GDPR

Los primeros días de GDPR, a examen

¿Cómo fueron los primeros días tras la puesta en marcha de la obligatoriedad de cumplir con GDPR, el nuevo Reglamento Europeo de Protección de Datos? ¿Qué ha supuesto esta normativa en el mercado? He aquí un análisis del actual escenario.

Seguridad de los datos

El 25 de mayo marcó la fecha en la que el Reglamento General de Protección de Datos (‘Reglamento’, ‘RGPD’ o ‘GDPR’) devino aplicable y, a diferencia de lo que ocurre con la mayor parte de los textos legales, esta fecha no ha podido pasar desapercibida para casi ningún ciudadano de la Unión Europea. Por el riesgo que asumo de ser considerado por el lector como un ser extraño o insolidario –debido a la apabullante avalancha de comunicaciones electrónicas a la que los europeos nos hemos enfrentado en los últimos meses, aunque no sé si todas ellas han sido acertadas o bien intencionadas– no me atrevo a escribir que, en sí mismo, este hecho puede constituir un enorme éxito del legislador europeo.   

El Reglamento representa de manera inequívoca una toma de posición de la Unión Europea respecto al resto del mundo en relación con estos tratamientos, ha servido para generar una concienciación global sobre la privacidad de las personas y viene a cambiar la forma jurídica en la que todos los Estados Miembros de la Unión Europea protegerán los derechos y obligaciones que en él se recogen. Indiscutiblemente, este Reglamento marca un antes y un después en la forma en que se tratan esos datos y se legisla su tratamiento. Podemos aseverar que esta nueva normativa promueve, en definitiva, que las empresas que procesan datos personales de ciudadanos europeos deban situarlos en el centro de sus operaciones y que estos sean tratados de una forma adecuada.

Por su parte, las empresas han debido realizar durante los dos últimos años un ejercicio de análisis retrospectivo de su situación en relación con el nuevo marco normativo paneuropeo –este último calificativo no debe pasar a nadie desapercibido– y a los usuarios nos han comunicado la forma en que se han obtenido nuestros datos, los fines para los que van a usarse, durante cuánto tiempo los van a mantener, a qué otras entidades van a ser cedidos y qué bases jurídicas legitiman tales tratamientos. Ello ha supuesto un ejercicio enriquecedor para los interesados en la medida en que ha servido para que los mismos tomen conciencia del grado de dispersión de sus datos personales entre los numerosos servicios de la sociedad de la información que hemos adoptado en el seno de nuestro día a día.

 

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