Nuevas modalidades de prestación de servicios
Se impone la decisión de externalizar en nearshore u offshore
Los modelos de nearshore y offshore están tomando rápidamente posición en las empresas de todo el mundo. Ya son varias las firmas más grandes del Fortune 1000 que están moviendo parte de sus servicios TIC hacia mercados como Irlanda, Singapur, Hong Kong, India, China, Filipinas, Vietnam, Tailandia, Hungría, Sudáfrica, Malasia o Rusia. Si bien es cierto que actualmente el nearshore y el offshore sólo representan una pequeña porción del gasto en servicios TIC, no es menos cierto que consultoras como IDC prevén un gran crecimiento en el corto y medio plazo.
El proceso de externalización de servicios de las compañías ha sido una tendencia en ascenso en los últimos años. Empresas de todos los tamaños trasladan a países con mejores condiciones de productividad parte de sus actividades. Es lo que se conoce como offshore. Frente a la tendencia de consultoría tecnológica y desarrollo offshore, existen compañías que están apostando por un modelo nearshore (externalizar en países con costes operativos intermedios, pero cercanos geográfica y culturalmente, y que posibilitan que el equipo se desplace frecuentemente a las instalaciones del cliente). No obstante, desde IDC se apunta que cada modelo tiene unas áreas óptimas de aplicación y, en esencia, se trata de conocer dónde y en qué circunstancias es más eficiente cada modelo.
Pero, ¿qué es escoger en cada caso? Según la consultora GFT, cuando una empresa necesita un servicio donde todos los requerimientos y tareas están perfectamente delimitados, el modelo offshore suele ser el más rentable. Pero si la compañía precisa la implantación de proyectos donde el tiempo, la experiencia y la tecnología avanzada son factores críticos y, acompañan un cambio de requerimientos flexible, el modelo es nearshore.
El ahorro, un factor de decisivo
Un informe reciente de IDC revela que el ahorro en costes no es el factor más relevante a la hora de elegir entre una estrategia nearshore u offshore. Por delante del ahorro priman criterios como la disponibilidad de profesionales con experiencia y el acceso a habilidades técnicas específicas. Oswaldo Lechuga, director de marketing de IT Deusto, señala que “si bien el ahorro de costes es la principal razón a la que se apunta cuando se decide una estrategia offshore o nearshore, en algunas empresas señalan que esta decisión se debió a la importante presión de los accionistas, CEO o directivos”.
Pero bajo esta premisa, ¿cuál es el punto de inflexión a partir del cual los encuestados se decantarían por una opción de offshore o nearshore? Según IDC, cuando el ahorro en costes es igual o menor al 65%, la estrategia preferida es el nearshore, mientras que si el ahorro supera ese porcentaje el offshore pasa a ser la mejor opción. El alto nivel en el que se sitúa este umbral revela que, además del factor beneficio de costes, se contemplan otros como la percepción de un riesgo menor, de más control y de mayor proximidad.
De esta manera, señala Lechuga, antes de llevar a acabo una estrategia offshore o de nearshore “es preciso que se realice un análisis exhaustivo, tanto a corto como a largo de plazo de sus ventajas reales y consecuencias derivadas de estos procesos, contemplando de forma realista los roles, responsabilidades y establezca claramente cómo se va ha trabajar entre cliente y proveedor”. Según el responsable de IT Deusto, “una receta exitosa para una gran compañía no asegura los mismos efectos en otra empresa similar, y en el caso del offshoring el componente cultural juega un papel fundamental, capaz en determinados contextos de transformar la idea de mejorar la productividad en todo lo contrario”.
Mejora de la productividad
“Rotundamente sí”. Así al menos reconoce Jesús Garre, vicepresidente de Capgemini, la garantía de productividad que proporciona a la empresa afrontar un proyecto de nearshore u offshore. No obstante, un estudio realizado por la consultora Ventoro demuestra que sólo en el 45% de los casos la estrategia de nearshore u offshore se considera exitosa y por el contrario, en el 36% se considera que ha fracasado. Por lo tanto, “no siempre el offshore o nearshore son una garantía para incrementar la productividad y gran parte de los fracasos se debe a una falta de preparación y ejecución por parte de los equipos del cliente y por una deficiente planificación conjunta (proveedor y cliente)”, apunta Lechuga de IT Deusto. En esta línea, Juan Carlos Muñoz, director de desarrollo de negocio de outsourcing de Atos Origin, reconoce que la decisión de nearshore u offshore “no busca un incremento de la productividad”. “En la medida que se mejora nuestra metodología de desarrollo y gestión del servicio se puede producir un incremento, pero no como consecuencia única y directa del modelo de outsourcing elegido”.
Bueno para el sector
Resulta evidente que el actual escenario económico mundial, fuertemente globalizado y con un alto componente de flexibilidad impulsado por procesos como la deslocalización, en offshore o en nearshore, está inyectando crecimiento en nuevos mercados. El offshore es muy significativo para el negocio de consultoría TI. Tanto es así, afirma Garre de Capgemini, “que las empresas puras de offshore están teniendo unas tasas de crecimiento cercanas al 30% que en ocasiones duplican a las grandes empresas de sistemas de información europeas y americanas”. Además, señala Gilberto Santos, director de Stefanini IT en Europa, “el offshore permite a las economías en crecimiento aprovechar la gran oferta de profesionales cualificados que poseen en su mercado interno”. Para ello, “es imprescindible la metodología y la experiencia que aporte cada proveedor”, apunta. En este escenario, sobresalen empresas indias como Satyam. Según su gerente para España, Stephane Cerf, “las empresas indias son más rigurosas (el 85% de las empresas certificadas CMMi 5 están ubicadas en la India), más disciplinadas y más organizadas (se basan en metodologías y procesos inspirados de procedimientos industriales)”.
El modelo de nearshore supone para nuestro país una gran oportunidad de convertirse en un destino atractivo para ofrecer servicios TI a las principales economías de Europa.
El proceso de externalización de servicios de las compañías ha sido una tendencia en ascenso en los últimos años. Empresas de todos los tamaños trasladan a países con mejores condiciones de productividad parte de sus actividades. Es lo que se conoce como offshore. Frente a la tendencia de consultoría tecnológica y desarrollo offshore, existen compañías que están apostando por un modelo nearshore (externalizar en países con costes operativos intermedios, pero cercanos geográfica y culturalmente, y que posibilitan que el equipo se desplace frecuentemente a las instalaciones del cliente). No obstante, desde IDC se apunta que cada modelo tiene unas áreas óptimas de aplicación y, en esencia, se trata de conocer dónde y en qué circunstancias es más eficiente cada modelo.
Pero, ¿qué es escoger en cada caso? Según la consultora GFT, cuando una empresa necesita un servicio donde todos los requerimientos y tareas están perfectamente delimitados, el modelo offshore suele ser el más rentable. Pero si la compañía precisa la implantación de proyectos donde el tiempo, la experiencia y la tecnología avanzada son factores críticos y, acompañan un cambio de requerimientos flexible, el modelo es nearshore.
El ahorro, un factor de decisivo
Un informe reciente de IDC revela que el ahorro en costes no es el factor más relevante a la hora de elegir entre una estrategia nearshore u offshore. Por delante del ahorro priman criterios como la disponibilidad de profesionales con experiencia y el acceso a habilidades técnicas específicas. Oswaldo Lechuga, director de marketing de IT Deusto, señala que “si bien el ahorro de costes es la principal razón a la que se apunta cuando se decide una estrategia offshore o nearshore, en algunas empresas señalan que esta decisión se debió a la importante presión de los accionistas, CEO o directivos”.
Pero bajo esta premisa, ¿cuál es el punto de inflexión a partir del cual los encuestados se decantarían por una opción de offshore o nearshore? Según IDC, cuando el ahorro en costes es igual o menor al 65%, la estrategia preferida es el nearshore, mientras que si el ahorro supera ese porcentaje el offshore pasa a ser la mejor opción. El alto nivel en el que se sitúa este umbral revela que, además del factor beneficio de costes, se contemplan otros como la percepción de un riesgo menor, de más control y de mayor proximidad.
De esta manera, señala Lechuga, antes de llevar a acabo una estrategia offshore o de nearshore “es preciso que se realice un análisis exhaustivo, tanto a corto como a largo de plazo de sus ventajas reales y consecuencias derivadas de estos procesos, contemplando de forma realista los roles, responsabilidades y establezca claramente cómo se va ha trabajar entre cliente y proveedor”. Según el responsable de IT Deusto, “una receta exitosa para una gran compañía no asegura los mismos efectos en otra empresa similar, y en el caso del offshoring el componente cultural juega un papel fundamental, capaz en determinados contextos de transformar la idea de mejorar la productividad en todo lo contrario”.
Mejora de la productividad
“Rotundamente sí”. Así al menos reconoce Jesús Garre, vicepresidente de Capgemini, la garantía de productividad que proporciona a la empresa afrontar un proyecto de nearshore u offshore. No obstante, un estudio realizado por la consultora Ventoro demuestra que sólo en el 45% de los casos la estrategia de nearshore u offshore se considera exitosa y por el contrario, en el 36% se considera que ha fracasado. Por lo tanto, “no siempre el offshore o nearshore son una garantía para incrementar la productividad y gran parte de los fracasos se debe a una falta de preparación y ejecución por parte de los equipos del cliente y por una deficiente planificación conjunta (proveedor y cliente)”, apunta Lechuga de IT Deusto. En esta línea, Juan Carlos Muñoz, director de desarrollo de negocio de outsourcing de Atos Origin, reconoce que la decisión de nearshore u offshore “no busca un incremento de la productividad”. “En la medida que se mejora nuestra metodología de desarrollo y gestión del servicio se puede producir un incremento, pero no como consecuencia única y directa del modelo de outsourcing elegido”.
Bueno para el sector
Resulta evidente que el actual escenario económico mundial, fuertemente globalizado y con un alto componente de flexibilidad impulsado por procesos como la deslocalización, en offshore o en nearshore, está inyectando crecimiento en nuevos mercados. El offshore es muy significativo para el negocio de consultoría TI. Tanto es así, afirma Garre de Capgemini, “que las empresas puras de offshore están teniendo unas tasas de crecimiento cercanas al 30% que en ocasiones duplican a las grandes empresas de sistemas de información europeas y americanas”. Además, señala Gilberto Santos, director de Stefanini IT en Europa, “el offshore permite a las economías en crecimiento aprovechar la gran oferta de profesionales cualificados que poseen en su mercado interno”. Para ello, “es imprescindible la metodología y la experiencia que aporte cada proveedor”, apunta. En este escenario, sobresalen empresas indias como Satyam. Según su gerente para España, Stephane Cerf, “las empresas indias son más rigurosas (el 85% de las empresas certificadas CMMi 5 están ubicadas en la India), más disciplinadas y más organizadas (se basan en metodologías y procesos inspirados de procedimientos industriales)”.
El modelo de nearshore supone para nuestro país una gran oportunidad de convertirse en un destino atractivo para ofrecer servicios TI a las principales economías de Europa.
