Outsourcing.

Recientemente se ha celebrado en Madrid una conferencia sobre outsourcing organizada por el Institute for International Research España. Es el tercer año consecutivo que este grupo prepara una sesión sobre el mismo tema y, a juzgar por el resultado, parece que ha acertado en la elección. El número de asistentes así lo evidencian.

No hace falta insistir en la definición de outsourcing, porque se ha apreciado un mayor conocimiento del concepto entre las personas interesadas en esta modalidad de servicio. Desean que se les hable de experiencias concretas, de ventajas, y de posibles inconvenientes si no se adoptan las medidas oportunas por escrito en la formalización del contrato, o de cualquier otro caso que, hipotéticamente, también pudiera surgir. Pero algo no funciona cuando, entre personas pertenecientes a empresas que dan servicios de este tipo, se estima que el outsourcing, en nuestro país, no despegará hasta dentro de dos o tres años. Agregan que nos encontramos en estos momentos en fase de divulgación. ¿Obedece a una estudiada estrategia para obtener después óptimos resultados, o es que no se puede ir más deprisa?.

En España no parece que sean muchas las empresas que ofertan servicios de outsourcing. Pero pueden ser incluso demasiadas, si la demanda es pequeña. ¿De quién es la culpa?. Obviamente no lo es, seguro, del usuario. Habrá que achacársela, entonces, a las empresas de outsourcing que no difunden la idea con la intensidad y cobertura precisas para que los potenciales clientes sean motivados a conocer y contratar servicios de outsourcing. ¿Por qué no lo hacen? Las empresas de outsourcing en nuestro país, disponen de información suficiente como para ver el futuro con optimismo. Los informes de allende nuestras fronteras, destacando el notable porcentaje de altos ejecutivos proclives a la contratación de estos servicios, unido al progresivo incremento de las facturaciones, les habrá hecho pensar que en España se dan las condiciones de un mercado potencial casi virgen con múltiples posibilidades. Sobre todo si se incluye el colectivo de empresas con facturaciones anuales entre 10 y 15.000 millones de pesetas. Pero, para abordar este mercado con garantías de éxito ¿Están haciendo las empresas de outsourcing lo necesario? ¿Acaso lo suficiente?.

Los proveedores de outsourcing deben transmitir muchos mensajes al directivo español. Tendrán que explicarles porqué, con la contratación de sus servicios, pueden darse casos en los que aumentan los costes de informática de la empresa pero, en cambio, mejora la cuenta de resultados. Para quienes conciben el outsourcing solamente como una solución enfocada a reducir costes, habrá que convencerles de que contribuye también a aumentar el nivel de productividad, a obtener tiempos de respuesta más rápidos, a disminuir los tiempos de desarrollo, y a lograr una mejor flexibilidad. El outsourcing, por su operativa, despierta recelos. Razón poderosa para que los suministradores de éstos servicios desplieguen habilidad, tacto y comprensión en la exposición de argumentos ante los directivos, con el fin de conquistar el elemento básico e imprescindible de una futura relación: confianza.

Los directivos más preparados mentalmente para ir incorporando el outsourcing a sus empresas, tienen claro que lo harán por fases, sobre áreas de actividad que no comprometan la información estratégica. La posibilidad de que la casi totalidad de la plantilla de informáticos pueda ser contratada, en caso necesario y previo acuerdo entre las partes, por el suministrador del servicio, elimina un escollo de gran envergadura. Un contrato bien elaborado, con anexos revisables periódicamente, es el complemento ideal de la relación estable, prácticamente indispensable, en los acuerdos de outsourcing.



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