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"El mundo tenía que adaptarse para sacarle provecho a la IA y Worldcoin es una respuesta a eso"

La compañía de Sam Altman tiene a millones de personas alrededor del mundo escaneando su iris. Tiago Sada, head of Product, Engineering & Design, profundizó en el funcionamiento de Worldcoin y respondió a los diversos cuestionamientos y dudas que genera el negocio.

Tiago Sada, head of Product, Engineering & Design de Tools for Humanity (Worldcoin)
Tiago Sada, head of Product, Engineering & Design de Tools for Humanity (Worldcoin).

La escena de largas colas de personas esperando para escanear su iris en un aparato plateado y redondo llamado Orb se ha repetido en los distintos países en los que Sam Altam -conocido por fundar la empresa detrás de ChatGPT, OpenAI- ha aterrizado con su nueva empresa, Worldcoin. Con el iris, la firma busca certificar la ‘humanidad’ de las personas y generar una identificación digital (WorldID), y el proceso ha tenido un buen recibimiento del emprendimiento, en parte porque, a cambio de los datos biométricos, la compañía paga con una parte de su propiedad a través de su tóken (WLD)

Tiago Sada creció construyendo robots con sus amigos del colegio en México y, cuando estaba en Estados Unidos estudiando su carrera, fundó una startup que fue apadrinada por la conocida aceleradora Y Combinator. Allí fue donde conoció a Altman y terminó siendo parte de Worldcoin. Dos años y medio después, es head of Product, Engineering & Design de Tools for Humanity, la compañía detrás de Worldcoin.

En un encuentro con medios españoles, Sada comenta que la visión de Altman hace cuatro años, cuando fundó Worldcoin, era que “la inteligencia artificial (IA) avanzada iba a venir y venía más pronto de lo que la gente anticipaba. Que iba a hacer el desarrollo más importante del siglo. Pero así como cambió el mundo con internet, el mundo también iba a cambiar con la IA. Había ciertas cosas a las que se tenía que adaptar el mundo para sacarle provecho y Worlcoin es una respuesta a eso”.

Para Altman, explica Sada, había tres preguntas interesantes que hacerse en todo este proceso: cuál sería el impacto económico de la IA (y cómo distribuir la riqueza generada por esta tecnología), cómo democratizar estos sistemas, y cómo demostrar la ‘humanidad’ de las personas en un mundo en el que todo se puede falsificar. “Esto último será un tema superimportante a partir del próximo año, porque más del 80% de las democracias tendrán elecciones federales. Y estamos llegando a un punto en el que las IA están haciéndolo más complicado”, dice.

Así, Worldcoin se posiciona como una red de identidad digital y financiera que “distribuye la propiedad misma de esa red entre las personas. Debe ser propiedad de la gente, un bien público”. Esto lo hace a través del Orb, de su protocolo de WorldID y de la WorldApp.

El Orb tiene tres trabajos, detalla Sada. El primero, asegurarse de que eres una persona real, el segundo, generar un código único con el randomness de tu iris, y el tercero, comprobar que esos dos componentes se cumplen y verificar tu WorldID. 

Sada destaca que lo único que sale del Orb es este código del iris que, una vez generado, permite eliminar los datos biométricos del aparato. Ésa es una primera capa de protección. La segunda es que “tu código iris no es tu identidad, sino que es la de Worldcoin. El Orb estampa el WorldID como verificado”. Y la tercera capa de privacidad es que “cuando vas a iniciar sesión con tu WorldID se genera en tu móvil una identidad desechable distinta para cada desarrollador (Apple, Google, etc), por lo que nadie puede rastrear lo que haces a lo largo de diferentes aplicaciones”. La aplicación WorldApp, en tanto, también cumple con diversos estándares de seguridad. “Estamos acostumbrados que los datos se guarden en servidores de empresas. WorldID solo vive en tu móvil y nadie más puede acceder a ella. Damos la opción de respaldar el WorldID en iCloud o Drive de forma encriptada, por lo que si tu pierdes tu móvil puedes restaurarla”, explica Sada. Gracias a todo esto, sostiene que “WorldID es probablemente el sistema más privado que existe”.

 

El boom de Worldcoin

Sada concreta que más de un millón de personas usan la WorldApp al mes, lo que corresponde a más del doble que las últimas cifras reportadas por la compañía. En España, Worldcoin ya tiene más de 250.000 usuarios verificados con el Orb, aunque en países como Chile y Portugal el número equivale al 1% y 2% de la población, respectivamente. 

España, “uno de los mercados más importantes de Europa” para Worldcoin, cuenta con Orb en 16 localizaciones, pero Sada adelanta que pronto lanzarán una nueva funcionalidad con la que los usuarios podrán reservar bonos de WLD si no hay Orb en sus ciudades, para luego ir a buscarlos a la más cercana cuando puedan.

Respecto a su tóken, Sada comenta que no está disponible en aquellos países donde la legislación en torno a las criptomonedas no es clara o no lo permite. “En esos lugares no vas a ser propietario de la red, siempre intentamos ser muy respetuosos de las regulaciones de cada país. Esperamos que con el tiempo muchos de estos países preparen marcos regulatorios y entonces lo reevaluaremos”, declara. De hecho, cuenta que “antes de entrar en cualquier mercado, entablamos reuniones con las autoridades financieras y de privacidad, quienes revisan el proyecto y lo dejan operar. A veces surgen nuevas dudas y piden revisar cosas, algo que nos parece natural”. Esto último lo comenta en relación a gobiernos que han cuestionado la protección de datos de Worldcoin, como Francia y el Reino Unido, o que incluso han abierto investigaciones y prohibido su funcionamento, como Kenia.

Sada también se refirió a la integración de Worldcoin con soluciones terceras, como la identidad digital de la Unión Europea. Con esta última, asegura, su plataforma es “completamente compatible" y que “Worldcoin no busca reemplazar los pasaportes. Mucha gente no tiene identidades que se puedan verificar digitalmente. Se pueden usar a la par".

Worldcoin ya se ha integrado en los procesos de otras compañías, como en Discord, donde se utiliza para verificar a sus usuarios y moderar las comunidades, o en la plataforma Auth0, que permite agregar autenticación a las aplicaciones. Ésta, por ejemplo, es la que permite iniciar sesión en una web con una cuenta preexistente de Google, y ahora lo haría también con WorldID.



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