El techo de silicio

La carrera profesional del DSI

En un reciente estudio realizado por ComputerWorld en Estados Unidos, casi la mitad de los 200 directores generales consultados se mostraron incapaces de pensar siquiera en nombrar a sus Directores de Sistemas de Información para ningún puesto comercial de primer nivel.

La mayoría de los Directores de Sistemas de Información estamos participando en sus empresas -sin saberlo- en una relación anormal, que ni hemos causado, ni podemos corregir ni podemos controlar.

Solemos aceptar la idea de que "mejorar nuestros conocimientos y capacidades comerciales" y recurrir a otras técnicas de auto-ayuda es el secreto para entrar en las filas de la dirección comercial, pero esa forma de pensar es similar a la de una esposa maltratada que piensa que aprender a cocinar mejor o tener vestidos más atractivos hará que terminen los malos tratos. La "auto-mejora" no da resultado para las mujeres maltratadas, porque el problema no está en ellas, sino en quienes las maltratan.

Los directores comerciales nos hacen sentir inseguros de nuestras capacidades, y podemos llegar a perder el propio control como consecuencia de las dudas en nosotros mismos.

Ninguna otra profesión castiga como lo hace el sector informático de forma generalizada a sus miembros con tanta frecuencia y con tanta severidad por supuestas incompetencias profesionales. Nosotros, en el área de Sistemas de Información, hemos llegado a aceptar un mito peligroso: si uno está en el departamento informático, no puede ser un buen director comercial.

Los altos directivos presumen generalmente de que profesionales experimentados de las áreas de ingeniería, ventas, recursos humanos, finanzas y administración son poseedores de un buen sentido comercial. Sin embargo, se considera siempre que un director de informática con experiencia similar no está suficientemente preparado (incluso si posee un título MBA).

Un reciente estudio de ComputerWorld entre directores generales y directores financieros norteamericanos mostró con impresionante claridad los prejuicios de la Dirección: un 48% de los 200 ejecutivos consultados afirmaron que no nombrarían a su director de sistemas de información para ningún cargo comercial.

Hay que enfrentarse a la realidad: nuestra profesión no goza de la misma aceptación que otras profesiones dentro del contexto comercial general. Estamos sufriendo una forma de prejuicio que ningún grado de auto-mejora permitirá cambiar, por muy importante que sea.

Si hay algo que la sociedad ha aprendido en los treinta últimos años es que no se pueden vencer los prejuicios educando sólo a las víctimas.

La causa

¿Le ha sucedido esto a usted? Su Director General le llama a una reunión que durará unos pocos minutos. Los otros directores y sus compañeros en el organigrama de la empresa asisten también. Usted presenta una breve exposición o análisis de las cuestiones informáticas más relevantes para cualquiera de los temas que ellos discuten, y abandona la reunión con su sincero agradecimiento (y posiblemente uno o dos encargos). ¿Le resulta familiar?

Aunque muchos profesionales informáticos consideran estos encuentros como su oportunidad de hacerse notar, para mí esta situación es una prueba de que nos encontramos fuera del ámbito de la Dirección, cualquiera que sean nuestros títulos y no importa donde nos encontremos en el organigrama. Sólo hay una explicación posible a esta tendencia a degradar y aislar a personas adultas: una idea fundamentalmente errónea sobre el área de Sistemas de Información.

La gente sigue pensando en la informática como el dominio de los ingenieros y de los técnicos, con conocimientos comerciales escasos o nulos. Además, como no comprenden la tecnología, se encuentran frustrados y molestos, y sienten temor ante el departamento informático. Siendo como es la naturaleza humana, la ignorancia, el miedo y la ira se transforman en prejuicio y, en consecuencia, los líderes de la empresa descuidan y pasan por alto el valor de los profesionales informáticos, todo lo cual va en detrimento de la empresa y puede dar lugar a una disminución de los beneficios.

Nosotros, los jefes, directores o profesionales de sistemas de información, tenemos más que ofrecer a una compañía que el simple asesoramiento sobre la cantidad de memoria RAM que deberá tener un PC de tipo medio. Esta situación es trágicamente paradójica, porque el departamento de sistemas y la Dirección General desean ambos realizar un buen trabajo y colaborar en equipo.

Resultados poco agradables

Las consecuencias de que las compañías dejen a la dirección informática fuera de decisiones críticas diarias pueden evaluarse en enormes cantidades de dinero perdidas por esfuerzos duplicados, ineficiencia y oportunidades desaprovechadas.

Puede mencionarse como ejemplo de estas pérdidas el de un banco de la costa este de Estados Unidos, que perdió una participación de mercado considerable por su incapacidad de ofrecer servicios a los clientes. Esto tuvo lugar porque el banco pasó por alto repetidamente las advertencias de su director de Sistemas de Información, de que sus sistemas llevaban bastante tiempo necesitando ser sustituidos.

Y este caso es sólo una parte mínima de la realidad.

Si se acepta la idea de que la Dirección de Sistemas tiene un papel efectivo a desempeñar en la gestión general de la empresa, resulta obvio que esta utilización indebida y la escasa atención a las capacidades de los profesionales informáticos con talento debe ser consecuencia de alguna conspiración tácita entre la Dirección de la empresa y la profesión informática. La aparición de una cantidad cada vez mayor de directores comerciales con gran capacidad tecnológica resalta precisamente la importancia del sector informático y la situación de extraños de los responsables de Sistemas en la mayoría de las compañías, y no augura necesariamente buenas cosas para nuestra profesión.

Incluso en compañías muy emprendedoras se observa esta degradación sin sentido del papel de la dirección informática, cualquiera que sea la posición del director de Sistemas en la jerarquía. Hasta que esto cambie, no hay que engañarse sobre el valor de la propia contribución. Usted no obtendrá automáticamente las mismas compensaciones que sus otros compañeros en la empresa. Puede "añadir valor", "aprender el negocio" y "obtener un título MBA", pero si las ideas fundamentales no cambian, el prejuicio continuará, y seguiremos siendo sus víctimas.

Esto no significa que aprender y comprender lo que la propia organización hace para ganar dinero sea una pérdida de tiempo. No lo es. Pero tampoco es la llave mágica que abre la puerta de entrada a la Dirección General. Y lo que es peor, mientras que nuestra profesión persista en decirnos que necesitamos más auto-perfeccionamiento que nuestros compañeros con igual formación, experiencia y talento en otras áreas, este prejuicio permanecerá. Nos han convencido del mito, y estamos contribuyendo a perpetuarlo.

Ha llegado el momento de poner fin a los prejuicios.

¿Por qué los directores generales están desperdiciando el talento y el dinero?

Cualquier ejecutivo principal que contrate o permita la contratación de un director de sistemas de información está literalmente confiando a esa persona la estructura básica de la que depende el éxito de la compañía. Si el director general no tiene confianza en que la persona pueda comprender conceptos y estrategias comerciales fundamentales, puede concluirse con seguridad que ha cometido un error de contratación importante.

Un Consejo de Administración lo suficientemente vigilante no permitiría a un ejecutivo principal conservar su cargo si contratase a personas ineptas. Entonces, si el director informático contratado es competente, ¿por que no asiste a todas las decisiones importantes? Obviamen

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