad de TI. Sin embargo, para adoptar decisiones comerciales correctas, los usuarios finales necesitarán comprender, por ejemplo, cómo funcionan realmente la publicidad, la actividad de marketing y el proceso de transacciones en la Internet. Los profesionales capacitados y con conocimientos sobre funciones comerciales específicas serán objeto de gran demanda, y como consecuencia de ello muchos profesionales trabajarán en departamentos de usuarios finales. Las operaciones de TI centralizadas no desaparecerán totalmente, sino que serán mucho más pequeñas y, en muchas formas, también mucho menos estratégicas. Dentro de veinte años, los estudiantes de economía se sorprenderán al oír hablar de un tiempo en el que lo que se conocía como "proceso de la información" estaba en realidad separado de la empresa propiamente dicha y de que la mayoría de las grandes compañías insistían en mantener una serie completa de conocimientos de TI centralizados. Esa época está a punto de terminar, y los profesionales informáticos tendrán un conjunto totalmente nuevo de jefes y de oportunidades. El renacimiento de la gestión matricial ----------------------------------------------------- Por regla general, los directores de nivel superior son personas que se distinguen por su perspicacia y sagacidad, aunque, como regla específica, los de mayor éxito entre ellos no sólo son sagaces, sino que suelen ser inteligentes y estar bien informados. Y desarrollan el juego de la política muy seriamente. No sólo son directores de proyecto; son directores de campaña. Aunque en ocasiones mencionan a los clásicos, en el fondo de sus mentes corporativas están pensando en Maquiavelo. No conviene enfrentarse a ellos. Es por ese motivo que su reacción ante el reciente renacimiento de la "gestión en matriz" o "gestión matricial" en el sector de TI puede ser merecedora de atención especial. El objetivo de esta gestión matricial es, naturalmente, alinear el sector de las TI y sus fuerzas digitales con las líneas de negocio de la empresa, presumiblemente rentables. La tendencia ha consistido hasta ahora en hacer que las personas del área técnica respondan tanto ante un jefe técnico (o un jefe de finanzas u operaciones) como ante un jefe de línea-de-negocio, para garantizar que se integre directamente en el gráfico organizacional de la empresa la colaboración/cooperación apropiada. Lo que se desea es que este alineamiento en matriz mejore la efectividad de los costos, la coordinación, la productividad, y otras cosas similares. Naturalmente, esa estructura difícilmente puede ser una verdadera matriz, pero todo el mundo sabe que los conceptos de gestión y los conceptos matemáticos son cosas radicalmente diferentes. En realidad, esa estructura bicéfala de gestión parece ejercer un impacto electrizante sobre la forma en que los directores de nivel superior se insertan en las cuestiones del área técnica y sobre cómo se resuelven las disputas para un diseño y despliegue legítimos y apropiados de la Tecnología de la Información. ¿Es ese impacto electrizante un resultado útil de un diseño organizacional inteligente, o es el objetivo de lo que podría llamarse un "cinismo estratégico"? Cada cual deberá juzgar por sí mismo. Conviene comenzar por la cuestión más simple y más importante. ¿Quién se beneficia realmente de una estructura de gestión matricial? Y después habrá que plantearse la consecuencia lógica: ¿Quién consigue así realmente ejercer poder e influencia? Las respuestas son simples e importantes: Los principales beneficiarios y detentadores de poder de una estructura de gestión matricial son los directores de nivel superior. Absolutamente. El motivo de esto es que la gestión matricial garantiza que habrá líneas superpuestas de responsabilidad y subordinación entre grupos que tienen diferentes objetivos, incentivos y sensibilidades. En otras palabras, la gestión matricial garantiza el conflicto. Naturalmente, la existencia de conflictos no tiene nada de malo. Los conflictos en la gestión pueden ser saludables y productivos. Sin embargo, son muchos los Maquiavelos de la gestión que afirman que la gestión matricial garantiza también que los directores de nivel superior tendrán que intervenir para resolver precisamente los conflictos y disputas causadas por el diseño organizacional. ¿Un planteamiento inteligente, no es así? En realidad, en lugar de promover la colaboración y la cooperación, la gestión matricial fomenta un intenso juego político destinado a conseguir que El Hombre Importante (o la Mujer Importante) controle la organización de TI en la forma más conveniente para sus fines. En una era en la que la responsabilidad y la participación en el valor añadido determinan si uno conserva o no su puesto de trabajo la gestión matricial asegura que los niveles altos de la pirámide corporativa actúen como pacificadores en debates entre personas del área técnica y las de las líneas de negocio. Benditos los pacificadores, porque heredarán las opciones a elegir. Como dijo un asociado en una Firma de Consultoría de Gran Exito: "La gestión matricial hace que parezca que la dirección superior participa e interviene plenamente, al hacer muy difícil que el área de TI y los directores comerciales, que son los que realizan verdaderamente el trabajo, trabajen juntos." ¿Es esto cinismo? ¿O se trata simplemente de un buen liderazgo de gestión de arriba abajo? ¿No será que hay que ser un buen cínico para ser un gran director de TI? O, finalmente, no se tratará de una especie de meta-cinismo?

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