ChatGPT, en el foco de la Unión Europea, mientras perfila un reglamento más estricto de IA

El comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, ha anunciado que las nuevas reglas de inteligencia artificial (IA) propuestas por Bruselas abordarán las preocupaciones sobre los riesgos en torno a ChatGPT y la propia tecnología de IA. Este ha sido uno de los primeros comentarios de un alto funcionario de la Eurozona sobre uno de los temas que más titulares ha copado en los últimos meses.

Un impulso a la normativa

Tan solo dos meses le han bastado a ChatGPT, la inteligencia artificial conversacional firmada por OpenAI, para consolidarse como la aplicación para consumidores de más rápido crecimiento de la historia. El furor y la expectación que ha causado el chatbot ideado por la compañía fundada por Elon Musk, padre de Tesla, y el inversionista Sam Altman, choca frontalmente con las suspicacias que levanta. Algunos expertos han expresado ya su temor acerca de los sistemas empleados por tales aplicaciones y la posibilidad de que puedan ser mal utilizados para plagio, fraude y difusión de información errónea, incluso cuando importantes nombres propios de la industria los tildan de “revolución tecnológica” o de “salto cualitativo hacia el futuro”.

Partiendo de este escenario Breton indicó que los riesgos que plantean ChatGPT y otros sistemas de inteligencia artificial subrayan la necesidad urgente de reglas que sirvan de salvaguarda. En este sentido insistió en dar un impulso a la normativa de IA propuesta el pasado año con el firme propósito de establecer un estándar global para la tecnología y la industria. Cabe destacar que la UE se encuentra inmersa en pleno proceso de definición de las nuevas reglas.

Cooperación

“Como demuestra ChatGPT, las soluciones de IA pueden ofrecer grandes oportunidades para las empresas y los ciudadanos, pero también pueden plantear riesgos. Es por ello que necesitamos un marco regulatorio sólido que promueva una IA confiable basada en datos de alta calidad”, detalló Breton a Reuters. Según el propio borrador de las reglas de la Unión, ChatGPT se considera un sistema de inteligencia artificial de propósito general que se puede usar con múltiples objetivos, incluidos algunos de alto riesgo como la selección de candidatos para puestos de trabajo y la calificación crediticia. Así, Breton aspira a que OpenAI coopere estrechamente con los desarrolladores intermedios de sistemas de IA de alto riesgo para permitir su cumplimiento con la Ley de IA propuesta. “El solo hecho de que la IA generativa se haya incluido recientemente en la definición de nuevos parámetros muestra la velocidad a la que se desarrolla la tecnología y el interés de los reguladores por seguirle el ritmo”.

Preocupaciones de “alto riesgo”

Por otro lado, a las empresas les preocupa que la tecnología que desarrollan se clasifique en la categoría de IA de “alto riesgo”, lo que implicaría requisitos de cumplimiento más estrictos y costes más altos, según han apuntado diferentes ejecutivos de compañías involucradas en el desarrollo de inteligencia artificial. De hecho, según datos arrojados por una encuesta realizada por el organismo de la industria de IA aplicada, el 51% de los encuestados espera una desaceleración de sus actividades de desarrollo de IA como resultado de la ley europea.

Breton insistió en que la Comisión está trabajando en estrecha colaboración con el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo para aclarar aún más las reglas de la Ley de IA para los sistemas de propósito general. "Se debería informar a las personas de que están tratando con un chatbot y no con un ser humano. La transparencia también es importante con respecto al riesgo de sesgo e información falsa", aseveró. Como consecuencia, las próximas discusiones sobre la normativa de IA contemplarán todos estos aspectos.