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Especial 5G ComputerWorld 2022

“Debemos pasar de hablar de adoptar 5G a desarrollarlo”

La falta de casos claros de negocio que impulse la demanda, las necesidades de inversión empresarial y la actual inflación frenan el despliegue del 5G en una Europa posicionada detrás de EEUU y Asia. La subasta de frecuencias acelerará su implantación en España, pero de manera lenta y gradual.

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Desde que se empezó a hablar del despliegue del 5G en el mundo y en particular en España, nos mantenemos a la espera con expectación para ver cómo esta tecnología (y la siguiente, 6G, sobre la que ya se está trabajando) va a trasformar las comunicaciones a niveles desconocidos y por tanto los negocios, el ocio, la territorialidad, puede que hasta la demografía y, en general, la sociedad entera. Pero por el momento no está transformando tan deprisa como se hubiera querido ni en Europa en general, ni en España.

Si hace año y medio parecía que el despliegue era inminente, en el último Mobile World Congress se oía exclamar entre pasillos de la feria que "¡Europa se está quedando atrás en 5G!" y el estudio 5G Readiness Index 2021 de la consultora Kearney así  lo reflejó en 2021 y lo ha confirmado en 2022, “al menos por ahora. Llevar los servicios 5G a los clientes, es un territorio nuevo. Europa todavía va a la zaga de otras partes del mundo a la hora de prepararse para un despliegue 5G a gran escala”.

Federico Ruiz, responsable del Observatorio Nacional 5G (ON5G) confirma los datos sobre la posición a la zaga de Europa. “El 5G tiene un fuerte acento asiático, casi la mitad del despliegue corresponde a China y las prestaciones de Corea y Taiwán destacan y la fragmentación del mercado europeo dificulta la comparativa entre Estados Unidos y el viejo continente".

El director del ON5G insiste en que “cada país europeo es un caso especial, porque corremos con ritmos diferentes de disponibilidad del espectro y despliegue” y explica que en estos ritmos influyen “la geografía, la distribución de la población y la estrategia que los operadores se ven empujados a seguir en cada país en función de la regulación, de la base instalada fija, y de la posición heredada”. Y es que no hay una única métrica en 5G, “podemos usar los criterios de la cobertura del territorio, de la población, las prestaciones y tipo de la red, el impacto económico directo e indirecto, en el empleo, o la utilidad social”, añade Ruiz.

Por estas u otras razones, según Alejandro Cadenas, Associate Vice President de IDC, la diferencia de ritmo en nuestro continente se nota. “Alemania, de manera destacada, cuenta ya con redes 5G Stand Alone (redes completas 5G incluyendo el core de la red y que por tanto tienen mejores capacidades) y con un espectro industrial asignado a despliegues de red privadas que posibilita su apertura para que las empresas continúen su desarrollo. Esto es un motor de innovación espectacular para el tejido industrial del país, y lo tienen también Francia y Reino Unido”.

 

España: el espectro industrial no despega

Cadenas dice que en España vamos por detrás en lo que se refiere a espectro industrial, pero no tanto en el despliegue de infraestructuras 5G que ya están disponibles “en el ámbito de las redes públicas, las que podemos utilizar todos con un dispositivos 5G, así como en las privadas que se despliegan para dar cobertura específica a empresas o industrias y solo pueden ser utilizadas por ellas” por lo que muestra optimismo al decir que “los pasos son los adecuados y el despliegue de las infraestructuras 5G va a buen ritmo”.

La misma seguridad transmite Víctor Calvo-Sotelo, director general de la Asociación Española para la Digitalización, DigitalEs. En cuanto a los tiempos de despliegue del 5G “no hay motivos para la preocupación” y a pesar de lo que indican algunas comparativas europeas, “de entre los grandes países, España ha sido el que más retorno ha obtenido de los proyectos piloto 5G impulsados por el Gobierno en los últimos años”. Según afirma, un mayor impulso dependerá de varios factores; “cómo se implementen los planes ÚNICO (Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia), del desarrollo regulatorio de la recientemente aprobada Ley General de Telecomunicaciones, y del progreso de los modelos de negocio”.

El Índice de Economía y Sociedad Digital (DESI) sitúa a España como uno de los líderes europeos en conectividad en general, tercero en términos absolutos, solo adelantado por países mucho más fáciles de cubrir que nuestro accidentado territorio. El DESI tiene dos criterios en cuanto a 5G; disponibilidad de espectro y cobertura de la población.

Federico Ruiz  nos recuerda que “España fue uno de los primeros países en poner la banda estrella de 3,5GHz a disposición de los operadores. Aunque su adjudicación viene sujeta a compromisos de cobertura, la disponibilidad de la banda de 700 Hz se ha visto retrasada con la pandemia, pero está ya disponible, lo que debería traducirse en una rápida y amplia cobertura de la población”. También supondría que  España suba rápidamente del 59% (la media comunitaria actual es del 66%) hasta alcanzar o sobrepasar rápidamente el 94% (87% en la UE)  tanto en cobertura de población como en implantación de la banda ancha móvil en general.  “La banda de 700 MHz es especialmente buena para cubrir amplias zonas de territorio” aclara Ruiz.

Desde el Observatorio 5G su director explica que los esfuerzos del plan Espanña Digital 2025 están orientados a la disminución de la brecha territorial. La cobertura 5G de la población se está completando rápidamente, aunque a costa de sacrificar las prestaciones, “que quedan aún lejos de las de países como Corea y desde luego de las posibilidades del estándar. Los gobiernos se concentran en corregir lo que perciben son los fallos del mercado más notables; en el caso de nuestro país, la cobertura territorial y de los últimos porcentajes de población” dice Ruiz. Según explica, “esto se  intenta acelerar o reforzar con compromisos de cobertura ligados a la banda de 700MHz y con medidas adicionales, como las ayudas al despliegue en zonas rurales”.

 

Las frecuencias ya no frenan, la inflación sí

Si el despliegue de la banda 700MHz ya no supone un freno a la expansión de esta tecnología, ¿qué la retrasa? Según el analista Alejandro Cadenas, “ahora la inflación. El 5G ofrece capacidades únicas para la digitalización de los procesos productivos más estratégicos de las empresas; son las que deben de dar el paso. Con la situación inflacionaria es más difícil asignar presupuesto para procesos de digitalización de operaciones y modelos de compañía”. 

En cuanto al ecosistema de dispositivos, “se avanza a mucha velocidad —dice Cadenas— en el certificado de dispositivos 5G, tanto móviles como dispositivos IoT, pero el ecosistema aún no está maduro. Estamos arrancando. La disponibilidad de componentes también es un reto y los precios aún son altos. Todo esto irá mejorando durante el 2023”.

Filipe Rombert, responsable de telecomunicaciones de Kearney en España y Portugal también pone en valor la importancia de la subasta de frecuencias y su disponibilidad. “En España se ha producido la subasta de las frecuencias (700Mhz y 3600Mhz) y a finales de año se subastarán las bandas altas de mmWave (40Ghz). Al estar disponibles, permitirán ponerse al día respecto al resto de países”.

Tras la subasta frecuencias, según este analista “en cuanto al despliegue del 5G en solitario la pelota está en el tejado de los operadores. En España, el alto nivel de competitividad del mercado, no les anima a invertir y probar nuevos servicios. En Portugal, por ejemplo, y a pesar del gran retraso de su propia subasta de espectro, los operadores están probando y ensayando muchos servicios 5G para ampliarlos una vez sea posible”.

Rombert explica que “los operadores no autónomos han desplegado en los mismos sitios que la 2-3  y 4G, proporcionan servicios 5G, que son más rápidos que 4G y, en algunos casos, diferentes modelos de negocio (por ejemplo, Vodafone España, con precios innovadores), pero muy similares a la 4G”.

En cuanto al despliegue rural, según el analista de Kearney existe la expectativa, aún por demostrar, “de que el 5G proporcionará una conectividad de +1Gbps en las zonas rurales. En Estados Unidos, la conectividad rural con una solución de acceso inalámbrico fijo fue uno de los primeros casos de uso probados (pero no para un servicio de 1 Gbps). Lo más probable es que la red 5G complemente el despliegue de FTTH, sustituya a wimax, etc., pero, de nuevo, depende del caso o modelo de negocio”.

Desde DigitalEs, Calvo-Sotelo es tajante: al desarrollo del 5G le afecta “la pandemia, la guerra de Ucrania, falta de inversión, cuota de transformación digital de empresas y pymes, y el modelo de negocio que deja de lado a la España vaciada”, y pide a todos los clientes y usuarios que valoremos las ventajas de esta tecnología. Reconoce que la experiencia del 5G actual (non-standalone) es incompleta y no siempre permite visualizar bien las ventajas y el retorno, no sólo económico, de los esfuerzos y de las inversiones que este salto tecnológico exige. “La pandemia ha favorecido un proceso inmersivo acelerado en digitalización, pero el aumento de costes de energía puede ocasionar que se reevalúen los tiempos de determinadas acciones”.

En efecto, la pandemia tuvo un ligero impacto en la disponibilidad de la banda de 700 MHz,  “pero globalmente el despliegue en España no se ha visto afectado” nos dice Federico Ruiz, quien tiene claro que al despliegue no le afectará la necesaria disponibilidad de equipos “ni la crisis de suministro, ni la guerra en Ucrania directamente; precisamente es la industria del móvil la que domina los pedidos de semiconductores avanzados y tiene por lo tanto una relativa prioridad”.

Según este experto,  la herencia de las especificaciones originales del estándar divide nuestro mercado en verticales, en cierto modo estancos, “que nos encorseta y encierra en una dicotomía entre consumidores individuales e industriales”, lamenta.

 

Casos de uso que son una realidad

En España los diversos pilotos desarrollados han evidenciado que hay multitud de casos de uso en sectores verticales, con impacto en la vida diaria; industria, agricultura y salud son buenos ejemplos. No obstante el interés por Web 3, el metaverso, universos paralelos y el gaming “indican que el ocio y el entretenimiento son sectores clave para la creación de demanda de usuario, que cuentan con las economías de escala y los volúmenes de producción necesarios para justificar un despliegue realmente masivo. Estos usos a su vez tienen aplicación en la industria, gemelos verticales digitales e interacción a distancia” explica el responsable del Observatorio 5G.

Según Ruiz no debemos olvidar que ocio y entretenimiento son cualquier cosa menos un juego, “las redes que tan buen servicio prestaron durante la pandemia fueron financiadas por consumidores que pagaban por vídeo o deportes, ocio al fin y al cabo”.

Alejandro Cadenas ha visto las capacidades del 5G muy claras en entornos de tipo campus, como factorías industriales o de manufactura, plantas logísticas, puertos o aeropuertos. “En esos casos se trata de despliegues de red privada que soportan capacidades de procesamiento local tipo EDGE computing, y garantizan los estándares de seguridad y rendimiento requeridos por la empresa cliente”, asegura.

Estas empresas buscan implementar casos de uso relacionados con tracking de sus activos en movimiento en la factoría, telemetría, capacidades de trabajador conectado como realidad aumentada y otras soluciones de Smart Factory sobre la información en tiempo real, como mantenimiento predictivo o Digital Twin. Sin embargo, para el consumidor particular las mejoras serán más graduales y centradas en la conexión móvil muy rápida, según Cadenas.

Como ejemplo del avance paulatino, tenemos el de la operadora Orange en España. Cuentan con cobertura 5G sobre el 65% de la población española y su red alcanza ya 1.222 municipios repartidos en 51 provincias. La compañía asegura así mantener su compromiso de extender su red 5G “utilizando todo el espectro disponible, el mayor de un operador en España en las bandas prioritarias para el despliegue de esta tecnología (2x10MHz en 700MHz y 110 MHz en 3.5 GHz)”.

A principios de 2022, Orange anunciaba un ambicioso plan de despliegue 5G en la banda 700 MHz, con el objetivo de llegar con su red 5G sobre esta banda —fundamental para obtener las mayores ventajas de esta tecnología también en el interior de edificios y en zonas rurales—, de forma progresiva a lo largo de 2022, y ya ha desplegado red sobre la banda de 700 MHz en el 76% de los más de 1.100 municipios planificados para el conjunto del año.  Actualmente, más de 700 municipios de menos de 25.000 habitantes (y de ellos, 200 con menos de 1.000) ya tienen cobertura 5G en al menos una de las bandas de frecuencia en las que Orange cuenta con espectro.

En la región Valenciana están en marcha proyectos han contribuido a dedsarrollar proyectos de turismo aumentado, transmisión de información en situaciones críticas y conectividad en las emergencias, gaming 5G, diagnósticos remotos mediante robótica para telemedicina, gestión de flotas, inspección y mantenimiento remoto, agricultura de precisión, gemelos digitales para la protección de amplias áreas, inspección visual remota, o de subestaciones con robots y drones, y el análisis e inspección de siniestros en infraestructuras críticas, entre otros.  Muchos de estos proyectos se repiten en Galicia, donde también se desarrollan otros de Educación 4.0, smart campus, dron de vigilancia marítima o producción de contenidos TV5G.  

 

La revolución llegará con 5G Stand Alone

Filipe Rombert, de Kearney, nos enumera casos de 5G SA o “Stand Alone” que ya se desarrollan el resto del mundo; “el  5G SA de T-Mobile en EE.UU., un programa orientado al desarrollador que cuenta con plataforma API, comunidad de desarrolladores, etc.”. También nos habla del  “Elisa” en Finlandia, aún no tan avanzado, “pero que han ido más allá del empaquetado tradicional, con QoS centrado”, y con otro despliegue, el de NTT en Japón, “que se está asociando con los diferentes sectores para co-desarrollar en cada vertical: bancos, agricultura, fabricantes de equipos, etc.”.

Al igual que el resto de analistas consultados, Rombert sostiene que las verdaderas capacidades disruptivas esta tecnología se verán realmente cuando se despliegue el 5G SA o Stand Alone. “Algunos operadores están cerca de esta tecnología, haciendo pruebas, etc., pero nadie ha desplegado a gran escala. El despliegue de 5G SA Core es un paso que aún está en pañales, porque depende de la inversión de los operadores”. A excepción de Finlandia, ningún otro país europeo lo ha iniciado; hasta la fecha el núcleo autónomo 5G se ha desplegado solo en Estados Unidos, Japón, China, Sudáfrica, Australia y Oriente Medio.

Para él “el núcleo autónomo permitirá funcionalidades nuevas que habilitarán nuevos servicios: latencia, Network Slicing, etc. Por ejemplo, permitirá masificar el IoT, crear una ‘red virtual’, con KPIs dedicados y mayor capacidad de control de miles de dispositivos, lo que no es posible hoy en día”, explica. Por el momento, todos conocemos el 5G no autónomo, similar al 4G, pero más rápido y con más capacidad. “Pero aporta poca disrupción frente a lo que existe hoy en día. El 5G no autónomo no cambia mucho el IoT y las redes privadas, por ejemplo” señala Rombert.

Ruiz lo deja muy claro; “lo que afecta a la expansión 5G en todo el mundo es la falta de casos claros de negocio que impulse la demanda, tanto en el negocio de consumidor como en un modelo de despliegue industrial”. Para él, la decisión de dar el paso a una red SA corresponde a los operadores, pero el desencadenante está en las manos de los proveedores de terminales y de soluciones. Entiende además que la aparición de dispositivos y apps que privilegien el 3D frente al 2D, el consumo de datos con baja latencia y en tiempo real podría suponer un aumento vertiginoso del tráfico de datos y de las prestaciones exigidas “lo que solamente podría satisfacer una red SA, totalmente propia a 5G, segmentada, virtualizada y posiblemente sumando espectro en 26 GHz”. 

En aplicaciones industriales también hay una cierta sequía de casos de uso claros, inmediatos y que supongan una auténtica revolución, algo que solamente se puede hacer con 5G y que vaya más allá de un simple un ahorro de costes y aumentos de productividad. Según reflexiona Ruiz, “sería injusto achacar la falta de dinamismo del 5G industrial a las pymes. El liderazgo en la adopción corresponde a las grandes industrias, aquéllas con mayor poder de inversión y recursos, que son además el mercado más interesante para los operadores 5G”.

Sobre todo si se incluyen evoluciones como 5G avanzado y 6G, un estándar que podría tener más de 10 años de desarrollo por delante. Desde el Observatorio del 5G ven que su relativa inmadurez en estas primeras etapas no es un obstáculo, “es una enorme oportunidad, y aprovecharla requiere un cambio de mentalidad. Debemos pasar de hablar de adoptar 5G a desarrollarlo, el protagonismo pasaría a las atartups y a las pymes que sepan imaginar aplicaciones y productos realmente nuevos”, asegura Ruiz con contundencia.

Cadenas confirma que con el desarrollo que se espera, no solo se beneficiarán empresas y negocios, “los usuarios individuales también disfrutarán de funcionalidades avanzadas. Una vez que el 5G Stand Alone se despliegue, será posible disponer de tipos de red o de conexión específicas, con características diferenciadas, se dispondrá de baja latencia para conexiones orientadas a mobile cloud gaming, o realidad aumentada o virtual, y esto llegara progresivamente en los próximos meses”, augura.

 

Los desafíos técnicos, políticos y económicos

El analista de IDC ve desafíos claros, en primer lugar, de tipo técnico o del propio ecosistema “telco”. EL estándar está, los fabricantes de red ya tienen equipos, tanto de acceso como de núcleo, y los operadores despliegan progresivamente. Pero aunque se evoluciona positivamente “falta madurez del ecosistema de dispositivos, porque no tiene el desarrollo adecuado y la disponibilidad, y es aún baja para que la adopción vaya a un buen ritmo.

El otro desafío, según Cadenas, es la ya señalada “disponibilidad de espectro industrial para poder desplegar redes privadas, que el gobierno se plantea licitar en los próximos meses, al igual que el espectro dedicado a mmWaves (ondas milimétricas), que ofrecerá servicios y capacidades fantásticas en entornos indoor”. Desde el ON5G lo ven igual “el paso siguiente en nuestro país es la disponibilidad de espectro en ondas milimétricas, frecuencias con características muy diferentes de las de 700 MHz y 3,5GHz y para las cuales podemos pensar en usos distintos, más local y con una atribución más dinámica”.

Cadenas desde IDC reflexiona también sobre los desafíos de los propios usuarios, en concreto las empresas que pueden beneficiarse de este tipo de capacidades avanzadas, “deben empezar a implementar procesos de digitalización profundos, explorando cómo aprovechar capacidades, cambiar y redefinir sus modelos operativos y de negocio”. Estos procesos no son sencillos, requieren implicación de personas y recursos “en momentos de incertidumbre económica, por lo que todas las ayudas (por ejemplo,  fondos europeos), serán muy necesarias” afirma.

Ruiz ve un claro desafío en el establecimiento de políticas comunes. “En Europa falta una aproximación común, que vaya más allá de animar a los gobiernos en la disponibilidad del espectro. El impulso y la regulación del ‘5G industrial’, por ejemplo, está en manos de los estados miembros, la falta de esa política común al respecto es llamativa, sobre todo con la importancia que se da en Europa a esta tecnología”.

Aunque, según Rombert “directamente es muy difícil influir en el 5G” indirectamente la regulación puede ser más abierta para compartir espacios públicos para las microcélulas (por ejemplo, faros, alumbrado público, etc)” según vaticina. “También podría evitar el aumento de la competencia en el lado minorista (por ejemplo, limitar los remedios de la fusión MásMovil-Orange) permitiendo a los operadores invertir en el desarrollo del 5G”, propone.

Ruiz apunta otro reto que habrá que abordar; la ciberseguridad seguirá siendo también una cuestión estratégica muy importante con el 5G, “pendiente durante mucho tiempo; su importancia puede aumentar con el IoT, y con una red virtualizada, desagregada, con múltiples proveedores e integradores. Y los mundos virtuales, el metaverso y las realidades alternativas, prometen ser todo un desafío de la sociedad en general”.

De entre los grandes países europeos, España ha sido el que más retorno ha obtenido de los proyectos piloto 5G impulsados por el Gobierno en los últimos años. Calvo Sotelo destaca desde DigitalEs los planes ÚNICO, “y la complementariedad de las convocatorias; se dirigen no solo al despliegue de redes, sino también a incentivar la demanda, el desarrollo de servicios digitales y a la I+D. Al final, el éxito del 5G en nuestro país dependerá del trabajo que realicemos en estas cuatro grandes piezas del puzle”.

Con el despliegue que ya se ha realizado, y el que tienen proyectado las operadoras, la intención de todos, como refleja Orange, es “contribuir a la recuperación de la economía a través de la transformación digital de la sociedad y el tejido productivo del país, y a la reducción de la brecha digital territorial”. A ver si los estados unifican criterios, las empresas se atreven a invertir, y vemos como por fin el 5G nos cambia tanto la vida a todos como nos llevan anunciando tantos años.



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