Estudios

Cómo reorganizar las TI para operar como una tecnológica

Un informe de McKinsey apunta cuáles son las claves para que las empresas tecnológicas sean capaces de comercializar productos hasta cien veces más rápido que sus competidores.

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Organizar las TI en torno a un conjunto de plataformas flexibles e independientes, organizadas en módulos y administradas por equipos multidisciplinares es una de las ventajas competitivas de las empresas tecnológicas líderes, según concluye un informe de McKinsey en el que desgrana las claves para que las compañías de cualquier sector puedan trabajar como una empresa tecnológica y la flexibilidad e innovación que caracteriza a éstas.

Para la elaboración del estudio (Las plataformas entran en juego: cómo operar como una compañía techie) la consultora ha analizado compañías de éxito conocidas mundialmente con el fin de llegar a conclusiones que se puedan aplicar a todo tipo de empresas. “Las empresas tecnológicas han demostrado que su avanzada tecnología les permite moverse más rápido, con mayor flexibilidad y con mayor alcance que sus competidores”, reza el escrito.

Hacia unas TI basadas en plataformas

El informe expone que la mayoría de las empresas pasan por alto la importancia de que todos sus componentes de IT trabajen de forma conjunta. La capacidad de las tecnológicas de organizar sus TI en torno a plataformas que se gestionan de forma individual y que tienen un grupo lógico de actividades y tecnología asociada que cumple con un objetivo comercial específico es clave. “Cuando estas plataformas comienzan a trabajar en conjunto, forman la columna vertebral de las capacidades tecnológicas de la empresa. Esta configuración del IT en plataformas es lo que permite experimentar, fallar, aprender y progresar rápidamente a las compañías, haciendo posible la comercialización de productos hasta 100 veces más rápido que sus competidores”, explica el estudio.

En concreto, el informe brinda cuatro recomendaciones para dar el salto a las TI como plataformas. Primero, los departamentos de negocio y de TI deben analizar las plataformas existentes y hacer una selección inicial y no definitiva para comprender si cada plataforma encaja correctamente. Por otro lado, deben configurar el centro de control y los equipos iniciales para cada plataforma. Además, conviene aprovechar las posibilidades que permite cada plataforma para facilitar la interoperabilidad y la integración de otras plataformas de forma ágil, siguiendo siempre las prioridades marcadas, a través de las siguientes actividades: prestar servicio a clientes y a otras plataformas centrándose en la experiencia de usuario a través del design thinking y la automatización; actualizar, renovar o reemplazar viejas aplicaciones con el fin de generar un valor añadido; incorporar el uso del análisis de datos en todas las actividades posibles; y escribir (o reescribir) el código como bloques o módulos independientes que se puedan intercambiar y reemplazar fácilmente.

Finalmente, desde la consultora recomiendan gestionar el proceso a través del comité ejecutivo. Es éste el que debe tomar las grandes decisiones, establecer objetivos de transformación y mediar con los problemas que puedan surgir en todos los niveles.

Como conclusión, desde McKinsey apuntan que convertirse en una empresa basada en plataformas supone abordar un completo cambio de mentalidad.



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