La pandemia impulsa la educación 2.0

Cuando se declaró la pandemia y nos vimos confinados, enseguida vimos que nuestro sistema educativo no estaba preparado para afrontar este desafío. No obstante, gracias al esfuerzo conjunto de profesores, padres, alumnos y editoriales, se consiguió que el curso 2019/2020 no fuera un año perdido. 

Pese a las carencias que aparecieron, sería injusto dejar de mencionar los avances que ya se habían hecho en la digitalización de la educación en los últimos años. Por ejemplo, casi la totalidad de las aulas (96,8%) contaba con conexión a internet en el curso 2018/2019, según la Estadística de la Sociedad de la Información y la Comunicación en los centros educativos no universitarios, publicada por el Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP). Además, el 60,1% de las aulas disponía de sistemas como pizarras digitales interactivas, mesas multitouch, paneles o televisores interactivos. Asimismo, la mayor parte de los centros educativos en España contaban con página web (89%).

Sin embargo, los entornos virtuales de aprendizaje eran todavía poco habituales antes de la pandemia, puesto que solo el 44,5% de los centros contaba con uno. Y tampoco había un uso frecuente de los servicios en la nube, ya que solo echaba mano de ellos un 58,7% de los centros, empleándose esencialmente para el almacenamiento de datos o el acceso a información desde cualquier lugar.

Por otra parte, la mayoría de las editoriales de libros de texto disponían de recursos digitales, que generalmente eran infrautilizados. Aunque la calidad y usabilidad de los mismos difiere mucho dependiendo de la editorial, estos recursos se convirtieron en un asidero al que agarrarse para seguir con el curso durante el confinamiento.