Empresa

Toshiba se escindirá en tres empresas independientes

El grupo tecnológico de origen nipón anuncia la separación de su negocio de energía e infraestructuras y el de dispositivos y almacenamiento.

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Créditos: Anne Nygard (Unsplash).

El equipo directivo de la multinacional japonesa Toshiba ha anunciado que se dividirá en tres empresas independientes mediante la escisión de su negocio de energía e infraestructuras y el de dispositivos y almacenamiento. Tras la escisión de estas dos empresas, Toshiba seguirá teniendo su participación del 40,6% en el fabricante de chips de memoria Kioxia, así como otros activos, informa Reuters.

El plan, en el que la compañía ha trabajado durante cinco meses después de que un nuevo escándalo volviera a ponerla contra las cuerdas, persigue, en parte, animar a los accionistas activistas a abandonar la empresa, según fuentes conocedoras del asunto.

Toshiba espera completar la reorganización para la segunda mitad del año fiscal 2023. Desde la compañía han señalado que pretenden devolver unos 100.000 millones de yenes (875 millones de dólares) a los accionistas en los próximos dos años fiscales. También han apuntado su intención de "monetizar" las acciones que tienen en Kioxia, devolviendo los ingresos netos en su totalidad a los accionistas tan pronto como sea posible. No obstante, no han precisado si esto significa que siguen siendo partidarios de una oferta pública de venta (OPV) o que estás considerando otras opciones.

Otros activos que seguirán en manos de Toshiba son la participación en Toshiba Tec Corp (6588.T), un fabricante de sistemas de impresión y de información para minoristas.

Algunos inversores de Toshiba no están convencidos de que una escisión vaya a generar valor, según indicaron a Reuters fuentes de los accionistas antes de un anuncio formal del plan. "Tiene sentido dividirse si la valoración de un negocio altamente competitivo se ve obstaculizada por otros negocios", en palabras de Fumio Matsumoto, estratega jefe de Okasan Securities. "Pero si no existe tal negocio, la escisión solo crea tres empresas medianas sin brillo".

Toshiba, antes un gigante de la informática y con 146 años de vida a sus espaldas, ha ido dando tumbos en los últimos años, pasando de una crisis a otra hasta protagonizar un escándalo contable en 2015. Dos años más tarde, se aseguró una inyección de efectivo de 5.400 millones de dólares de más de 30 inversores extranjeros que ayudó a evitar una exclusión de la lista, pero trajo accionistas activistas como Elliott Management, Third Point y Farallon.

La tensión entre la dirección de Toshiba y los accionistas extranjeros ha dominado los titulares desde entonces y, en junio, una explosiva investigación encargada por los accionistas concluyó que Toshiba se confabuló con el Ministerio de Comercio de Japón para impedir que los inversores ganaran influencia en la junta de accionistas del año pasado.

Toshiba ha publicado un informe encargado por separado en el que se concluye que los ejecutivos, incluido su antiguo director general, se habían comportado de forma poco ética pero no ilegal. Concluía que Toshiba dependía excesivamente del Ministerio de Comercio, y añadía que los problemas también se debían a su "excesiva cautela hacia los fondos de inversión extranjeros" y a "su falta de voluntad para desarrollar una relación sólida con ellos".

Las acciones de Toshiba han bajado un 1,3% desde el 8 de noviembre, cuando señaló por primera vez que podría estar considerando una escisión. Sus acciones, que cotizan en Fráncfort, cayeron un 4% en la apertura del viernes y han perdido un 5,8% desde el 8 de noviembre. Tras recuperarse de una caída debida a la pandemia de la COVID-19, Toshiba ha informado de que su beneficio operativo del segundo trimestre se ha duplicado hasta alcanzar los 30.400 millones de yenes.

 


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