Biden avanza en las prohibiciones tecnológicas a China

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha firmado una orden ejecutiva que prohibirá nuevas inversiones del país en China en tecnologías críticas como los chips de ordenadores y hará que otros segmentos requieran de una notificación gubernamental para poder operar. En concreto, son tres los sectores que restringe o prohíbe: semiconductores o microelectrónica, tecnologías de información cuántica y ciertos sistemas de inteligencia artificial (IA).

La administración ha señalado que las restricciones se aplicarán a subconjuntos estrechos de las tres áreas, aunque no ha dado más detalles al respecto. De este modo, la orden tiene como objetivo evitar que el capital y la experiencia estadounidenses ayuden a la geografía asiática a desarrollar sistemas que respalden su avance militar y socavar su seguridad nacional. La estrategia apunta al capital privado, de riesgo, los consorcios corporativos y a las nuevas inversiones. Esta solo afectará a las inversiones futuras y no a las ya existentes. El año pasado, la inversión total de capital riesgo procedente de Estados Unidos en China cayó hasta los 9.700 millones de dólares en comparación con los 33.000 millones de 2021. En lo que va de este ejercicio, el gasto se cifra solo en 1.200 millones de dólares.

En una carta al Congreso, Biden ha señalado el estado de emergencia nacional para hacer frente a la amenaza de países como China en “tecnologías sensibles y productos críticos para las capacidades militares, de inteligencia, de vigilancia o cibernéticas”. Desde la propia China señalan su “grave” preocupación por la orden y se reserva el derecho a tomar medidas.  Y también señala que espera que Estados Unidos respete las leyes de la economía de mercado y el principio de competencia leal, y se abstenga de “obstaculizar artificialmente los intercambios y la cooperación económicos y comerciales globales, o poner barreras a la recuperación monetaria mundial”. Asimismo, insta a Biden a cumplir su promesa de no desvincularse de China u obstruir su desarrollo económico.

El campo de los semiconductores se ha convertido en una prioridad en esta guerra comercial entre ambas geografías. Más allá de Estados Unidos, Japón y Países Bajos también han vetado al país chino, por lo que este está trabajando en la construcción de alternativas locales.

“Durante demasiado tiempo, el dinero estadounidense ha ayudado a impulsar el ascenso del ejército chino, y hoy damos el primer paso estratégico para garantizar que nuestra inversión no se detiene a financiarlo”, ha dicho el senador demócrata Chuck Schumer en palabras recogidas por Reuters.