El outsourcing mantiene su buena racha
El potencial cliente procura indagar sobre el tipo de servicio que inicialmente le interesa –gestión de infraestructuras tecnológicas, gestión de aplicaciones, o gestión de procesos de negocio– y lo hace aprovechando la experiencia de otros colegas. Con la ventaja, para el interesado, de que dispone, ya, de un repertorio suficientemente diversificado donde seleccionar lo más afín a sus pretensiones. A partir de aquí, suelta toda la batería de preguntas que le interesan, y profundiza y debate sobre puntos concretos del contrato; peculiaridades de su desarrollo; y comportamiento profesional del prestador del servicio. De estos contactos con otros colegas, extrae la conclusión de que la externalización que estudia puede resultar ventajosa, ya que existen procedimientos para garantizarle eficiencia y seguridad, al mismo tiempo que puede disponer de métodos que aportan flexibilidad ante posibles cambios de negocio. Por lo tanto, con la repetición de esta secuencia, se entiende que vaya creciendo significativamente el número de clientes interesados en la contratación de servicios de outsourcing. Avalado, este interés, por la comprobación, siempre recomendable, de que en España hay compañías capaces –por solvencia, conocimientos y experiencia– de desarrollar servicios de externalización a plena satisfacción de las organizaciones más complejas. Saber elegir una de ellas no es complicado si se aplican criterios racionales de selección, ya que a los vendedores de humo se les descubre enseguida.