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Indra quiere crecer

Las declaraciones de Javier Monzón, Presidente de Indra, anunciando la pretensión de la compañía de adquirir varias empresas antes de que finalice el presente año, han alertado a todos aquellos directivos que están al frente de sociedades que, por su tamaño, volumen de negocio, o especialidad, entienden que podrían estar en el punto de mira de la recientemente privatizada . Pero, analizando las intenciones del señor Monzón, no parece que sea largo el repertorio de posibles candidatas a ser compradas . Si se ciñen al perfil de que el cien por cien del capital social tiene que ser español, que se desenvuelvan en áreas de sistemas de información y control, facturando desde unos mil millones de pesetas en adelante por ejercicio económico, no se encuentran muchas alternativas dignas de considerar . Ante éste panorama, es comprensible que la dirección de la compañía se plantee tantear mercados como el europeo e iberoamericano, por si en ellos encontrase lo que necesita, en el supuesto de no poderlo obtener en casa . Asimismo, tampoco descarta la incursión en el ámbito norteamericano, por si surgiera la oportunidad de conseguir alguna pequeña empresa con tecnología destacable .

Es evidente que Indra ha mantenido el ritmo de crecimiento que jalonaba con excelentes resultados los últimos ejercicios económicos pero, a partir de su privatización, incluso lo ha aumentado . Las cifras van saliéndola muy positivas, y la permite hacer previsiones de crecimiento ininterrumpido para los próximo años, tanto en facturaciones como en beneficios . No obstante, para aumentar significativamente su volumen de negocio, está obligada a adquirir algunas compañías, y con ésta pretensión se encuentra en estos momentos . La prueba inequívoca de que la compañía lanza mensajes coherentes con la intención que persiguen, es que acaba de cerrar la compra del cincuenta por ciento del capital de Tiasa -por lo que ya posee el cien por cien-; ha adquirido el 98,6 por ciento de la compañía BDE; y ha conseguido el 10 por ciento de SafeLayer .

La pretensión de Indra de crecer con rapidez, hay que interpretarla como el impulso resultante de una estudiada planificación por fortalecerse en todas sus líneas de negocio y potenciar con posibilidades de éxito iniciativas empresariales fuera de España . Ha pasado el momento, y la oportunidad, para que algún competidor intentase justificar sus carencias y la pérdida de contratos, argumentando que Indra era capaz de presentar mejores ofertas únicamente por su afán desmedido en adquirir tamaño, para enfrentarse a la privatización en las condiciones más idóneas . Se está demostrando que la alta dirección tenía claros los objetivos que perseguía, puesto que estamos siendo testigos de hechos y comportamientos que caminan y apuntan en una sola dirección: crecimiento y fortalecimiento . Asimismo, estará en condiciones de aspirar a conseguir contratos cada vez más importantes, y en mayor número, en los mercados extranjeros . No se trata de utopías . Indra dispone, su presidente lo ha dicho, de 30 . 000 millones de pesetas para hacer realidad, lo antes posible, la política de adquisiciones prevista .



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