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La Unión Europea enciende motores en su carrera tecnológica

El objetivo del 3% del PIB en i+d se convierte en una prioridad

La inversión en investigación y desarrollo es una de las prioridades de cualquier país que no quiera quedarse a la zaga en la evolución tecnológica, con el consiguiente desarrollo económico que ello reporta al tejido industrial. Europa busca desprenderse del calificativo de Viejo Continente, renovando su imagen y poniendo en marcha todos sus recursos para convertirse en un, al menos, respetuoso contrincante frente a potencias mundiales del orden de Estados Unidos o Japón.

La estrategia de Lisboa, surgida a partir del Consejo Europeo de Lisboa celebrado en marzo del año 2000, actúa a modo de marco político en el que se circunscriben una serie de actuaciones con el fin de definir el proceso de innovación para la Comunidad y sus Estados miembros. El objetivo estratégico para 2010 fue definido como “convertirse en la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de crecer económicamente de manera sostenible con más u mejores empleados u mayor cohesión social”.
Sin embargo, hay que tener en cuenta la existencia de claras diferencias, algunas de las cuales afectan claramente al desarrollo tecnológico. Hablamos de la apuesta por la inversión e I+D+i a cargo de la UE, que es un 40% menor que la registrada en EE.UU.

I+D: la eterna diferencia
A tenor de lo que algunas voces califican como “exiguo” 1% del PIB en referencia a la inversión en I+D de España, la carrera hacia la convergencia tecnológica en comparación con otros países de nuestro entorno europeo pasa por alcanzar un 3%. Esa es una de las principales premisas del plan Ingenio 2010 puesto en marcha por el Gobierno socialista. Algo que se traduce como “la necesidad de hacer un esfuerzo importante en ese sentido, para lo que prevemos un incremento del 25% en la dotación el I+D a cargo del Gobierno”, según ha destacado Salvador Ordóñez, secretario de Estado de Universidades e Investigación, en la inauguración de la segunda edición del Congreso de Soberanía Tecnológica, que ha reunido a más de 500 expertos internacionales del mundo político, académico, científico y tecnológico.
Pese a ello, se trata de una carrera de fondo. El déficit tecnológico europeo en comparación con países como Estados Unidos y Japón genera una inseguridad interna y una falta de independencia a la hora de tomar decisiones propias en un entorno globalizado con el actual.
En cualquier caso, el objetivo del 3% del gasto en I+D dentro del PIB es un reto común a la Unión Europea y sobre todo prioritario, ya que según Ángel Landabaso, director general del área de investigación de plataformas tecnológicas de la Comisión Europea, “sólo se alcanzará con cambios radicales, ya que las pequeñas mejoras no permiten recuperar las grandes diferencias. Es necesario un gran impulso”. Y es que si el crecimiento del I+D per cápita en la UE fuera incluso un punto mayor que en los EE.UU. no alcanzaríamos sus niveles hasta 2063.

El papel crucial de la industria
“Apostamos fuertemente por la tecnología”. Así de rotundo se mostraba el secretario de Estado de Universidades e Investigación, que ha inaugurado la primera de las ponencias celebradas en el Congreso, en referencia a la presencia de España en algunas áreas, en las que “creamos mucho conocimiento y formamos cerebros, aunque, por ejemplo en patentes, seguimos muy por debajo”. Otro de los factores que inciden en la evolución del mercado de las TIC en nuestro país y en Europa es la inversión efectuada por parte del sector privado. No en vano, frente a la inversión que realiza el sector privado en Estados Unidos, que gira en torno a un 66%, en España, ese porcentaje se reduce hasta el 48%, según expone Ordóñez.
Hasta ahora el principal instrumento de financiación en la UE ha sido la subvención. De hecho, los programas marco representan entre el 5 y el 10% de los fondos públicos europeos de I+D. Dentro del 7º Programa Marco de I+D, la Comisión Europea ha propuesto, tal y como se aprecia en el gráfico adjunto, doblar el presupuesto hasta la cifra de 72.000 millones de euros para 2007-2013, lo que supone la inclusión de subvenciones y de nuevos instrumentos financieros como el Banco Europeo de Inversiones (BEI).
En el capítulo de la financiación, si revisamos las cifras que se invierten en biotecnología en Europa y EEUU, podemos apreciar serias diferencias. Con aproximadamente el mismo número de empresas en dicho sector, en EEUU se emplea el doble de personal, se gasta 3 veces más en I+D, se capta de 3 a 4 veces más capital riesgo y se obtiene 4 veces más financiación vía créditos.

Plataformas tecnológicas
Dentro del mencionado 7º Programa marco, el desarrollo de Plataformas Tecnológicas se convierte en un nuevo instrumento y método de trabajo que enmarca hasta una veintena de iniciativas en marcha, en torno a nuevas tecnologías, (nanotecnología o nanomedicina) desarrollo sostenible (genómica y biotecnología), basadas en bienes y servicios públicos (comunicaciones sin cable y móviles o medicinas innovadoras) o renovación de las industrias tradicionales, con el desarrollo de nuevas tecnologías de fabricación en el sector acero o textil.
Estas iniciativas tecnológicas pueden ser decididas y desarrolladas de forma conjunta entre los Estados miembros. Así lo recoge el artículo 171 del Tratado de la Unión, en virtud del cual, “la Comunidad puede crear empresas comunes u otra estructura necesaria para la ejecución eficiente de la investigación y el desarrollo tecnológico”. Un ejemplo de ello es el proyecto Galileo, un sistema de localización por satélite propuesto por la UE con apoyo de la Agencia Espacial Europea y un grupo de inversionistas privados.
Alain Terrenoire, presidente de la Unión Paneuropea Internacional, reconoce que “España destaca por su capacidad para avanzar desde un punto de vista tecnológico, sin embargo, todavía hace falta más trabajo en este sentido”. Excepto Finlandia y Suecia, el resto de países europeos está por detrás de la media comunitaria, de ahí “esa sensación que hemos podido tener de estar perdiendo la carrera en relación a otros países como Estados Unidos o Japón”. En resumen, apuntaba Terrenoire: “las TIC son necesarias porque garantizan el desarrollo del mundo”.

La voz comunitaria desde bruselas
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Ángel Landabaso, director general del área de investigación de plataformas tecnológicas de la Comisión Europea, reconoce la necesidad de establecer un marco real de competitividad e innovación, basado en la Estrategia de Lisboa y que estimule el desarrollo tecnológico en el Viejo Continente.

¿Cuál es la inversión en I+D que hace España?
- En la actualidad, es del 1% del PIB, sin embargo, la tendencia es a su aumento hasta el 1,5%.

¿Hasta qué punto es suficiente dicho porcentaje para acabar con el gap que nos separa de otros países, como Estados Unidos o Japón, por ejemplo?
- Lo cierto es que es un progreso, pero es insuficiente. Lo ideal sería duplicarlo para cubrir ese aspecto específico.

¿Qué es más interesante: evolucionar y mejorar en la convergencia tecnol

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