La gran cuenta comienza a explorar el uso de las criptomonedas

Las criptomonedas se están introduciendo poco a poco en la gran cuenta. De hecho, un estudio de la consultora Gartner pone de relieve que hasta el 20% de este tipo de organizaciones de todo el globo utilizarán estas divisas para pagos u otras transacciones en 2024, lo que hace indicar que su importancia económica, especialmente del bitcoin, se disparará en la próxima década.

“El aumento de la aceptación generalizada de las criptomonedas en las plataformas de pago tradicionales, así como la crecida de las monedas digitales en los bancos centrales, impulsará a muchas grandes empresas a incorporarlas en sus aplicaciones en los próximos ejercicios”, expresa Avivah Litan, vicepresidente analista de la firma de análisis. “Éstas las usarán especialmente para pagos, reservas de valores y para aprovechar inversiones de alto rendimiento en las aplicaciones de finanzas descentralizadas”.

En cualquier caso, desde Gartner recomiendan primero analizar y aclarar todos los casos de uso específicos antes de incorporar las criptodivisas a las actividades de las empresas. Entienden que cada supuesto conlleva una serie de consideraciones regulatorias, tecnológicas y estratégicas que deben evaluar tanto los directores de finanzas como los departamentos de TI. Alexander Bant, jefe de investigación de Gartner Finance, confirma el aumento en el interés en las monedas digitales, y en el uso de blockchain, por parte de las altas esferas ejecutivas durante todo este año. “Si bien la volatilidad de las criptomonedas sigue siendo una barrera, los directivos están explorando nuevos ejemplos prácticos”.

Factores que impulsan la adopción

Para la consolidación de esta tendencia, el cierto peso del ya asentado blockchain será fundamental para que las empresas no tengan que desarrollar sus propias aplicaciones, exresa Litan. Muchas grandes empresas financieras y plataformas de pago ya han hecho ese trabajo, “lo que deberá proporcionar a las empresas un mínimo de fricción en la implementación de sus estrategias”.

Por otra parte, se espera que en el plazo de dos años ya haya una mayor claridad regulatoria, mejoras en temas de sostenibilidad y una mayor adopción por parte de los empleados y la sociedad en general. “Siempre ha habido un cierto atractivo para los directivos en el uso de monedas digitales, ya que pueden reducir costes, aumentar la velocidad de las transacciones y llegar a nuevos clientes globales al tiempo en que se reducen al mínimo los errores y las posibilidades de fraude”, añade Bant.

Por último, las presiones macroeconómicas relacionadas con la inflación actual y su impacto en las monedas físicas podrían empujar a más organizaciones a explorar este campo. “2022 será el año en el que esperamos que se aumente el conocimiento sobre estos activos digitales”, concluye Bant.