Contraoutsourcing

Iberdrola ha segregado su actividad de sistemas informáticos para constituir una compañía independiente con el objetivo de proporcionar servicios a la propia Iberdrola y al mercado en general. Esta nueva empresa, Iberdrola Sistemas, que nace con una potencia considerable en el plano económico -alrededor de 2.000 millones de pesetas de recursos propios y unas previsiones de facturación de diez mil millones anuales- vendrá a competir en el cada vez más concurrido mercado de los servicios profesionales relacionados con las tecnologías de la información. Pero también es la confirmación de una nueva tendencia que están aplicando muchas empresas, y que se puede contemplar como una variante del outsourcing que podría llamarse Contraoutsourcing o más correctamente Insourcing, puesto que la fuente a la que se recurre está en la propia empresa y no fuera. El objetivo del Insourcing y el Outsourcing son semejantes: que los sistemas informáticos proporcionen mejores soluciones para el negocio, a un menor coste si es posible, y disciplinar la siempre creciente tendencia al gasto de los departamentos de sistemas de información. Algo parecido fue lo que dio origen hace unos años a IBM ISS que actualmente se ha integrado en la IBM Global Solutions. El gigante segregó lo que anteriormente era su centro de cálculo y lo convirtió en una empresa especializada en outsourcing. Pero las diferencias también son notables. Mientras que el outsourcing puro la empresa se desprende de la actividad informática, enajenando incluso sus equipos y desvinculándose de los trabajadores que pasan a formar parte de la empresa contratada. Por el contrario, esta solución desperdicia una ventaja que sí proporciona el outsourcing cuando se realiza con algunas empresas grandes y solventes: disponer de los recursos de una multinacional que asegure mantener los sistemas en el máximo nivel tecnológico, algo que una pequeña empresa como las que se crean por la filialización de la propia actividad informática tiene muy difícil.