La tecnología y su repercusión en la salud

Un 2,5 % de la población activa ha sido diagnosticado de enfermedad profesional

La evolución de las ciencias de la tecnología y el avance en el desarrollo de las herramientas informáticas en los países desarrollados, a la vez que aportan una soporte imprescindible en el trabajo, paradójicamente han venido a crear un nuevo tipo de enfermedad, generalizada en todos los sectores empresariales y actividades más diversas. Aparecen así, fruto de este desarrollo los trastornos osteomusculares, término a veces ambiguo, ya que engloba desde dolores en el cuello a calambres en las piernas, pasando por hombros o muñecas, y que producen en países desarrollados 10 veces más pérdidas por baja que las debidas por ejemplo a conflictos laborales.
Actualmente, si nos remitimos a la última encuesta de Condiciones de trabajo, el sector en que presumiblemente el uso de pantallas de ordenador es masivo, como el de Administración y Banca, es donde menos accidentalidad laboral existe; sin embargo observamos que la demanda de atención médica es superior en este sector, y la causa más frecuente ha sido el dolor de espalda y fatiga visual. Si además observamos que un 2,5 % del total de la población activa en España, ha sido o está en trámite de ser diagnosticado de enfermedad profesional, destacando significativamente el grupo de enfermedades osteomusculares con un 71,8 % del total, podemos deducir que aún es insuficiente la importancia que a esta patología se sigue dando. El impacto económico que estas afecciones provoca en el sistema público de salud, ha de sumarse a los costes indirectos atribuidos a la pérdida de producción provocados por el absentismo, y que en los últimos años se está agravando, ya que el porcentaje de bajas y la media de duración de las mismas por trastornos musculares va aumentando a lo largo de los años, según la tecnología informática se introduce en las empresas. Especial atención ha de dedicarse a las futuras generaciones que se incorporen al mercado laboral, ya que cuando esto se produzca habrán estado muchos años ante una pantalla, y precisamente es cuando la prevención es más importante al encontrarse en un momento crucial del desarrollo anatómico.
Una adecuada evaluación de riesgos, un estudio ergonómico del puesto de trabajo, una formación adecuada del trabajador y un reconocimiento médico específico y periódico para estas tareas, son las herramientas de las que disponemos para combatir activamente este problema..

María Luisa Fernández.
Miembro Asociado de ANEPA (Asociación Nacional de Entidades Preventivas Acreditadas). Directora de Kentia Prevención

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