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8M: Por qué la mujer debe luchar por la conquista de las STEAM

El desarrollo profesional de la mujer en el ámbito STEAM es una cuestión de querer y no de poder; este 8-M, la comunicación y la representación se convierten en importantes catalizadores del cambio para revertir la brecha de género en el sector.

Día Internacional de la Mujer.
Foto de Lindsey LaMont (Unsplash).

Como dicta la tradición, cada 8 de marzo (8M) las mujeres vuelven a alzar la voz, a reivindicar un mundo en el que las desigualdades y la brecha de género queden relegadas al olvido. Y es que todavía sigue habiendo ámbitos, contextos y estratos en los que la mujer y el hombre no son parejos. Aunque hay quien quiere desmerecer la lucha, lo cierto es que la representación femenina en terrenos como la tecnología, la ciencia, la ingeniería o las matemáticas es ínfima.

Las cifras que arrojan estudios e informes son verdaderamente preocupantes. Tanto es así que, de hecho, en la batalla por revolucionar la presencia femenina en entornos STEAM, la colaboración entre el sector público, la empresa privada, la comunidad científica y la sociedad civil es una realidad unánime. El reto es global, de carácter internacional e independiente a fronteras e ideologías; también en España, donde los diferentes actores sociales han tomado cartas en el asunto para abordar lo que es considerado un desafío de país.

 

En números

Tradicionalmente, disciplinas como la ciencia, la tecnología o las matemáticas quedaban circunscritas a una élite masculina; sin embargo, a sabiendas de que la diversidad es poder, se intentó impulsar la representación femenina en estas esferas. Sin mucho éxito, al parecer. Y es que en un contexto en el que las STEAM brindan una oportunidad de oro para cualquiera que desee embarcarse en la aventura y desarrollar su trayectoria profesional en este marco -salarios competitivos, tasa de desempleo prácticamente nula y grandes oportunidades de crecimiento-, las cifras continúan siendo tozudas.

La presencia de la mujer en las carreras bautizadas como STEM se reduce a un 32,2%, según datos del Eurostat. Una fotografía que se mantiene prácticamente intacta desde décadas atrás. En ingeniería y tecnología, en concreto, los números se desploman; de hecho, por cada nueve hombres inscritos en estudios científico-tecnológicos hay solo una mujer.

Hoy en día, con los datos en la mano, nadie debería poner en entredicho la existencia de una brecha de género en este sentido; tampoco el impacto que la fuga de talento de las mujeres tiene en estos ámbitos, donde sus puestos de trabajo corren un mayor peligro frente al avance de la automatización (11% frente al 9% de los hombres) o la inteligencia artificial (podría reemplazar 21 millones de empleos femeninos frente a 9 millones masculinos). Si per sé son parvas, los factores externos tampoco ayudan a catapultar las cifras.

En un contexto de escasez de talento STEAM especializado, con reducir la brecha de género actual acercando a las jóvenes a estas disciplinas en la misma medida que se aproximan sus compañeros, el problema tendría una dimensión muy distinta y la distribución del talento sería más equitativa e igualitaria a medida que irrumpen en el mercado laboral. La lucha, por supuesto, comienza en el hogar, pero se extrapola también a las aulas y al seno de las organizaciones.

En el terreno de juego empresarial, los datos no son mucho más halagüeños. Así lo constataba Diana Morant, ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, citando conclusiones del informe Mujeres e Innovación 2024. El estudio, impulsado por el Observatorio Mujeres, Ciencia e Innovación, analiza “el lugar que ocupamos las mujeres en los ámbitos de la innovación, un terreno con desigualdades manifiestas y con ideas preconcebidas que forman muros invisibles que debemos derribar”. En este sentido, la representante gubernamental se hacía eco del hecho de que seis de cada diez empresas TIC emergentes no cuente con ninguna mujer en su plantilla. Un dato que no hace sino corroborar la tónica habitual.

 

Derribar sesgos y estereotipos a través de la representación y la palabra

El espacio en el mercado está, las oportunidades no hacen sino alzarse en el horizonte con el apabullante desarrollo de la digitalización, pero hay que cambiar las tornas, derribar sesgos y estereotipos por un futuro mejor. Todavía hoy demasiadas personas normalizan una situación de desigualdad evidente; no obstante, no hay que olvidar que estamos ante un problema cultural profundamente arraigado que debe ser tenido en cuenta a la hora de promover el cambio. Es una cuestión de hacer entender a las féminas que el desarrollo de la mujer en las STEAM es una cuestión de querer y no de poder. El poder ya lo tienen, solo han de decidirse, de dar el primer paso.

Para ello, la comunicación y la representación se perfilan como dos ases bajo la manga. En un mundo en constante evolución, la comunicación emerge como un poderoso catalizador de cambio en el empoderamiento femenino. Desde el fomento de las disciplinas STEAM a través de la presentación de dinámicas atractivas para las féminas, oportunidades de desarrollo y aportaciones personales y profesionales, hasta el acercamiento de referentes cotidianas que detallen en primera persona sus vivencias. Así es como ellas se abrieron camino, ¿por qué no continúas tú el sendero?



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