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Especial Sanidad SEIS CW 2023

“La Estrategia de Salud Digital presenta grandes oportunidades pero también retos formidables”

Unos retos que van más allá de la tecnología, subraya Juan Fernando Muñoz, secretario general de Salud Digital, Información e Innovación del Sistema Nacional de Salud, y son también de tipo organizativo y abarcan desde aspectos éticos y de protección de datos hasta de recursos humanos (con una acuciante escasez de personal de TI) y económicos, si se quiere garantizar la sostenibilidad de los proyectos a largo plazo.

Juan Fernando Muñoz (Ministerio de Sanidad)

Juan Fernando Muñoz Montalvo, informático perteneciente al Cuerpo Superior de Sistemas y Tecnologías de la Información de la Administración General del Estado y un experto en tecnología aplicada al mundo sanitario —lleva vinculado al Ministerio de Sanidad (organización finalista de los CIO 100 Awards 2022) desde 2002, donde ha desempeñado diversos puestos, como subdirector general Adjunto de TI (2002-2011), subdirector general de TI (2011-2020) y director general de Salud Digital y Sistemas de Información para el Sistema Nacional de Salud (desde agosto de 2020 hasta agosto de 2021)— responde por correo electrónico a unas preguntas planteadas por ComputerWorld con motivo del Especial Sanidad que realiza anualmente con la SEIS (Sociedad Española de Informática de la Salud). 

El responsable, que reconoce que “la situación del SNS en salud digital es francamente buena, no sólo en cuanto a los países de nuestro entorno sino a nivel mundial”, reflexiona sobre la Estrategia de Salud Digital del Sistema Nacional de Salud, que abarca desde 2021 a 2026 y está vinculada a la ejecución de los fondos asociados al mecanismo de “Ayuda a la Recuperación para la Cohesión y los Territorios de Europa (REACT-EU)” y al “Mecanismo de Recuperación y Resiliencia” y que, según Muñoz Montalvo, “presenta grandes oportunidades pero también retos formidables, de carácter tecnológico y organizativo”. También desvela cómo trabaja el Ministerio desde la Comisión de Salud Digital del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y junto a las comunidades autónomas para definir el modelo del Espacio Nacional de Datos de Salud, sus mecanismos de gobernanza y los primeros casos de uso a desarrollar y asegura que “España está en una posición muy favorable de cara al futuro Reglamento del Espacio Europeo de datos de salud”.

 

Según los datos del último Índice SEIS, el presupuesto global en TIC del conjunto de las comunidades autónomas fue, en 2022, 957.809 miles de euros, un 6,35% más respecto al de 2021. El porcentaje del presupuesto TIC respecto al presupuesto global sanitario fue de un 1,35%, cayendo un 0,54% sobre el porcentaje de 2021. ¿Cómo valora estos datos?

Las propias cifras nos dan una pista: la pandemia del COVID-19 puso de manifiesto la necesidad de incrementar el total de recursos destinados a la Sanidad y así, tanto la Administración general del Estado (Ministerio de Sanidad) como las comunidades autónomas han aumentado los presupuestos destinados a la sanidad. El propio Ministerio, si se descuenta el gasto asociado a las vacunas, aumentó su presupuesto en alrededor de un 11% en 2022 y alrededor de un 6% en 2023.

Afortunadamente, ese incremento también ha llegado a los presupuestos TIC, si bien el porcentaje en el que estos han crecido es inferior al del crecimiento del total, lo que sin duda tiene que ver con el refuerzo en las partidas asistenciales, particularmente necesarios en la atención primaria.

 

La oportunidad que tiene España en la actualidad para desarrollar la salud digital es inmensa, gracias a los fondos europeos y a la puesta en marcha de la Estrategia de Salud Digital del Sistema Nacional de Salud (SNS). ¿Cómo valora la situación actual? ¿Y a qué proyectos/tecnologías esperan que se destine el gasto en 2023? 

La situación actual es, efectivamente, extraordinaria y deberíamos ser capaces de aprovechar y mantener la conjunción de tres factores: la cooperación entre todos los actores del sistema nacional de Salud, especialmente el Ministerio de Sanidad y todas las comunidades autónomas, pues todos juntos llegaremos más lejos; el impulso político para que las tecnologías digitales contribuyan a la resiliencia y sostenibilidad del Sistema, pero también a su equidad y calidad; y una financiación adecuada, acorde con su capacidad y utilizada de manera coordinada y colaborativa.

Por nuestra parte, dentro de la Estrategia de Salud Digital, estamos trabajando en cinco planes, cada uno con su propia financiación y foco en diferentes áreas de la propia Estrategia. Con las comunidades autónomas trabajamos en el Programa de sostenibilidad, mejora de la eficiencia y acceso equitativo al SNS en el Plan de Transformación digital de la atención primaria y comunitaria, y en el Plan de Atención digital personalizada; desde el propio Ministerio ejecutamos el Plan para ampliar los servicios digitales del SNS, la interoperabilidad nacional e internacional y focalizar en fomentar la analítica de datos descriptiva y predictiva; y, con la Secretaría de Estado de Inteligencia Artificial trabajamos en el Espacio de Datos de salud del SNS, que se federará con el Espacio Europeo y con los espacios de datos de las propias comunidades autónomas.

En 2023, a través del Plan de Atención digital personalizada se impulsarán tecnologías ligadas al IoMT (internet de las cosas médicas), telemedicina, gemelado digital, impresión 3D e inteligencia artificial como ayuda al diagnóstico.

 

¿Cuáles son los grandes desafíos y oportunidades que trae consigo la Estrategia de Salud Digital, que persigue ser “un marco común para construir un Sistema Nacional de Salud robusto, eficaz, resiliente, inclusivo y sostenible” y aspira a contribuir a la mejora de la salud de la población y a fortalecer el sistema sanitario mediante la capacidad transformadora de las tecnologías digitales?

La Estrategia de Salud Digital, al apostar por incorporar las tecnologías digitales al servicio de profesionales y ciudadanos ofrece, desde luego grandes oportunidades para acercar una atención de la mayor calidad posible a todos los ciudadanos, para mejorar el trabajo en equipo de los profesionales sanitarios, para generar nuevo conocimiento y evaluar lo que hacemos… pero presenta asimismo retos formidables, de carácter tecnológico y de carácter organizativo, retos éticos y de protección de datos, retos sobre los recursos humanos y retos económicos, especialmente si pensamos en la sostenibilidad de todo lo que estamos poniendo en marcha.

Los retos sobre los que más trabajamos son el que su uso esté alineado con la práctica real del SNS, que se dé utilidad a profesionales y ciudadanos, contribuyendo a la mejora de su salud y el mantenimiento de su bienestar, y que en sea siempre una herramienta complementaria al servicio presencial, nunca una barrera adicional.

 

 

“En 2023, a través del Plan de Atención digital personalizada se impulsarán tecnologías ligadas al IoMT, telemedicina, gemelado digital, impresión 3D e IA como ayuda al diagnóstico”

 

 

¿Cómo valora los cambios tecnológicos, organizativos y culturales que se están acometiendo en las comunidades autónomas y en el propio Ministerio para poner en marcha esta Estrategia?

En este momento tenemos, por una parte, una valoración muy positiva del clima de colaboración y confianza mutua entre todos los equipos dentro de la Comisión de Salud Digital del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. El modelo de proyectos colaborativos es su máximo exponente, una o más comunidades autónomas lideran un proyecto en el que participan otras comunidades autónomas y gracias a ese liderazgo de las comunidades autónomas más avanzadas, que aportan su conocimiento, recursos y experiencia, se acelera el proceso del conjunto. Sin duda, está siendo un éxito gracias al entusiasmo y la dedicación de todos.

Por otro lado, somos extremadamente conscientes de que los equipos TIC están sometidos a una carga de trabajo muy elevada y, a menudo, necesitarían de una participación aún mayor de las áreas asistenciales, porque desde la tecnología no es posible identificar la totalidad de las necesidades del servicio de atención sanitaria. Esa falta de recursos humanos es particularmente acuciante en este momento, puesto que pone en riesgo la capacidad de aprovechar al máximo la financiación disponible.

 

Precisamente, tal y como expusieron en un debate organizado en marzo por la SEIS y ComputerWorld, y cuyas conclusiones se reflejan en otras páginas de este especial, una de las preocupaciones de los responsables TIC de las comunidades autónomas es la sostenibilidad en el tiempo de los proyectos que van a lograr emprender gracias a los fondos europeos. ¿Cuál es la clave para hacer esto posible?

Creo que hay varias claves, unas internas y otras externas. En cuanto a las internas resaltaría la necesidad de que seamos capaces de mostrar la utilidad de los servicios digitales dentro de las organizaciones sanitarias; de que sepamos medir y comunicar lo que medimos como una traducción de la mejora que aportamos a profesionales y ciudadanos. En la clave externa, la sensibilidad de los directivos y responsables políticos hacia un mundo en que lo digital no es una opción sino una necesidad y, por tanto, es imprescindible dedicar recursos de manera planificada, organizada y continua.

 

Respecto a los fondos europeos, que acelerarán, sin duda, la transformación digital en el sector salud, aún existe incertidumbre entre algunos responsables TIC de las CC. AA. sobre cómo van a ejecutarlos. ¿Qué opina?

En la Secretaría General de Salud Digital, Información e Innovación para el SNS compartimos esa preocupación y, en la medida de nuestras posibilidades, tratamos de ayudar a los equipos de las CC. AA. proporcionando metodologías y apoyo para la planificación y el seguimiento de los procesos administrativos, que les faciliten a ellos la gestión interna en sus propias comunidades y a nosotros la visibilidad del avance para la interlocución con las unidades nacionales y europeas responsables de los fondos. Sin embargo, estamos convencidos que gracias al esfuerzo, apoyo y entusiasmo de todos conseguiremos alcanzar una ejecución ejemplar, especialmente teniendo en cuenta que se han podido utilizar todos los fondos en el plazo disponible en el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia.

 

 

 

“La falta de recursos humanos TIC es acuciante y pone en riesgo la capacidad de aprovechar al máximo la financiación disponible”

 

 

 

¿Qué expectativas tienen respecto al PERTE para la Salud de Vanguardia, que prevé una inversión del sector público y privado de 1.650 millones de euros en el periodo 2021 y 2023?

El PERTE de Salud de Vanguardia está, mayoritariamente, liderado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, con un alcance verdaderamente ambicioso que busca generar investigación y trasladarla tanto al sector asistencial como al ámbito empresarial de la salud. Por nuestra parte, la participación de la Secretaría General de Salud Digital, Información e Innovación para el SNS se materializa hasta el momento en el Plan de transformación digital de la Atención Primaria y Comunitaria, donde, a través de las contrataciones públicas de las CC. AA. queremos poner en marcha servicios para los centros de salud, orientados a profesionales y ciudadanos, servicios para la atención personalizada y sistemas de información para los procesos de soporte no asistencial, con una financiación de 230 millones de euros.

La nueva adenda en proceso de negociación incluirá también actuaciones adicionales y relacionadas del Ministerio de Sanidad como son el Plan de Atención Digital Personalizada, la Mejora de la asistencia sanitaria a los pacientes con enfermedades raras, trastornos neuromotores y ELA y la Implantación de la cartera de Servicios de Genómica del SNS, con financiaciones asociadas de 130 millones de euros, 70 millones de euros y 100 millones de euros, respectivamente. Estos planes son fruto del trabajo y la experiencia en el desarrollo del PERTE y del Componente 18 y constituyen una apuesta muy ambiciosa que da continuidad al modelo colaborativo iniciado con el Plan de Transformación Digital de Atención Primaria. 

Por tanto, esperamos un impacto directo sobre el sector TIC en primer lugar y, en segundo lugar, un impacto indirecto sobre el funcionamiento de la atención primaria y comunitaria que, sin duda, se podrá medir y analizar a través, precisamente, de los cuadros de mando que se están definiendo como parte del alcance del Plan.

 

Uno de los proyectos más esperados de la Estrategia de Salud Digital es la creación de un Espacio Nacional de Datos de Salud (ENDS) y la facilitación de su uso primario y secundario, así como con la aplicación de las tecnologías digitales para potenciar la Atención Primaria y Comunitaria. ¿Cómo se encuentra esta iniciativa actualmente? ¿Cómo trabajan desde el Ministerio para impulsarla?

Desde la Comisión de Salud Digital del CISNS venimos trabajando con las CC. AA. para definir el modelo del ENDS, sus mecanismos de gobernanza y los primeros casos de uso a desarrollar. El pasado mes de marzo, la Conferencia Sectorial de Administración digital aprobó el reparto de 28 millones de euros a las comunidades autónomas para el desarrollo de los elementos necesarios en cada una de ellas para integrarse con el nodo central, que establecerá la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, como responsable de esta inversión del Plan de Transformación y Resiliencia.

 

Uno de los hándicaps que afronta el sector salud (al igual que otros muchos sectores, como el propio sector TIC) en los últimos años es la falta de talento digital, aún más agudizada en el ámbito público. ¿Cómo ve este desafío y cómo se puede minimizar?

Es un problema muy complejo, puesto que tiene que ver con el modelo del empleo público en España, pero también con el envejecimiento de la población y con el bajo porcentaje de personas que se forman en estas áreas. Las iniciativas de teletrabajo tal vez podrían reforzar la disponibilidad de algunos perfiles, pero hay otro tipo de puestos en los que es necesario poder competir con el sector privado. Y eso exige seguramente otros modelos de reclutamiento y de trabajo por proyectos, al estilo de algunos de los desarrollados durante la pandemia.

 

En un entorno cada vez más complejo desde el punto de vista geopolítico y económico, urge potenciar la ciberseguridad; no en vano, en los últimos años los ciberataques han aumentado considerablemente y el mundo sanitario es uno de sus focos (la reciente paralización por un ransomware de los servicios de urgencias y cirugías del Hospital Clínic de Barcelona es el último ejemplo). ¿Cómo ve el panorama y cómo hay que actuar?

El panorama es preocupante, sin ninguna duda. De hecho, dentro del Plan de Transformación Digital de la Atención Primaria y Comunitaria, hay un grupo de trabajo que lidera la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares y en el que participan otras 12 Comunidades Autónomas que, precisamente, trabaja en ciberseguridad, para la mejora de la resiliencia y la securización de los sistemas de información, los dispositivos y los centros de salud. 

Por nuestra parte, el Ministerio de Sanidad lleva ya años renovando anualmente la certificación ISO 27000 y ENS para los principales sistemas interoperables del SNS. Es decir, hay que adoptar metodologías y planes específicos y hay que dedicar tiempo y recursos a su revisión y validación externas. Y hay que concienciar a las personas, porque el factor humano es siempre el más relevante.

 

 

“Gracias al esfuerzo, apoyo y entusiasmo de todos conseguiremos alcanzar una ejecución ejemplar [de los fondos europeos]”

 

 

 

La adopción de la inteligencia artificial está teniendo (y tendrá) un gran impacto en el sector salud. ¿Cómo ve esta tendencia y el reciente auge de la IA generativa y los retos que también implica su adopción?

La adopción de la IA es una tendencia imparable y en nuestro entorno más próximo, la Unión Europea, el Reino Unido o Estados Unidos están intentando adoptar marcos regulatorios con una aproximación común: no parece posible –ni seguramente deseable– regular una tecnología, sino los usos de la misma y, en especial, los valores éticos que deben regir esos usos.

Todos hemos visto recientemente noticias acerca de algoritmos de apoyo al diagnóstico en el área de imagen médica con extraordinarios índices de acierto y algoritmos de predicción de estructura de proteínas capaces de resolver problemas pendientes desde hace mucho tiempo. Por tanto, su adopción continuará y se incrementará; sin embargo, hay que empezar a adoptar una serie de precauciones al respecto. El uso de la IA en áreas como la sanidad debería ir siempre acompañado de medidas que garanticen la explicabilidad (y validación) de los resultados, así como la prevención de sesgos.

Es imprescindible contrastar los resultados de la IA, en particular de la IA generativa; el que un algoritmo como ChatGPT conteste algo a una pregunta cuya respuesta nosotros ignoramos no supone que lo que dice ChatGPT sea cierto; ni siquiera, aunque lo acompañe con bibliografía y/o referencias. Por otro lado, si un algoritmo diera como resultado que todas las personas que padecen hemofilia son varones no estaríamos ante un sesgo de género, sino ante un resultado genuinamente cierto. Pero deberíamos estar preparados para aplicar medidas de contraste para asegurarnos.

Con estos ejemplos, quiero señalar que la IA, como muchas otras tecnologías anteriores, no es una panacea; como todos los avances, viene con sus propias limitaciones y es responsabilidad nuestra ser conscientes de ellas en su uso.

 

En general, ¿qué tendencias tecnológicas observa para un futuro próximo en materia de salud digital?

Creo que veremos una gran extensión del IoMT en las áreas de hábitos de vida saludable y atención a los problemas crónicos de salud. Esta extensión servirá de nexo entre las personas, en su casa, y los profesionales sanitarios con capacidad de responder o actuar ante alertas y de interactuar periódicamente con sus pacientes.

En consecuencia, me gustaría pensar que tendremos los medios para cuidarnos mejor nosotros mismos y también para estar mejor cuidados por los profesionales sanitarios, que, espero, tendrán acceso a más y mejor información, de manera más cómoda y en estrecha colaboración con sus equipos.

 

“Trabajamos con las CC. AA. para definir el modelo del Espacio Nacional de Datos de Salud, sus mecanismos de gobernanza y los primeros casos de uso a desarrollar”

 

¿Cuál diría que es el estado del SNS de España en materia digital respecto al resto de países de su entorno? ¿Cuáles han sido los grandes logros en los últimos años? 

La situación del SNS en salud digital es francamente buena, no sólo en cuanto a los países de nuestro entorno sino a nivel mundial. En España, el SNS, desde el año 2010 permite que los ciudadanos (hoy hasta el 92% de ellos) puedan consultar una parte acordada de la historia digital de salud estandarizada e interoperable entre todas las CC. AA. decidir qué profesionales pueden acceder a qué partes de la misma y saber desde dónde se ha accedido a qué información.

Además, España es el único país grande de la UE que, a día de hoy, está completamente integrado en la E-Health Network (el sistema de la UE de asistencia sanitaria transfronteriza), tanto en el Patient Summary (historia clínica resumida) como en el e-P/e-D (e-prescription/e-dispensation, receta electrónica), y, a día de hoy hay cuatro comunidades autónomas que pueden intercambiar historias clínicas electrónicas y, desde el 18 de abril, ocho comunidades que pueden intercambiar recetas electrónicas.

Precisamente, esa experiencia es la que nos sitúa en una posición muy favorable de cara al futuro Reglamento del Espacio Europeo de datos de salud, dado que dentro del SNS, el trabajo de estandarizar y hacer interoperable la información de salud de las personas está muy avanzado. 

El trabajo de construir el nodo de servicios de interoperabilidad del SNS, que se apoya en una identificación única de las personas con cobertura sanitaria pública (aproximadamente el 99% de la población) a lo largo de varios años ha permitido, durante la pandemia, poner en marcha sistemas de la complejidad del sistema de registro de pruebas diagnósticas (SERLAB), o de seguimiento de la vacunación (REGVACU), del control en fronteras (SPTH) o el de certificados digitales de COVID, que ayudaron significativamente a su control y al mantenimiento de la actividad segura en ese tiempo.

Ese trabajo y esos resultados han demostrado la potencia de la colaboración institucional y la aportación crucial que los datos oportunos, de calidad y completos, pueden hacer al funcionamiento del SNS y al bienestar de los ciudadanos.

 

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