Banca

Modelo de banca universal: una reflexión estratégica

Si analizamos la evolución de las acciones de los bancos en Europa, podemos constatar que están cotizando con un considerable descuento respecto a su valor contable, y ello pese a que se ha producido una significativa mejora de la solvencia, con niveles de capital nunca vistos; esto sugiere que el mercado está atisbando un negro futuro para la banca, que se trata de justificar con un conjunto de razones deshilvanadas: escenario de tipos bajos, impacto de la digitalización, competencia de las fintech, amenaza de las grandes empresas tecnológicas (GAFA), etc.

banca digital

Para pensar la estrategia de un banco universal, es conveniente recordar que todo banco universal está estructurado sobre dos tipos de modelos de negocio distintos y complementarios. En primer lugar, consideremos que el núcleo del modelo de negocio de un banco es tomar depósitos y dar préstamos, convirtiéndose en un proveedor esencial de liquidez en el sistema económico. Para realizar esta función, se deben cumplir un conjunto de exigencias regulatorias orientadas a la identificación y gestión de todos los riesgos, que, en sí mismas, podemos considerar como la tecnología de gestión de un banco regulado (esto se justifica por el hecho de que las exigencias regulatorias constituyen una parte importante de los requerimientos necesarios para construir soluciones de software que implementen eficientemente los procesos de los bancos). Un banco regulado es una pieza esencial en la arquitectura del sistema monetario, tanto nacional, como internacional, ya que todos los flujos económicos tienen una estructura tal que, en su nivel más fundamental, empiezan y/o terminan en un banco. Los bancos regulados tienen una relación privilegiada con los bancos centrales, que son los gestores de la política monetaria. A este modelo de negocio lo llamaremos “modelo bancario básico”.

En segundo lugar, debemos considerar la prestación de servicios financieros, espacio donde en las últimas décadas se ha producido una proliferación de actores que han contribuido a la “desbancarización” de la economía, con nuevos modelos de negocio que tienen un carácter especializado (por ejemplo, las gestoras de fondos, las tarjetas de crédito, etc.). Aunque muchos servicios financieros nacieron como iniciativas de los bancos, su propia naturaleza de servicio especializado ha ido consolidando nuevos actores que no están sometidos a la regulación bancaria (aunque sí a otras regulaciones), como puede ser el ejemplo de los servicios que proveen Visa y Mastercard. A estos modelos los denominaremos “modelos de servicios financieros”, que incluyen, desde los servicios de asesoramiento, a los servicios de pagos y cobros, pasando por los servicios de gestión de carteras, etc. y que dan entrada a jugadores heterogéneos en el conjunto del sistema financiero produciendo un incremento sustantivo de la complejidad del mismo.

Así pues, un banco universal es la suma de dos tipos de modelos de negocio, a saber, el que hemos llamado “bancario básico” y los modelos que vienen determinados por los servicios que se prestan a la base de clientes, que en el caso de un banco universal, incluye a todos los segmentos de clientes y un portafolio amplio de servicios a los mismos.

 

Puede leer el artículo completo en el Especial Sector Financiero publicado en ComputerWorld

 


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