IA
IA generativa

“Es el último momento de la historia en el que la mayoría de contenidos no tiene una capa de IA en su creación”

Sobre las tablas del escenario principal del DES, Nina Schick, experta de talla mundial en materia de inteligencia artificial generativa, descifra las claves para proceder en los próximos meses. Esto es lo que deberían y no deberían hacer las organizaciones.

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Nina Schick, sobre las tablas del DES.

La inteligencia artificial (IA) acapara los titulares del Digital Enterprise Show (DES) gracias a la presencia de Nina Schick, reconocida experta de talla mundial. El gran plato fuerte de la jornada se subía sobre las tablas del DES dando una clase magistral sobre inteligencia artificial (IA). Un discurso centrado en el irrefrenable avance de la misma, en su historia y evolución y en la forma en que las organizaciones deberían –o no- proceder para liderar el mañana. “El hoy supone un punto de inflexión en la evolución humana; estamos entrando de lleno en una nueva fase en la relación con las máquinas, cambiará nuestra forma de vivir”. “Este es el último momento de la historia en el que la mayoría de contenidos no tiene una capa de IA en su creación”. De hecho, con el punto de vista puesto en el horizonte, se ha lanzado a vaticinar que en los próximos tres años “el 90% de los contenidos online estarán generados por esta tecnología”.

Bienvenidos a lo que Schick cataloga como “una nueva era”, la de la IA generativa.

 

Dibujando el contexto global

El discurso de Schick comienza con una mirada al pasado, recorriendo los grandes hitos de la historia de la IA, desde los memes que inundaron la red gracias al face swapping allá por el 2017 hasta los modelos fundacionales de 2022. Sin embargo, para la experta, el gran punto de inflexión en la historia reciente de la IA generativa se produce con la irrupción del código abierto. “Stable Difussion, el primer modelo fundacional en open source, rompió los esquemas de Internet y abrió el juego a millones de usuarios”. Desde entonces, se cuentan por centenas las compañías de base tecnológica que ya se han inmerso en la IA generativa desarrollando sus propios productos. Tomando como ejemplo algunos de los grandes nombres propios del sector tecnológico como Microsoft, Google o Amazon, Schick ponía el acento en el desarrollo. En este sentido hacia especial hincapié en por qué es mejor optar por desarrollar modelos pequeños especializados que puedan hacer lo que uno necesite en lugar de uno genérico.

 

“Esta es la historia más interesante de nuestro tiempo, la decisión que tomemos en los próximos meses va a marcar el rumbo de la humanidad”

 

En materia de IA generativa, serán tres las capas que “encapsulen” la citada tecnología. Por un lado, la infraestructura, aunque, dice, “solo muy pocos se especializarán en esto y serán realmente buenos”. A continuación, las plataformas o los modelos fundacionales, que serán los cimientos de la próxima IA generativa. Su desarrollo, comenta Schick, no solo correrá a cargo de las big tech, sino que también se apoyará en la comunidad de código abierto. Por otro lado, las aplicaciones. En este punto Schick dirige el foco hacia el ámbito empresarial, pues “cada día se lanzan nuevas propuestas, nuevas categorías”. Quizás, por ello, la experta en inteligencia artificial no muestra ningún signo de flaqueza al afirmar con rotundidad que la IA generativa va a cambiar la forma de trabajo significativamente. De hecho, apuntaba, “el 80% de la mano de obra estadounidense va a cambiar por la aplicación de la IA y el desarrollo de los large language models (LLM, por sus siglas en inglés).

 

Aura de misterio en torno a la IA: cómo tomar el control

En la actualidad existe una preocupación latente y una connotación negativa en lo relativo a la IA que, incide Schick, “no se vio con la aparición de Internet”. Y aunque, comenta, “el escenario existencialista donde perdemos el control y todos morimos es teóricamente posible, ¿estamos cerca? Absolutamente no”. Partiendo de esta declaración, la experta exponía una retahíla de cuestiones que las empresas y organizaciones deberían hacer y otras tantas que no para liderar el mañana más tecnológico. Las banderas rojas de Schick son tres: no definir los objetivos, ya que se debe apuntar hacia lo que cada uno quiere hacer y lograr; limitar la perspectiva de la IA generativa, no es un ‘simple’ chatbot, va mucho más allá; y, por último, evitar el estancamiento en la elección de modelos, ya que hay un mercado enorme explotando ahora mismo, por lo que la apuesta más inteligente es probar y definir pequeños casos de uso.

 

“Obtén ganancias a corto plazo, pero enfócate en el largo plazo. Aunque la IA generativa se trate de una tendencia, va a estar aquí siempre”

 

Entre las cuestiones que se deben abordar, la adopción inminente de la tecnología; establecer un grupo de trabajo de IA generativa, una conversación que debe girar al nivel de C-suite; y, además, priorizar tu iniciativa. “Obtén ganancias a corto plazo, pero enfócate en el largo plazo. Aunque la IA generativa se trate de una tendencia, va a estar aquí siempre”. Por último, Schick instaba a comprender que “la IA generativa no funciona sin la intervención humana, estamos detrás de ella”, desterrando así el aura de misterio que gira en torno a sus capacidades. “Esta es la historia más interesante de nuestro tiempo, la decisión que tomemos en los próximos meses va a marcar el rumbo”, concluía.



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