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Especial Computación Cuántica CW 2023

"Queremos traer al mercado las ventajas cuánticas antes de que exista un ordenador cuántico tolerante a fallos"

La startup española Qilimanjaro fue elegida, junto a GMV, para instalar el primer ordenador cuántico de España. Su cofundador, Víctor Canivell, profundiza en los detalles del proyecto que pondrá a España “a primer nivel internacional”.

Víctor Canivell, cofundador de Qilimanjaro Quantum Tech.
Víctor Canivell, cofundador de Qilimanjaro Quantum Tech.

Quizás fue la magnitud del potencial cuántico lo que llevó a los fundadores de Qilimanjaro Quantum Tech a nombrar a su startup -un spin-off de la Universidad de Barcelona (UB), el Barcelona Supercomputing Center (BSC) y el Instituto de Física de Altas Energías (IFAE)- como una de las mayores cumbres del mundo, el monte Kilimanjaro. Pero con ‘q’ de quantum (cuántica, en inglés). 

El nombre saltó a la luz pública a fines de febrero, cuando el Gobierno anunció que la UTE (Unión Temporal de Empresas) entre Qilimanjaro y la tecnológica GMV habían sido seleccionadas para instalar el primer ordenador cuántico de España, en el marco del proyecto Quantum Spain. Sin embargo, el recorrido de la startup data de 2019, cuando se decide crear una empresa a partir de un proyecto europeo de investigación académica integrado por José Ignacio Latorre, de la Facultad de Física de la UB, Pol Forn Díaz, del IFAE, y Artur García, del BSC. A ellos se sumaron como fundadores de la compañía Víctor Canivell y Jordi Blasco. “Había una oportunidad de trasladar este proyecto del mundo académico al mundo de la industria, porque proponía hacer un tipo de computador cuántico diferente del habitual, de lo mainstream”, comenta a ComputerWorld Canivell.

“El objetivo es poder traer al mercado las ventajas cuánticas antes de que se consiga realmente un ordenador cuántico universal tolerante a fallos. El gran problema del sector es justamente la corrección de errores cuánticos, por la naturaleza propia de los cúbits, que son muy frágiles. La idea que dio pie a crear Qilimanjaro es que había un paradigma diferente de utilizar los bits cuánticos, una manera diferente de hacer computación, que llamamos analógica, y que permite, para ciertos problemas, poder conseguir la famosa gran ventaja cuántica mucho antes de tiempo que la mayoría de los demás proveedores que están trabajando en este sector”, explica. Este sistema de computación cuántica analógica que Qilimanjaro está desarrollando espera ver la luz en 2024.

Mientras tanto, la startup está trabajando en diferentes proyectos emblemáticos de sistemas cuánticos digitales. En estos modelos, cuenta Caivell, “se usan puertas lógicas cuánticas, que son un símil de las convencionales pero son más ricas porque aprovechan las cualidades especiales de los qubits”. El primero de estos proyectos fue la instalación, en 2021, del primer computador cuántico de la región del Golfo Pérsico, ubicado en Abu Dabi, en los Emiratos Árabes Unidos. “Era muy pequeño, pero era tecnología puramente Qilimanjaro”, dice. 

 

"El hecho de que en España, en 2023, va a haber instalado un sistema híbrido con un supercomputador junto a un computador cuántico pone al BSC y a España al primer nivel internacional"

 

El segundo es el de España. La idea, explica Canivell, es construir una instalación híbrida en el BSC, es decir, un ordenador cuántico de 30 cúbits (construido por Qilimanjaro y GMV) que complemente el nuevo superordenador Marenostrum 5, actualmente en construcción. “Estos sistemas híbridos representan el futuro de la computación. Al igual que hoy en nuestros teléfonos y ordenadores tenemos las CPU habituales complementadas con GPU, de aquí a 10 años, todos los centros de datos, o la mayoría, se verán complementados con lo que se conoce como QPU (Quantum Processing Units), y los programas saltarán de uno a otro. La cuántica no es que se vaya a comer el mundo en el sentido de que ya no habrá nada más que computación cuántica, no es el caso. La cuántica será complementaria a la habitual, pero tendrá su lugar, porque será capaz de dar respuesta a ciertos cálculos que son imposibles de realizar en sistemas convencionales”, sostiene. En este sentido, Canivell agrega que “el hecho de que en España, en 2023, va a haber instalado un sistema híbrido, pone al BSC y a España al primer nivel internacional de este tipo de iniciativas”.

Además, el nuevo ordenador cuántico español estará en la nube. “El acceso para los usuarios será vía la nube, porque de momento estos equipos requieren una instalación relativamente compleja y no se plantea de momento que cada cliente tenga su propio computador cuántico”, detalla.

Para Qilimanjaro, que el año pasado ya facturó más de un millón de euros, la adjudicación del proyecto de Quantum Spain fue “un salto cuántico”. “Estamos hablando de un proyecto de 8 millones de euros a lo largo de tres años, que es de una importancia muy grande para Qilimanjaro y para el sector en España”, valoró su cofundador. 

 

Los dos corazones de Qilimanjaro

“En Qilimanjaro tenemos dos corazones, uno es el diseño de los chips analógicos futuros, y el otro es el diseño de los algoritmos cuánticos. La fusión entre hardware y software”, comenta Canivell. ¿Por qué esta fusión? “Para que el software pueda sacar el mejor partido posible para las máximas prestaciones de los chips, va muy bien que el algoritmo sepa cómo está fabricado el chip correspondiente. Es muy bueno que los que diseñan el algoritmo estén muy ligados a los que diseñan los chips, en un círculo virtuoso. Por eso nosotros hablamos internamente del codiseño”, explica. 

 

"La cuántica será complementaria a la habitual, pero tendrá su lugar para hacer cálculos que son imposibles en sistemas convencionales"

 

“Esta es la realidad hoy. Yo creo que de aquí a 10 o 15 años cuando el sector esté mucho más maduro, pasará como en el sector TI, donde normalmente las empresas se centran en ciertas capas de la tecnología, unos hacen software, otros bases de datos, en fin. Pasará lo mismo en el mundo de la cuántica. Pero en estos momentos creo que es muy beneficioso el poder tener en el mismo equipo el know how y la comprensión de ambas cosas”, añade.

Entre el proyecto de Quantum Spain y su trabajo core de crear una plataforma de computación cuántica analógica, Qilimanjaro también hace una labor de formación a las empresas, para aumentar su nivel de quantum readiness, es decir, que estén preparadas y conozcan los beneficios de la tecnología cuántica para cuando ésta sea una realidad tangible y rentable.

Además de contar ya con el apoyo de tres fondos -Repsol Ventures, AXIS Participaciones y el fondo español de deeptech Grow Venture Partners-, del apoyo del CDTI y de los 8 millones de euros que contempla el proyecto del ordenador cuántico español, Qilimanjaro ha sido dotado de una subvención de 2,5 millones de euros por parte del European Innovation Council (EIC) de la Comisión Europea y tiene otros 4 millones de euros en fondos comprometidos por inversores en una nueva ronda de financiación. “Todo esto lo que hace es posicionarnos en el inicio de una segunda etapa, donde construiremos el futuro de Qilimanjaro”, concluye Canivell.



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