El outsourcing despunta como una opción estratégica en el sector público
De momento, bajo un modelo de externalización parcial de procesos
En 2004, el Ayuntamiento de Palma de Mallorca firmó un contrato de 45 millones de euros por un período de diez años con gedas-Tao por el que la consultora asumía la gestión tecnológica del consistorio. Esta decisión convirtió al ayuntamiento mallorquín en una referente a nivel nacional como ejemplo de externalización bajo un modelo total, una práctica poco frecuente en la Administración Pública española ya que la elección habitual es parcial y, en concreto, de servicios específicos como aplicaciones de back office, integración y redes, aplicaciones web o soporte desktop.<br><br>Pero, ¿qué razones llevaron al consistorio mallorquín a afrontar un modelo total de outsourcing? Según explicó a Computer­World Pedro Álvarez, concejal de Hacienda, Economía, Innovación y Función Pública y presidente del Instituto Municipal de Informática del Ayuntamiento de Palma de Mallorca, “el ayuntamiento reconoció sus carencias y ante el órdago de las nuevas tecnologías y la exigencia de los ciudadanos, la mejor alternativa era el outsourcing”. Lo cierto es que la idea no fue muy bien vista en un principio por los funcionarios del ayuntamiento y las autoridades políticas ya que sobrevolaba el “fantasma” de la privatización, pero la realidad es que “el tiempo nos ha dado la razón sobre la elección adoptada”, pues ha convertido al Ayuntamiento de Palma en pionero en materia de servicios, de modelos calidad y de reingeniería de procesos. “Al ser un proyecto pionero en España, asumimos ser conejillo de indias de estos procesos”, indicó Álvarez. <br><br>Camino obligado<br>No obstante, en líneas generales, el outsourcing es entendido en la Administración Pública como una buena política en cada caso y no en todos los procesos. En esta línea, la Diputación de Barcelona, según explica su responsable de sistemas, Miguel Ángel Murillo, “no contempla una externalización global sino un outsourcing específico de procesos o servicios como la gestión de red con los ayuntamientos o el mantenimiento del hardware. En el caso del consistorio barcelonés, “la externalización no fue una cuestión de costes, sino más bien una consecuencia de la falta de conocimiento de especificaciones técnicas y de la falta de recursos para desarrollarlo”, apunta Murillo.<br>Para el responsable de sistemas, “la rentabilidad obtenida por el outsourcing en la diputación de Barcelona, no ha sido económica sino más bien de ahorro de costes. En ninguno de los procesos hemos cuantificado económicamente la diferencia de coste entre externalizarlo y desarrollarlo con recursos propios”.<br><br>Elemento diferenciador<br>En nuestro país, la externalización ha de verse como un elemento de transformación y modernización de la propia Administración. A día de hoy, la Administración Pública española es la que desarrolla mayor número de acciones de outsourcing después de las organizaciones financieras, según la Asociación Española de Empresa de Consultoría (AEC). Uno de los retos a los que se enfrenta la Administración Pública es conseguir fondos adicionales para la transformación de sus procesos, especialmente ahora que se está implantando la Administración electrónica como una nueva forma de acercarse al ciudadano. <br>Según la AEC, la Administración Pública afronta dos modelos de externalización: como un proceso externo, que se refiere al modus operandi clásico de externalizar los servicios como mecanismo de reducción de costes y, por otro lado, como un proceso interno, que implica pasar de una unidad pública más centralizada a otras más descentralizadas, en la que se sigue un proceso de sucesivas descentralizaciones de la Administración Central a las Administraciones Autonómicas, y de éstas, a otras empresas públicas.<br>Entre las ventajas que conlleva el outsourcing dentro de la propia Administración, se encuentran las ventajas económicas como consecuencia de la economía de escala; externalización del centro de la propia organización, nueva imagen de modernización de la propia Administración, lo que supone un elemento de transformación de la Administración pasando de una concepción en la que el funcionario controlaba el gasto público, a una nueva concepción en la cual la Administración pasa a ser la institución reguladora de las propias acciones de outsourcing.<br>En el caso de la Administración pública española aparecen una serie de barreras, que según la AEC deben superarse como son el carácter vertical de la propia Administración; elementos culturales y tradicionales de la propia Administración Pública, debido a su alto nivel de burocratización y control; la Administración pública requeriría un proceso de adaptación y de ajuste al carácter cíclico que el outsourcing supone, mientras que las empresas privadas dada su estructura y filosofía, pueden realizarlas más fácilmente.
