Una panacea muy cara
El Gobierno portugués ha puesto en marcha un programa muy serio de promoción de las tecnologías de la información. Esta negociando directamente con fabricantes de ordenadores, operadoras de telecomunicaciones, proveedores de servicios de Internet (ISP) y fabricantes de software para facilitar el acceso de la población a Internet con créditos y subvenciones para comprar PCs y disponer de líneas telefónicas de mejor calidad. Los resultados están por ver, pero desde luego es mejor que lo que se está haciendo aquí. Aquí, después de la presión que la oposición política impuso en el Parlamento, el Ministerio de Fomento se vio obligado a imponer a Telefónica la puesta en marcha de una tarifa plana. pero Telefónica consiguió desviar el problema y convertirlo en una solución: se trataba de realizar un despliegue masivo de la tecnología ADSL. Teóricamente la solución era muy buena pues permitía que España diera un salto adelante en el ancho de banda que la población puede recibir en sus domicilios. El problema es que según la mayoría de los ISP que van a lanzar una oferta comercial basada en esta tecnología, el precio mensual para el usuario final no bajará de 10.000 pesetas, a los que hay que sumar las 15.000 de cuota de alta y otras 50.000 del coste del modem especial. Pero además hay que seguir manteniendo la línea telefónica convencional, que aunque cuesta muy poco en relación con los países de nuestro entorno -1.442 pesetas al mes- supone una dificultad adicional. Hay que ser muy internauta y con un nivel adquisitivo muy alto para estar dispuesto a pagar casi 12.000 pesetas fijas mensuales para acceder a Internet. Que duda cabe que las pymes pueden verse muy beneficiadas de esta solución, e incluso las empresas medianas verán muy mejorada su capacidad de conexión. Pero desde luego, como denuncia la propia Comisión del Mercado de Telecomunicaciones, no es una solución para el usuario residencial y por tanto no va apermitir que se extienda ese cacareado fenómeno de la Sociedad de la Información. Hay que hacer algo más, y hay que hacerlo rápido.
