El almacenamiento como centro neurálgico de la empresa

Logrando que la información sirva al negocio

La gestión del incremento del volumen de datos a almacenar en las empresas ya no se puede seguir resolviendo simplemente mediante la incorporación sistemática de periféricos a los sistemas o el incremento de la capacidad de los mismos. Actualmente, la integración de infraestructuras de almacenamiento dentro de los grandes entornos de TI y la gestión eficiente de los datos empresariales son parte fundamental de las políticas de TI, al tiempo que el sistema de almacenamiento se ha convertido en el nuevo centro neurálgico de la empresa.

Los años 2002-03, que han sido muy difíciles y complejos para la industria de las Tecnologías de la Información, en general, han significado un punto de inflexión y cambio para el sector del almacenamiento, que se convertía en el punto central, en la “Unidad de Cuidados Intensivos” y centro neurálgico para las empresas. Las grandes inversiones en I+D dentro del área del almacenamiento permiten a una empresa diseñar su infraestructura tecnológica alcanzando unos niveles de ahorro en costes que puedan suponer hasta el 50% en términos de ROI (Return On Investment).
Durante esta etapa, en el capítulo del software de aplicaciones de negocio, la tendencia dominante ha sido la integración e interoperabilidad de unas aplicaciones con otras. Este es el resultado de años de crecimiento periférico, mediante soluciones ad-hoc. A su vez, en el estrato de la infraestructura que soporta a estas aplicaciones, la situación ha sido similar, aunque con un despegue no tan uniforme. La constatación de estos hechos lleva a plantear una serie de interrogantes.
¿Por qué unas empresas u organizaciones han visto clara la necesidad de consolidar la infraestructura desde la óptica de la información y han conseguido mejoras sustanciales en eficiencia, mientras otras se han obcecado en ver la consolidación –si la han visto– desde la óptica de los servidores y han alcanzado tibias mejoras?
Si, en general, estamos de acuerdo en la necesidad de integrar e interoperar aplicaciones informáticas, ¿por qué en muchas ocasiones se hace difícil lo sencillo y se buscan maneras complejas de intercomunicación entre aplicaciones, en lugar de ir a lo obvio, que es consolidar la información, que después de todo es común a todas la aplicaciones?
¿Por qué en esta sociedad actual de servicios 365x24 todavía hay organizaciones ancladas en las viejas soluciones de DR –recuperación ante desastres- en lugar de afrontar las demandas de continuidad de servicio sin rupturas que sus clientes les plantean?
La respuesta a estas preguntas no es de carácter económico. De hecho, los planteamientos erróneos en los temas propuestos son más gravosos, más caros y menos eficientes que los correctos. La respuesta está en la influencia de los suministradores tradicionales de servidores. Éstos, de manera interesada, prefieren “soluciones” basadas en el predominio del servidor, donde el sistema de almacenamiento sea un periférico manejado desde el servidor, en el que reside prácticamente todo el software de control.
Las empresas y organizaciones que han visto claro cómo están cambiando los roles en la infraestructura, cómo la inteligencia se reparte entre servidores y almacenamiento están dando ya el paso siguiente, dotando de inteligencia a la red que une sistemas de almacenamiento y servidores. En estas organizaciones se han tomado las decisiones de consolidación desde la óptica adecuada, la de la consolidación de información, y los resultados han sido de grandes mejoras en eficiencia.
Todos estamos de acuerdo en que las principales prioridades empresariales son incrementar la cifra de negocio más rápidamente que los costes (hacer más y mejor con lo mismo o menos) y mejorar la retención y rentabilidad por cliente. Estas prioridades se traducen a su vez en objetivos para los directores de TI en lo referente a la gestión de infraestructuras. Se les pide que reduzcan costes e incrementen la eficiencia, que eliminen o mitiguen de manera eficaz los riesgos y que gestionen los niveles de calidad del servicio adecuadamente.
Estos objetivos de los directores de TI sólo podrán ser alcanzados con una solución de almacenamientito que facilite la consolidación y puesta en red, la estratificación y la gestión unificada de toda la infraestructura de almacenamiento. Por último, aunque no menos importante, se debe contar con mecanismos de continuidad de negocio también estratificados.
La misión de las Tecnologías de la Información ha sido siempre ayudar a las empresas a maximizar el valor de su información al coste más ajustado. Para alcanzar este objetivo es necesario ofrecer un conocimiento nuevo y más profundo del valor de la información, organizarla en función de su criticidad para el negocio y construir la infraestructura de gestión de la información necesaria para trasladar este valor al negocio de forma simple, fiable y a un coste ajustado.
Una vez que las empresas han optimizado su infraestructura, el nuevo reto es ayudarles a gestionar el crecimiento explosivo de la información que generan sus actividades, teniendo en cuenta esta situación, nos planteamos el próximo hito en almacenamiento: la Gestión del Ciclo de Vida de la Información (ILM).

El valor cambiante de la información
Las personas, los ecosistemas, las tecnologías e incluso negocios se mueven por ciclos de vida, distintas fases de desarrollo. Es ahora cuando se comprende que la información también tiene un ciclo de vida durante el cual su valor evoluciona, desde su nacimiento hasta el término de su vida útil. En los negocios, el valor de la información fluctúa ligado normalmente a los ciclos operativos de la compañía, como pueden ser horas o días en las transacciones que generan las ventas, meses en el tratamiento de nóminas, años en los cierres de ejercicio, impuestos, etc.
Los directivos, en continua búsqueda de mejores y más eficientes modos de proteger sus activos se encuentran con nuevos tipos de datos que tienen diferentes requisitos de rendimiento y gestión de los datos tradicionales, mientras, por otro lado, deben encontrar la mejor manera de proteger y gestionar en tiempo real la información corporativa, uno de sus grandes activos. Y esto no es más que una consecuencia del pasado, la mayoría del almacenamiento existente hoy en día en las empresas fue implantado hace años, y responde a estructuras y necesidades empresariales del pasado. Los directores de TI se han convencido de que si quieren que sus compañías sean verdaderamente eficientes y rentables deben tender hacia sistemas de almacenamiento en red, centralizando la gestión de sus entornos homogéneos y heterogéneos, y aprovechando la escalabilidad y relación precio/rendimiento de la nueva tecnología. Aunque esta es la tendencia, no hay que descartar otras opciones, pues la elección correcta dependerá de las infraestructuras existentes y las necesidades empresariales. Las empresas cada vez utilizan y generan mayores volúmenes de información, que han de mantener y/o modificar (a menudo de forma impredecible) y que juegan un papel clave en el mantenimiento y crecimiento del propio negocio. Por otra parte, están apareciendo numerosas normativas que establecen el plazo que hay que mantener salvaguardados los correos y otras informaciones en formato electrónico, así como el

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