Casi un cuarto de siglo de outsourcing

Caja Pamplona

Son casi 25 los años que han transcurrido desde que Caja Pamplona empezó a aventurarse en el mundo de la informática, en pleno despegue en aquellos días . Lo particular de aquella entrada en el mundo de las tecnologías de la información fue que desde el mismo principio la Caja confió sus necesidades informáticas al outsourcing a través de Ibermática . Tras este casi cuarto de siglo de relación entre ambas José Manuel Gil Vergara, jefe de área de organización e informática de Caja Pamplona, resume la andadura conjunta de proveedor y cliente .

En 1975 la dirección de Caja de Pamplona apreció la necesidad y la conveniencia de evolucionar hacia la informática . Hasta ese momento, todos los procedimientos eran manuales y resultaba imposible evolucionar sin herramientas de apoyo . “Nos encontramos con dificultades obvias, como la carencia de cultura informática en el seno de la Caja y, extensivamente, en casi toda Navarra . No había informáticos, por lo que había que importarlos”, explica José Manuel Gil Vergara .

Por otra parte, la Caja no podía permitirse el lujo de montar todo el contenido que necesita un proyecto de informatización . Era una situación en la que se apreciaba la total necesidad de apertura a las nuevas tecnologías, pero en un contexto de bastante dificultad . “La dirección tomó entonces una decisión estratégica que muchos consideraron arriesgada, pero que 23 años más tarde nos ha hecho ver que se trataba de un acierto pleno: externalizar todos los servicios y recursos relacionados con la informática”, continúa Gil Vergara .

Esa decisión definió lo que ha sido la Caja durante los últimos 23 años, ya que la dirección eligió centrar a la entidad en su negocio, en las actividades meramente financieras, externalizando en un proveedor especializado todo aquello que no suponía un valor añadido pero que sí facilitaba la función de la Caja .

“Yo llevo en la Caja cerca de 23 años y en aquel momento se estaba produciendo la explosión de la informática . El crecimiento de esta actividad crecía exponencialmente y eso dio origen al nacimiento de una clase especial: la de los informáticos . Ellos poseían el conocimiento y por eso mismo tenían el poder . En esta Caja la cultura ha sido siempre distinta . Aquí la informática siempre ha sido una herramienta al servicio de la organización . Por lo tanto, los procedimientos que establecemos de cara a los desarrollos ruedan alrededor de la máxima productividad . Y en torno a esa cultura, la herramienta más importante es la informática pero no la dominante”, explica Gil Vergara .

Seguridad y confidencialidad

“Al establecer un contrato de outsourcing, es normal que en un primer momento existan dudas acerca de la seguridad y la confidencialidad de los datos y las funciones críticas del negocio, pero una vez amarrados todos los campos de seguridad y confidencialidad por ambas partes, se estructuran contratos que funcionan perfectamente . La seguridad es plena en una solución de este estilo . Tanto problema puede existir interna como externamente y, además, todos esos aspectos de duda o incertidumbre quedan obviados a lo largo del tiempo cuando ves que todo funciona correctamente”, asegura el jefe de área de organización e informática de Caja Pamplona .

La decisión estuvo muy clara desde un primer momento . La Caja decidió dejar en manos de profesionales de la informática y los servicios toda la infraestructura tecnológica, lo que le ofreció la libertad de poder centrarse exclusivamente en su actividad de negocio .

“Una entidad como la Caja de Pamplona compite en mercados donde existen jugadores muy fuertes y Navarra es una plaza donde están todos los bancos y cajas del país . La competitividad es enorme y cualquier entidad necesita estar con la última tecnología para poder atender la exigencia de ese mercado . Una entidad como la Caja con su volumen y sus posibilidades no podría estar en este mercado si no estuviésemos en un régimen de outsourcing”, continúa explicando Gil Vergara .

“Esto nos permite contar con un aliado estratégico que nos facilita la evolución con total tranquilidad y a unos precios soportables por la entidad . De momento, nos van saliendo las cuentas . Además, el sistema que tenemos establecido nos permite conocer y direccionar en cada momento cuál va a ser nuestro coste dentro del ejercicio . Existe todo un sistema montado que permite esa flexibilidad . Nosotros tenemos un outsourcing integral desde el primer momento en colaboración con otras entidades financieras que también han ido evolucionando a lo largo del tiempo”, prosigue José Manuel Gil .

Además de Caja Pamplona, en el grupo Ibermática se encuentra la Caja de Ahorros del Círculo Católico de Burgos, la Caja Provincial de Jaén, la Caja de Ahorros de Guadalajara, la Caja de Ahorros de Pamplona, el Banco Credit Agricole y, en este momento, se está trabajando con el Banco Guipuzcoano como una aportación más .

Para este bloque de entidades existe un contrato de explotación con Ibermática . Ahí no se analiza, el número de MIPS, por ejemplo, sino que lo que se contrata es servicio . Un servicio cuyo nivel queda establecido contractualmente y después hay un seguimiento para evaluar cuál es la calidad de ese servicio . Los costes se reparten en función de los consumos de cada entidad .

Optica empresarial

La óptica del outsourcing del que disfruta Caja Pamplona es eminentemente empresarial . Existe una comunidad de bienes, una asociación donde, por una parte hay una empresa de servicios autónoma, en este caso Ibermática, y después hay una serie de socios que negocian en cada momento sus costes . Una idea es la de la empresa de servicios, que muestra su oferta, y otra cosa es lo que le interesa al socio . “Hay una entente siempre en lo que es esta relación . Esta óptica empresarial para mí es importante porque en otro tipo de soluciones los intereses están más dispersos y se olvida el concepto global . Según nuestra manera de hacer las cosas existe un contrato de explotación y otro de desarrollo . En este punto concreto, lo que contrata Caja Pamplona a Ibermática son horas de desarrollo . Eso es lo que te permite conocer perfectamente tus costes”, asegura Gil Vergara .

El presupuesto que la Caja asigna en el año al campo informático hay que administrarlo a lo largo de doce meses . Ahí se realizan los análisis pertinentes de las necesidades de la Caja y se analizan las necesidades del grupo de socios en su conjunto .

Una de las ventajas es que la producción de software se realiza globalmente, de forma que los costes se reparten . Durante años ha habido que hacer un esfuerzo para armonizar las posturas de cada socio . Esa cultura ya existe y se basa en que lo fundamental para todos ha de ser único, mientras que los adornos pueden ser “específicos” . Estos proyectos específicos los plantea cada entidad .

Cada entidad aporta, además, lo específico de su propio mercado y contribuye a que la solución a desarrollar sea más rica y funcionalmente más abierta y completa .

“Tenemos perfectamente estructurado cuál es el funcionamiento . Existe un Comité de Dirección donde estamos los responsables de las entidades con Ibermática . Este comité se reúne mensualmente y en él se marcan las grandes líneas de actuación . En este momento, por ejemplo, estamos ya discutiendo los presupuestos del año 99 . Existen, asimismo, una serie de comités funcionales de seguimiento; foros continuos donde se reúnen los técnicos de Ibermática y de las entidades para discutir y analizar los proyectos en cada momento . Hay también una aplicación para el control de la calidad, de la facturación y de las órdenes de trabajo que están en ese momento en proceso .

“En una solución de outsourcing como la nuestra

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