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¿Es el fin de la fiebre del oro de las tecnológicas?

El alza de tipos de interés, la guerra en Ucrania y los coletazos de la pandemia provocaron fuertes caídas en la valorización de las grandes empresas de tecnología. Varios expertos analizan en ComputerWorld el contexto económico actual de estas compañías y evalúan el futuro de esta buena racha de los últimos años.

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Si hubo algún ganador durante los dos años que duró la pandemia del coronavirus, nadie puede negar que se trató de las empresas tecnológicas. Dos años en los que, mientras las compañías se vieron obligadas a cerrar sus oficinas y las personas a adoptar el teletrabajo y a distanciarse de sus familias y amigos, la digitalización creció exponencialmente, al igual que el negocio de aquellas organizaciones que proveían esas tecnologías. 

Los años de COVID-19 fueron el broche de oro de un periodo de vacas gordas de las tecnológicas que se remonta a décadas atrás, cuando el mundo vio cómo los grandes nombres del sector creaban sus imperios actuales. Nombres como Google, Apple o Amazon, a los que posteriormente se sumaron otros como Facebook, Youtube, Twitter y otras compañías incluso más recientes como Netflix, Uber y Spotify.

Los últimos diez años registraron un crecimiento casi sin pausa que logró su punto cúlmine durante la pandemia: las tecnológicas establecidas marcaron récords históricos y las emergentes y startups recibieron financiación como nunca antes. Sin embargo, esta racha alcista parece estar llegando a su fin. La misma pandemia que las potenció está generando consecuencias económicas que se ven reflejadas en una alta inflación y una consecuente subida de los tipos de interés, sumados a la incertidumbre generada por la guerra en Ucrania y problemas en las cadenas de suministro.

Con todo esto como contexto, reconocidos fondos de capital riesgo como Sequoia y Lightspeed y otras empresas financieras o relacionadas al ámbito de la innovación, como J.P. Morgan o Y Combinator, han advertido que se vienen años duros para las tecnológicas, al menos en Estados Unidos, donde tanto el crecimiento como las inversiones se estancarán. Les avisan que se preparen para lo peor. 

De hecho, el mes de mayo fue de caídas históricas en la valoración de las empresas tecnológicas. En los cinco primeros meses del año, el índice Nasdaq cayó casi un 23%, desplome del que las big tech no se salvaron: el precio de las acciones de Zoom bajaron un 60% entre 2021 y 2022, las de Amazon un 37%, Facebook un 40%, Spotify un 59%, Netflix un 72% y así con muchos otros reconocidos nombres. 

Lo anterior también ha generado una ola de despidos y un congelamiento en las nuevas contrataciones. Meta, Twitter, Amazon, Uber, Coinbase, Netflix, Robinhood, Tesla, Salesforce y PayPal son algunas de las compañías que ya han anunciado medidas de este tipo. Se estima que, en lo que va del año, se han perdido más de 20.000 puestos de trabajo en el sector.

 

¿Se trata del fin de la fiebre del oro de las empresas tecnológicas? 

ComputerWorld habló con expertos sobre esta situación que está experimentando el sector tecnológico, quienes coinciden en que se trata más bien de una normalización de este mercado y no de una crisis como la de las puntocoms, por ejemplo.

 

"¿Esto es comparable a la burbuja que se vivió a principios de siglo? No. Ahora mismo hay una creación de valor real por parte de la tecnología. Dos terceras partes del PIB mundial ya están digitalizadas y ese porcentaje no para de crecer"

 

Ignacio Cobisa, senior research analyst en IDC

 

Alberto Gómez, managing partner de Adara Ventures, señala que “las condiciones de mercado del 2021 es muy difícil que regresen a corto/medio plazo. El año pasado fue un año excepcional, fue un año récord. Después de un año anterior, el 2020, que también había sido un año récord. Ahora lo que se ha visto es que la inflación es un tema más duradero, la subida de los precios de la energía con la guerra han echado combustible a la inflación, ya todos los bancos centrales están subiendo tipos de interés para controlar la inflación. Y un entorno donde hay tipos de interés del 2% o 3%, afecta las valoraciones”.

“Lo raro era el ambiente en el que estábamos el año pasado y años anteriores, de tipos de interés del cero. Lo de ahora no tiene que ser una debacle, estamos hablando de tener tipos de interés del 2%, 3% o 4%, se han vivido por muchos periodos pasados y no es mayor drama, la inflación, siempre que esté bajo control, es un tema que existe en la economía global”, comenta, por lo que asegura que se trata de un “reajuste, sobre todo de valoraciones” de las empresas tecnológicas.  

Enrique Dans, profesor de Innovación en el IE Business School, concuerda en que “se trata del fin de una situación de mercado concreta, que es bueno para todos que termine”. Con esto se refiere a un entorno poco regulado para las empresas tecnológicas, normas que aplicaban para las compañías tradicionales, pero no para ellas, y que potenció un crecimiento sin límites. 

“Es muy posible que no sea una crisis muy darwiniana como la que fue en 2001, donde hubo un montón de empresas que murieron, que quedaron por el camino. Aquí podría ocurrir otra cosa distinta, que las que son big tech se mantengan como big tech en un mercado redefinido, las que sean capaces de adaptarse a este nuevo escenario regulatorio”, dice. 

 

"Es muy posible que no sea una crisis muy darwiniana como la de 2001, donde hubo un montón de empresas que murieron. Aquí las 'big tech' se podrían mantener como 'big tech' en un mercado redefinido, si son capaces de adaptarse al nuevo escenario regulatorio"

 

Enrique Dans, profesor de Innovación en el IE Business School

 

La misma opinión tiene Ignacio Cobisa, senior research analyst en IDC, quien asegura que “va a haber autoregulación, racionalización de algunas cosas que a lo mejor estaban sobredimensionadas”. “¿Esto es comparable a la burbuja que se vivió a principios de siglo? No. Ahora mismo hay una creación de valor real por parte de la tecnología. Dos terceras partes del PIB mundial ya están digitalizadas y ese porcentaje no para de crecer”, manifiesta.

“Si las expectativas de crecimiento se aplanan, las valoraciones lógicamente se ven resentidas. Es una evolución más lineal y más plana y menos exponencial como ha sido en los últimos años”, agrega.

 

Inversores más cautos

Ante las advertencias de los grandes inversores, Cobisa señala que “los mercados financieros lo que hacen es anticipar un poco el mercado real. La valoración del market cap de algunas de las empresas tecnológicas puede haber estado sobredimensionada en algún momento, lo que no significa que el global del mundo de la tecnología no vaya a seguir creciendo. Que haya algún ajuste y en esa línea, y esos avisos desde el punto de vista de los fondos, es razonable”.

 

"Antes era todo crecimiento, ahora hay más atención al modelo de negocio, los márgenes que generan las ventas, cuánto cuesta generar nuevas ventas y retener clientes. La sostenibilidad del modelo de negocio"

 

Alberto Gómez, managing partner de Adara Ventures

 

En ese sentido, Gómez cree que lo que sí cambiará de parte de los inversores es el cómo evalúan a las compañías en las que deciden participar. “Antes era todo crecimiento, lo único que valía era el crecimiento, ahora cuenta no sólo el crecimiento, sino cómo se logra ese crecimiento, cuánto dinero quema una empresa para llegar a ese crecimiento, hay más atención al modelo de negocio, los márgenes que generan las ventas, cuánto cuesta generar nuevas ventas y retener clientes. La sostenibilidad del modelo de negocio. El crecimiento a cualquier coste ya no vale tanto”, insiste. 

 

¿Qué pasa con Europa y España?

Este contexto de menor crecimiento e inversión en las empresas tecnológicas se está viendo principalmente en Estados Unidos, sin embargo, según el managing partner de Adara Ventures, en España ya se empieza a notar. “En el mercado español, hay muchas empresas que tienen inversores de fuera, algunos europeos y otros americanos, que están en el mercado viendo lo que pasa”, comenta. 

“Esto no es uniformemente malo, hay algunas empresas que tienen muy buenas métricas, que son muy eficientes en el uso del capital para lograr su crecimiento y esas destacarán. Pero hay muchas que les va a costar más y que tendrán que ver si su próxima ronda de inversión la tienen que levantar a una valoración inferior a la previa”, añade.

No obstante, los especialistas concuerdan en que las tecnológicas no conforman gran parte del tejido empresarial español, por lo que toda esta situación no afectará al país de forma tan fuerte como se verá en Estados Unidos. Así lo expresa Jorge González, director nacional de Randstad Technologies, quien asegura que “los datos de mercado aportan que Europa tiene un gasto en I+D, Innovación, 5G, AI, etc., muy por debajo de lo que tiene EE.UU. o Asia y de la misma forma el peso de las startups tampoco es tan relevante con respecto a otros mercados. En conclusión, es posible que tengamos un ajuste, pero no parece que esté al nivel del impacto de las grandes corporaciones americanas”.

 

La demanda de talento seguirá siendo alta

A pesar del mal momento para el mercado, la brecha entre la demanda y la oferta de talento especializado es tan alta, que ni las noticias de despidos ni el congelamiento de nuevas contrataciones en el sector tecnológico harán tambalear, al menos en un futuro cercano, las proyecciones laborales de los profesionales IT.

 

"La brecha no deja de hacerse más grande, los números de egresados en disciplinas técnicas cada vez es menor, mientras la demanda no para de subir. Es un periodo complicado porque las empresas necesitan unos especialistas que el mercado no te da"

 

Jorge González, director nacional de Randstad Technologies

 

“En España el peso del empleo tecnológico está por debajo del 7% del total de empleos, cuando aglutinan un porcentaje mucho mayor de la oferta laboral que cualquier profesional puede ver ahora en cualquier página o informe de empleo”, explica González. 

De hecho, asegura, “la brecha no deja de hacerse más grande, los números de egresados en disciplinas técnicas cada vez es menor, mientras la demanda no para de subir. Es un periodo complicado porque las empresas necesitan unos especialistas que el mercado no te da”. Así, parecería que este fenómeno económico que afecta a las tecnológicas no tendrá un efecto en la llamada Gran Renuncia del sector, al menos no hasta que se regularice la oferta y la demanda de profesionales IT, algo que aún está lejos de llegar.



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