El cambio cultural y la falta de estándares son los principales inhibidores para la implantación de la movilidad en las empresas. Conferencia ComputerWorld

La movilidad ya no es una moda pasajera ni una tendencia de futuro, está entre nosotros para quedarse. Su despliegue dentro de las organizaciones se está produciendo de forma lenta pero continua, sin embargo todavía hay determinados aspectos que frenan su consolidación. Conocer cuáles son y sobre todo, qué pueden hacer proveedores y usuarios para eliminarlos, es el objetivo de la reunión organizada por ComputerWorld con representantes de empresas que tienen mucho que decir en este segmento.

Abrió el debate Arturo Pradana, director de marketing y desarrollo de negocio de Nortel que aseguró que, “en este momento del desarrollo del entorno de movilidad es necesario hacer una diferencia en cuanto al estado de las inversiones, las que se están llevando a cabo desde el punto de vista del operador y las que realizan los desarrolladores de aplicaciones. Por un lado, están disponibles en el mercado tres tecnologías básicas, UMTS, WiMax y Wireless Lan, y los operadores están apostando por ellas e invirtiendo para ponerlas a disposición del mercado y por otro, encontramos a las empresas que están desarrollando soluciones securizadas y con una gran oferta de ancho de banda, es decir, no existe ya ningún inconveniente para que los usuarios accedan a esta tecnología”.

Cambio cultural
También Ramón Roca, responsable de desarrollo de negocio de movilidad de Oracle, señala que, “la movilidad es ya una realidad, aunque todavía estamos en sus inicios. La tecnología evoluciona continuamente, cambia de un día para otro y esto hace que falte estandarización en el mercado, lo que a veces puede ser un freno. Además los nuevos terminales ya son capaces de soportar aplicaciones de cualquier tipo, por lo que el cambio producido en los últimos meses es evidente. Sin embargo, hay algo que todavía no se ha logrado y que está actuando como un inhibidor, el cambio cultural de los trabajadores, de las organizaciones. Aunque ya ha calado la idea de que gracias a la movilidad es posible trasladar el puesto de trabajo a cualquier lugar, la ubicuidad que ello proporciona requiere un cambio cultural por parte de las organizaciones que muchas veces no se está dando”.
Para José Ramón Través director de cuenta de la división de telecomunicaciones de Unisys la movilidad es un hecho, “pero va más allá de lo que hasta ahora hemos creído, es cierto que es imprescindible que las aplicaciones del mundo empresarial se movilicen, y esto es un cambio cultural, pero hay algo que no podemos olvidar y es que es necesario que las organizaciones acometan una reingeniería de los procesos. Es fundamental que inviertan en infraestructuras, pero también tienen que cambiar la percepción de los trabajadores y usuarios. Los proyectos fallan en un 50% porque la gente no está preparada para trabajar en movilidad, sobre todo la empresa tradicional que no ha efectuado esta transformación tan necesaria. Adaptar las empresas para ello no es una alternativa, sino una necesidad”.
Para Carlos Fernández Esteban, director general de Cayd, “la movilidad es, de todas las TIC, la que se ha adoptado con mayor facilidad y sus beneficios son fáciles de medir. Hay estudios que hablan de incrementos de la productividad de un 25% e incluso se habla de que el tiempo medio que un trabajador dedica a la empresa, cuando se mueve en un entorno móvil, es de 12 horas y esto es un factor determinante para que se asiente. El problema es que todavía las aplicaciones no se han hecho pensando en la movilidad. El paso de arquitecturas monolíticas a otras orientadas a la Web no se está dando, y es ahí donde reside el problema”.
Pero no todos están de acuerdo con estas opiniones. Para Javier Espada, responsable de servicios de movilidad de Ernst & Young, “las empresas están apostando por la movilidad porque la ven como un elemento de aumento de la productividad y sobre todo porque la entrada en esta tecnología es fácil, sin embargo, todavía no hemos llegado a conseguir que se produzca ese cambio radical que es necesario y que llegará con la consolidación e implantación de la tecnología WiMax, de los nuevos servicios que traerá asociados y sobre todo cuando el ancho de banda que ahora se anuncia sea real, elementos estos que sí se han dado en otros países en los que la movilidad es ya una realidad”.

Movilizar las aplicaciones
Una de las claves para lograrlo es alcanzar la plena movilidad de las aplicaciones. En opinión de José Ramón Travé de Unisys, “el problema es que las organizaciones están movilizando las nuevas aplicaciones, pero lo importante es dotar de movilidad a las ya existentes, que es donde reside el conocimiento y la experiencia de la empresa y para eso hay que realizar fuertes inversiones y hacerlo sin perder de vista las infraestructuras. Hay un aspecto importante y que muchas veces se olvida –continúa Travé–, es necesario invertir en formación y reingeniería”.
Para Arturo Pradana, “el objetivo es incrementar el valor en el cliente final. El gran problema al que nos enfrentamos no son las infraestructuras, que a veces van por delante de las necesidades del mercado, sino que lo que de verdad preocupa a los usuarios es que la movilidad prolongue su jornada de trabajo. Es necesario implantar normas que hagan que se respete su vida privada y el problema es saber cómo se puede gestionar esto”.

Los ladrones de tiempo
Regular los entornos de movilidad es un punto básico para todos. Carlos Fernández Esteban asegura que, “hay estudios que muestran que cada 20 minutos el telefono móvil interrumpe a los trabajadores y un 65% del correo que se recibe no tienen ninguna relación con el trabajo”.
Hay otro elemento a tener en cuenta la necesidad de los estándares. “En el entorno informático hemos convivido con ellos pero muchas veces no los hemos adoptado y han surgido problemas incluso legales. Son herramienatas que tardan mucho en definirse y la tecnología no puede esperarlos para desplegarse. Pero si no conseguimos demostrar su necesidad y sus beneficios desde el inicio del uso de una tecnología, en este caso de las de movilidad, es difícil involucrar a los usuarios”, afirma Javier Espada de Ernst &Young.
De esta misma opinión es Arturo Pradana, de Nortel, para él, “todos estamos trabajando en la misma dirección, conjuntamente, en definir estándares. Además la llegada de productos como Skype han popularizado la tecnología móvil ente los usuarios en su entorno doméstico y les ha llevado a que reclamen herramientas similares en sus organizaciones. Por eso tenemos que ser capaces de ofrecérselas con un alto nivel de seguridad y fiabilidad para que estos proyectos actúen de catalizadores”.

La seguridad, un aspecto decisivo
Javier Espada de Ernst & Young asegura que, “en estos momentos muchas pymes están ejecutando sus proyectos de movilidad por los ahorros de costes que pueden suponer, y este no es el camino adecuado. La tecnología inalámbrica es muy compleja y es necesario contar con una fase de consultoría antes de su despliegue y de un análisis adecuado de seguridad, algo que no se está haciendo y es uno de los frenos que más está afectando a la movilidad, sobre todo entre la pyme”.
“Muchas veces hemos visto empresas que no trabajan con aplicaciones de movilidad por miedo a que no sean seguras, cuando lo cierto es que existen elemento

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