Hacia un centro de datos que responda a los cambios del mercado

Nos encontramos ante un entorno de mercado especialmente condicionado por los cambios de la regulación, la necesidad de las empresas de ser más competitivas y el avance de las nuevas tecnologías. Gracias al aumento en la capacidad de procesamiento, la potencia de los grandes superordenadores pronto estará al alcance del público en general. Además, la proliferación de fuentes de datos, dispositivos de identificación por radiofrecuencia (RFID), móviles, comunicaciones unificadas, SOA y tecnologías Web 2.0, abren nuevas oportunidades negocio.
Sin embargo, muchos de los centros de datos (CPD) actuales están muy distribuidos y un tanto fragmentados. Como consecuencia, su capacidad para cambiar o crecer y adaptarse al crecimiento de la empresa está bastante limitada. Se hace necesario un nuevo modelo de centro de datos que sea más eficiente, más orientado al servicio y que reaccione más rápidamente a las necesidades del negocio, es decir, el CPD de la empresa del futuro, un centro de datos que contribuya a reducir y controlar los costes tecnológicos y puede mejorar notablemente la eficiencia operativa.
El CPD de la empresa del futuro tiene varios objetivos. Uno es la reducción de costes, pues el nuevo centro ayuda a superar los problemas operativos tradicionales para conseguir mejores niveles de eficiencia, flexibilidad y agilidad de respuesta. Además, la virtualización ayuda en este sentido. Por otro lado, facilita una rápida puesta en marcha de los servicios, algo crítico para las empresas de todos los tamaños. Asimismo, permite alinear TI y negocio: una infraestructura tecnológica muy eficiente permite a las empresas responder instantáneamente a nuevas necesidades del negocio.
Por lo tanto, la estrategia para la creación de este nuevo centro de datos corporativo tiene que ser integral e incluir estos elementos clave: recursos muy virtualizados y flexibles, transparencia en la gestión de servicios, mejores prácticas de seguridad y recuperación del negocio, infraestructuras e instalaciones eficientes, ecológicas y optimizadas y una arquitectura de información corporativa. Por otro lado, la transformación del CPD ha demostrado su capacidad para triplicar la utilización de activos, suministrar nuevos recursos en cuestión de minutos o eliminar hasta un 80% de paradas. También permite conseguir un 40% más de eficiencia energética y reducir la ocupación de espacio en hasta un 80% y el tiempo de recuperación de desastres en un 85%.
En suma, la transformación del CPD corporativo del futuro es un proceso evolutivo. Por tanto, antes de empezar ésta hay que identificar el punto de partida y compaginar las necesidades inmediatas con la visión a largo plazo. El nuevo centro es uno de los elementos críticos para abordar el cambio que necesitan las compañías con el fin de afrontar el futuro con optimismo.


M. Bofarull es directora de la división de sistemas y tecnología de IBM España, Portugal, Israel, Grecia y Turquía.

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