Compuware estrena suite de análisis de riesgo de aplicaciones corporativas

¿Hasta qué punto una empresa es consciente de los riesgos en que incurre a la hora de poner en marcha una aplicación? Con el fin de que las compañías puedan responder a esta pregunta, Compuware acaba de lanzar la solución QACenter 5.0.
Se trata de una suite global de pruebas y análisis del impacto que tiene el lanzamiento de soluciones y aplicaciones en el negocio de una compañía, con lo que “permite generar procesos para priorizar las pruebas”, según ha explicado Ana Ascasso, responsable de preventa de la solución QACenter 5.0.
Esta suite no es completamente nueva, sino que, por el contrario, se basa en el desarrollo de una serie de mejoras y funcionalidades en base a una aplicación que ya tenía Compuware, con lo que se han efectuado unas actualizaciones, con el fin de incluir el capítulo de detección y análisis de riesgos. Así, entre las nuevas funcionalidades, destaca la generación de métricas e informes comprensibles para los directivos y para el personal no técnico de la empresa, así como el valor añadido de contar con una “información completa contenida en un repositorio centralizado y público al que pueden acceder los miembros de la compañía autorizados para ello”, según Ascasso.
La clave de esta solución paquetizada, cuyo precio gira en torno a los 5.000 euros, está en que permite asociar tres factores decisivos, como son requisitos, pruebas y cálculos, “con el fin de conocer cuál es la criticidad del negocio en caso de incurrir en algún error”, apunta Ascasso.
Bajo el concepto de “probar basándonos en riesgo”, Compuware apuesta por esta solución confiando en que “somos de los pocos que contamos con soluciones de calidad tanto en entornos distribuidos, como mainframe y que ofrecemos una solución que incluye, como elemento diferencial, el análisis de riesgo”.
No en vano, QACenter 5.0 se basa en dos aspectos de seguridad, la probabilidad de que se produzca un fallo durante el período de funcionamiento de una solución corporativa y el impacto que puede tener dicho error técnico en el negocio de la empresa.
En cuanto a los clientes de la nueva suite, Compuware espera contar con la base instalada con la que ya trabaja en nuestro país, que suma entre 30 y 35 clientes de sectores como banca, telco, distribución o seguros, mientras que, al mismo tiempo, busca la captación de nuevos usuarios. “Nuestra previsión es duplicar el número de clientes con los que trabajamos a lo largo del próximo ejercicio fiscal, que acaba de comenzar en el mes de julio”, según Ana Cayuela, directora de cuentas de Compuware.
No en vano, el fabricante ya se encuentra en proceso de conversaciones y pruebas con varios clientes que han ratificado las ventajas de la solución, según el fabricante.
Por otro lado, QACenter 5.0 garantiza la calidad de las aplicaciones en base a la inclusión de una serie de prioridades atribuidas por parte de los equipos encargados de efectuar las pruebas y análisis de riesgos de las aplicaciones. Sin embargo, si dichos requisitos varían a lo largo del tiempo, la solución está capacitada para aceptar la reasignación de dichas prioridades de manera rápida, según fuentes de la compañía.


Los datos hablan por sí solos
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El 55% de los responsables de TI europeos reconoce que, a la hora de efectuar pruebas de las aplicaciones, carece de la información adecuada para verificar cuáles son los elementos críticos para el negocio. Ésta es una de las conclusiones que se desprende de un estudio elaborado por Compuware el pasado mes de abril entre 1.100 empresas europeas, 65 de las cuales eran españolas, con el fin de verificar cuál es el estado de implantación de este tipo de soluciones y la demanda del mercado.
Así, los resultados de la encuesta demuestran que los equipos de pruebas de las empresas no pueden desarrollar y llevar a cabo una estrategia dirigida a probar los elementos de mayor riesgo de la aplicación. Pero eso no es todo, el mismo informe revela que el 64% de las organizaciones encuestadas no cuantifica el riesgo que supone para el negocio el fallo de las aplicaciones con las que trabaja. Esto, a su vez, se traduce en una serie de pérdidas. En este apartado, los resultados son bastante contundentes. Las tres cuartas partes de la muestra analizada, exactamente un 74%, reconoce que el bajo rendimiento de las aplicaciones les supone un coste anual de 500.000 euros, como media.