“Debemos ayudar a la sociedad a elevar el nivel de alfabetización digital”

Ahora que el término inteligencia artificial (IA) parece haberse convertido en un icono pop, discernir entre el mito y la realidad implica una ardua tarea que llevar a cabo. Para lograrlo resulta crucial apoyarse en el conocimiento empírico, en la ciencia, en los datos y, por qué no, en la  ética y la filosofía. Precisamente por este motivo ComputerWorld acude, como fuente, a uno de los grandes nombres propios dentro de este ámbito, a una figura de talla internacional en el sector: Reggie Townsend. Aunque hay ciertos perfiles que no exigen presentación, no está de más recordar que Townsend forma parte del Comité Asesor Nacional de Inteligencia Artificial (NAIAC), organismo encargado de orientar al presidente estadounidense y a la Oficina Nacional de Inteligencia Artificial en la materia. Su bagaje y experiencia, patentes en un currículum envidiable, le han llevado en su última andadura a capitanear la división Data Ethics Practice (DEP) en la multinacional tecnológica SAS.

En una entrevista en la que se muestra cercano, práctico y conservador, invita a poner los pies sobre la faz de la Tierra, llama a la responsabilidad individual y compartida y aboga, mirando al futuro cercano, por una narrativa matizada, reflexiva y cultivada alejada de titulares amarillistas. Así es como habla Townsend sobre la última gran revolución tecnológica: la IA.

En la actualidad hay mucho ruido en torno a las capacidades de la tecnología… Dado que usted es uno de los expertos más reconocidos globalmente en la materia, ¿cuál es su percepción del escenario tecnológico actual?

Empezamos con una pregunta fácil, ¿eh? (ríe). Siendo totalmente honesto, creo que el bombo va más allá de las capacidades de la propia tecnología. Al hablar de IA deberíamos tomar en serio a las personas y tener una mente abierta. He aquí el porqué. Si le dices a la gente que has creado la tecnología que va a extinguirlos y que no hay nada que puedan hacer al respecto, únicamente les asustas. En este sentido me gustaría adoptar una postura mucho más responsable. Es importante comenzar a considerar dónde deben existir barreras de seguridad para ese tipo de escenarios, pero es aún más importante abordar dos cuestiones clave.

La primera de ellas, ayudar a la sociedad a elevar su nivel general de alfabetización digital. En otras palabras, darles herramientas para poder determinar cómo la tecnología tiene un efecto en sus vidas y si quieren o no emplearla. La segunda, ser más responsables en la forma en que comunicamos lo que la tecnología puede o no puede hacer y el impacto real que tiene para las personas. Mi mayor preocupación es que estamos asustando a la gente; y la repercusión que esto tiene es que bajan las tasas de adopción [de la tecnología] dejándola en manos de quien tiene fines dudosos. Hay que abordar la desinformación, brindar herramientas, enseñar a las personas qué es el sesgo de automatización, el de confirmación…

Como miembro del NAIAC que asesora al presidente sobre temas relacionados con la IA. ¿Cuáles diría que son las claves o los factores que han propiciado este furor?

Responderé a título personal [dice aconsejado por sus abogados previamente a la realización de la entrevista]. El lanzamiento de ChatGPT el pasado mes de noviembre fue un hito en términos de conciencia pública. Aunque es importante saber que los grandes modelos del lenguaje (LLM) han existido durante mucho tiempo, lo que ChatGPT consiguió de manera novedosa fue la creación de una interfaz con la que poder interactuar que nos presenta lo que se siente como capacidades humanas. La realidad, sin embargo, tiene que ver con las matemáticas, ya que ofrece respuestas probabilísticas.

Aquello fue lo que excitó a la gente, pero también la inquietó. Hemos sido condicionados por la ciencia ficción y hemos permitido que la mente comience a explorar sin límites. Noviembre marca el momento en el que todo el mundo pudo, al menos, deletrear IA. Ahora estamos en un punto de conciencia en el que podemos ejercer suficiente presión sobre los líderes políticos y corporativos para hacer algo que nos beneficie a todos. Esta última parte es la que quiero subrayar, poner en negrita y cursiva: que nos beneficie a todos.

"Mi mayor preocupación es que estamos asustando a la gente; y la repercusión que esto tiene es que bajan las tasas de adopción [de la tecnología] dejándola en manos de quien tiene fines dudosos"

A pesar de su insistencia en hablar a título personal ¿podría avanzarnos cuál es la estrategia del Comité en materia de IA? ¿Cuáles son las líneas principales de su hoja de ruta?

El Comité se centra en un par de áreas centrales. Una es el desarrollo; es decir, nos aseguramos de que EE.UU mantiene el liderazgo en la investigación y avance de la IA. También queremos asegurarnos de contar con una estrategia clara para hacer frente a cuestiones como la imparcialidad. Esto es parte de nuestro core. Sin embargo, hay más. Hemos estado trabajando en proporcionar un conjunto de recomendaciones de carácter general. Estas versan sobre la competitividad, sobre cómo EE.UU podría utilizar la tecnología de IA en sus agencias para convertirse en una nación más robusta, más eficiente. En este sentido es importante destacar algunas pautas sobre cooperación internacional.

Por último, pero no menos importante, nos centramos en la mano de obra. ¿Cuáles son los pasos que debemos dar para garantizar que la mano de obra estadounidense esté preparada para la transición hacia el mundo de la IA? Este año, además de centrarnos en los citados temas, ampliamos el foco al considerar el impacto de la IA generativa sobre la educación para crear niveles muy intencionales de inclusión, asegurándonos de que estamos escuchando a una cohorte de la ciudadanía estadounidense.

La necesidad de orquestar una normativa global para regular la IA está sobre la mesa. ¿Qué puntos cree que son necesarios abordar para garantizar el uso responsable de la misma?

Desglosaré esta cuestión. En un nivel fundamental, la IA consiste en utilizar los datos para tomar decisiones correctas. En este sentido considero que una de las cuestiones a abordar a nivel mundial es el derecho al olvido, el uso, adquisición, despliegue y eliminación de datos. Sé que en Europa está vigente el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR, por sus siglas en inglés) y que hay algunas consideraciones en torno a esta ley. Se trata de piezas importantes de la legislación para ayudar a que los individuos tengan un mayor control sobre sí mismos.

Si realmente consideramos el futuro, si atendemos al hecho de que nuestras economías cada vez se digitalizan más y la moneda de cambio son los datos, entonces mis datos personales deberían ser valiosos para mí, no solo para las compañías de redes sociales, las telco o los bancos. Con el tiempo deberíamos empezar a pensar en algún tipo de recompensa compartida en este sentido. Es el momento de empezar a sentar las bases para el futuro. La infraestructura de datos individuales será, con el tiempo, cada vez más importante.

"Estamos en un punto de concienciación en el que podemos ejercer suficiente presión sobre los líderes políticos y corporativos para hacer algo que nos beneficie a todos"

Creo que dentro de la administración norteamericana hay diversas posturas acerca de cómo regular la IA; una más conservadora, que tiende hacia la regulación europea, y otra más liberal. ¿Qué puede contarnos sobre esto? ¿Hay alguna que predomine sobre la otra?

Hay gente seria dentro del Gobierno de Estados Unidos muy interesada en erigir algunos guardarraíles legislativos en la materia. Cómo lo hacemos será diferente a cómo se hace en Europa. Lo que no preveo que ocurra es que EE.UU haga algo similar a la UE en términos de exhaustividad. Lo que sí veo, sin embargo, es un enfoque de recopilación en lo que estamos buscando en la actualidad en lo relativo a infraestructura digital.

Una vez más, es sólo mi opinión personal pero mi conjetura se basa en un profundo conocimiento de cómo funciona el aparato político estadounidense. En este sentido, viendo el pasado reciente, creo que probablemente vamos a tener una progresión de pequeñas victorias que terminarán con una regulación.

Hablando de usos responsables de la IA, la palabra ética sale a relucir. ¿Realmente se puede garantizar hoy en día una IA ética?

Sí, se puede, aunque depende de cómo definas lo ético. Para mí es una cuestión de consenso social. Lo que es ético en España puede o no serlo en EE.UU, puede o no serlo en Irán. Tenemos que aceptar que esas dinámicas y desavenencias existen en otras áreas de nuestra vida, así que evidentemente aquí también. Soy muy práctico y realista sobre estas cosas.

"Estados Unidos está muy interesada en erigir algunos guardarraíles legislativos. Cómo lo hacemos será diferente a cómo lo hacen en Europa. Lo que no preveo que ocurra es que EE.UU haga algo similar a la UE en términos de exhaustividad"

Aunque la tecnología en sí es neutral, los datos con los que se entrenan los algoritmos de IA no lo son. ¿Cómo pueden los reguladores y players tecnológicos ayudar a evitar la parcialidad, la ilegalidad o los sesgos?

Tal vez sea pesimista al final del día, pero no veo una armonía global. Creo que es muy importante que las naciones con ideas afines continúen uniéndose en torno a este tema. También creo que es crucial extender las ramas de olivo a aquellos con ideologías dispares y empezar por los puntos en común. No vamos a estar de acuerdo en ciertas cuestiones que son tan fundamentales como la religión, los símbolos o la identidad central, pero sí podemos estarlo en cuestiones que afecten a las operaciones comerciales. Si podemos reunirnos en este tipo de niveles y utilizar la IA para ayudar a ello, quizás nos dé una oportunidad.

Le invito a mirar al futuro próximo, ¿hacia dónde se dirige la IA? ¿Qué debemos esperar?

Me gustaría darte una respuesta mucho mejor, pero únicamente puedo decirte hacia dónde espero que se dirija. Es importante que encontremos la manera de superar esta falta de capacidad de explicación. Tenemos que afrontar y aumentar la alfabetización digital de nuestras sociedades. Espero que empecemos a utilizar la IA desde la formación, enseñando a las personas más sobre lo que es y lo que puede llegar a ser. Creo que esto será suficiente por el momento.

Hemos tenido avances muy significativos y vamos a seguir observando el desarrollo de la automatización. Se acelerará el ritmo debido al gran impulso tecnológico, pero tenemos que cambiar la narrativa. Esta ha de ser más matizada, reflexiva y sabia, por el bien de las personas. No podemos seguir asustando a la gente.