¿Pagos online seguros?

Mito y realidad de los riesgos del pago online

El pago anticipado, el inmediato y el diferido son variantes taxonómicas de los medios de pago del comercio electrónico, en el que las tarjetas de crédito clásicas se han impuesto en el mercado emergente y jugoso de Internet. Un canal de negocio no exento de riesgos, a los que la tecnología debe hacer frente con esfuerzos renovados, para frenar un fraude no tan sofisticado como pueda parecer, pero que está muy presente en el medio y en los medios. Mucha gente piensa que es inseguro hacer pagos a través de Internet por la compra de productos o servicios. Esta idea es intensificada por las crónicas de los medios acerca de mercaderes espurios que se apropian de los datos de tarjetas ajenas para efectuar transacciones no autorizadas por el titular. Como resultado, algunos consumidores se dicen reticentes a las compras online, y las encuestas revelan que existe preocupación por la seguridad y privacidad de las tarjetas de crédito. Sin embargo, otras encuestas que preguntan sobre la experiencia de los consumidores no avalan ese prejuicio. El último Eurobarómetro de la Comisión Europea que se ocupa del asunto revela que en la UE sólo el 1% de los usuarios de Internet ha tenido algún problema con su tarjeta. En España, la proporción es inferior al 1%, por lo que se consigna como cero. El único país que parece tener razones para la inquietud es el Reino Unido, con un 4% de respuestas en ese sentido. Es significativo, porque se trata del único país europeo en el que más de la mitad de los internautas ha hecho compras online (en España, sólo el 19%, según la misma encuesta). Hay aquí motivo para la reflexión, porque en España se suele achacar el débil desarrollo del comercio electrónico al temor de los usuarios a ser víctimas de fraude en el pago con tarjeta. Pero esta impresión tampoco refleja cabalmente la realidad. La última encuesta trimestral de la CMT sobre comercio electrónico [www.cmt.es]nos dice que el incremento de las operaciones online con tarjeta es constante, aunque lento: 2,7 millones en el segundo trimestre de 2003 (+1,47%) y que el valor total de las transacciones progresa a mejor ritmo (99,7 millones de euros, esto es un 11,7% de incremento). Por consiguiente, el monto medio de cada operación asciende a 71,37 euros. No parece cierto que los compradores online rehuyan el pago con tarjeta: según la CMT, el 86,2% de las transacciones se paga con este instrumento y sólo el 13,8% contra reembolso o mediante transferencia bancaria. Cuando se habla del lento desarrollo del comercio electrónico en España, debe tenerse en cuenta que casi exactamente la mitad de las transacciones se han hecho en sitios fuera de nuestro país, y habría que añadir otras 270.000 operaciones de extranjeros en sitios españoles. Lo que parece sugerir que el problema no está tanto en el temor de los consumidores cuanto en las carencias de la oferta española. El ya citado Eurobarómetro concluye que el nivel de confianza de los usuarios en el comercio electrónico es razonablemente alto: 7,08 sobre 10. Podría esperarse que el ratio de confianza fuera inferior entre quienes nunca han comprado en línea, pero no es así: no se aprecia diferencia con quienes sí han comprado a través de Internet. La guinda es la afirmación de que muchos usuarios son conscientes de que corren un cierto riesgo (se refieren a problemas en la recepción y garantías de la mercancía), pero aun así consideran que las ventajas superan a los inconvenientes. Así las cosas, las cuestiones que se plantean son obvias: ¿es realmente Internet un espacio inseguro?, ¿cuáles son los riesgos reales que corren los usuarios? José San Juan, director general de Visa EU para España [www.visa.com], dijo a iWorld que el titular de una tarjeta Visa siempre está protegido contra su uso fraudulento, sea en Internet o presencial, mediante los circuitos habituales de reclamación y retroceso de operaciones, lo que supone una gran ventaja para los titulares. “Sin embargo, es cierto que en el entorno Internet se producen muchas reclamaciones y retrocesos que generan insatisfacción entre los titulares afectados, aunque no un impacto económico, al mismo tiempo que provocan un elevado coste operativo entre los bancos. Por ello, en Visa somos partidarios de continuar insistiendo en que los pagos a través de Internet pueden realizarse de forma completamente segura gracias a Verificado por Visa, un servicio de seguridad que permite garantizar la identidad del titular de la tarjeta”. Convendría, pues, desdramatizar la cuestión, lo que no significa que las transacciones online sean absolutamente seguras. Pero insistir en ello es un aviso para que usuarios y vendedores se tomen más en serio las medidas de protección. Pone el dedo en la llaga Victor Escudero López, subdirector general de ServiRed [www.servired.es] cuando dice que el pago con tarjeta en compras electrónicas es del todo seguro, siempre y cuando la operación se realice en comercios seguros, certificados como tales y fácilmente identificables; de otra forma, incluso estaría en peligro la recepción del bien o servicio comprado. “Creo – añade - que hay mucho en la cultura de los españoles interesados en tocar el producto antes de comprarlo, que hace que el desarrollo del comercio electrónico sea lento. Sin embargo las expectativas son favorables ya que según la Asociación Española de Comercio Electrónico, aunque sólo el 19,4% de los internautas españoles ha comprado alguna vez en la red, el incremento es visible cada día”. Polisemia del fraude online Fraude es un concepto demasiado amplio y no carente de ambigüedad cuando se habla de Internet. Pero ofrece un contexto atractivo para la prensa no especializada, que no se detiene en distingos entre el pago online, las maniobras para inducir a hacer transacciones o la venta a terceros de datos personales sensibles para el usuario, cuyas consecuencias no son sólo económicas. El fraude con el pago no necesariamente se limita a la modalidad electrónica, sino que puede incl

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