Telecomunicaciones

¿Es la permanencia el nuevo caballo de batalla de las telecos?

Telefónica elimina los compromisos de permanencia en Movistar, un anuncio destinado al cliente con importantes repercusiones a nivel empresarial.

telefono

"Los clientes han de ser libres de elegir. Las compañías podemos desarrollar iniciativas de captación, pero en Telefónica pensamos que no debemos aprovecharlas para retener a los clientes cuando estos desean tomar otro camino". Con esta afirmación, puesta en boca del presidente de Telefónica, Emilio Gayo, concluía el comunicado por el que la firma anunciaba la supresión de los compromisos de permanencia en su oferta de Movistar Fusión para el segmento residencial. Un movimiento que viene a revolucionar un sector ya de por sí agitado. 

Aunque el anuncio no tenga la misma dimensión a nivel corporativo que las recientes decisiones de monetizar su cartera de emplazamientos móviles o del nuevo plan de bajas, es innegable que tiene una trascendencia relevante en un mercado en el que la pelea por el cliente se está recrudeciendo. Telefónica consigue con esta nueva medida diferenciarse significativamente de las otras grandes al convertirse, según la propia firma, en "el único operador que no exige a sus clientes de ninguna de sus marcas compromiso de que se queden". Las otras tres grandes exigen en alguna de sus tarifas de fibra que los clientes no se cambien, en periodos que varían de los seis meses a los dos años. 

Las cuatro principales compañías del sector teleco en España se encuentran inmersas en una batalla por el consumidor que ha llevado a una guerra por la diferenciación de la oferta y las promociones que les está pasando factura. Vodafone lleva unos meses acusando un descenso en la portabilidad móvil y fija significativa; en los datos de la CNMC de junio de 2019, los últimos disponibles en la web de Competencia, la compañía pierde casi 123.000 clientes respecto al año anterior en su base de usuarios de banda ancha fija minorista. A la compañía le ha perjudicado, especialmente, su decisión de no comprar los derechos del fútbol, que se ha traducido en un año de tendencia a la baja en tanto intenta reorientar su oferta hacia la televisión y el cine y busca ampliar clientes también por la vía móvil, con medidas como su catálogo de tarifas ilimitadas o el liderazgo en 5G comercial. 

Orange también está peleando por hacerse con una base consistente, pese a lo cual ha registrado un descenso en su facturación en el segundo trimestre del año que achacan, desde la firma, al carácter "altamente promocional" y "muy volátil" del mercado español. En este escenario, la única de las cuatro grandes que muestra un incremento consolidado en su partida de clientes es MÁSMÓVIL que, pese a todo, no descuida su posición. 

Pese a que las empresas son, actualmente, mucho más que los pequeños clientes, la decisión de Telefónica apunta directamente a la esencia original de las telecos: los usuarios, como recurso último de una serie de medidas destinadas a recuperar la confianza del mercado tras un mes de agosto en que sus acciones se han situado en mínimos históricos. Con los rumores de una nueva crisis acechando a los inversores y un nuevo competidor, Euskaltel, que amenaza con tirar los precios, el margen de las compañías para seducir al consumidor se estrecha. En este escenario, habrá que esperar para comprobar si la decisión de Telefónica de eliminar la permanencia en Movistar hace que las otras grandes se replantean sus modelos de tarificación. 



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