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¿Qué es la 'deep tech'? La vida después de las aplicaciones de consumo

El objetivo de la deep tech es hacer avanzar la tecnología en ámbitos que van de la biotecnología a los semiconductores, pasando por la inteligencia artificial. ¿Es la próxima gran revolución tecnológica?

deep tech
Foto de Sandro Katalina (Unsplash).

Deep tech es un concepto que describe a las organizaciones (a menudo startups) que se alejan de los productos o servicios para el usuario final para centrarse en tecnologías que requieren avances técnicos o científicos significativos. La expresión deep tech marca una distinción con respecto a las aplicaciones orientadas al consumidor que la mayoría de la gente asocia con la industria tecnológica. Así, una aplicación ‘Uber para X’ que permite comprar algo a través del teléfono no es deep tech, por muy innovadora o rentable que sea. Una nueva forma de ciencia de materiales que ponga chips más rápidos o baratos en los teléfonos sería deep tech, como lo serían las innovaciones en la radiodifusión celular para proporcionar a esos teléfonos una conexión a Internet más rápida o fiable.

La expresión fue acuñada en 2014 por Swati Chaturvedi, fundadora y CEO de la plataforma de inversión en línea Propel(x). En un post de LinkedIn de 2015, Chaturvedi expone su visión del concepto y explica que ofrecía una forma de distinguir "las startups de los sectores de las ciencias de la vida, la energía, las tecnologías limpias, la informática, los materiales y los productos químicos" de las startups "unicornio" que tanto perseguía el capital riesgo a mediados de la década de 2010. Propel(x) se fundó para atraer financiación ángel y de riesgo a empresas de deep tech, por lo que sigue siendo una expresión que forma parte de la vertiente empresarial del sector más que un término técnico en sentido estricto. Pero a medida que se desvanecen las grandes empresas de Internet y telefonía móvil de la última década, aumenta el interés por las empresas que buscan avances en la deep tech.

 

¿Qué se considera deep tech?

Puede que Propel(x) haya popularizado la expresión, pero la deep tech ha cobrado vida propia en los círculos tecnológicos y de financiación de riesgo. Como resultado, no hay una autoridad centralizada que pueda declarar qué se considera deep tech y qué no, y como el concepto conlleva seriedad y el potencial de financiación, algunos aprovechan la oportunidad para estirar su significado. Sin embargo, hay una serie de tecnologías que siempre pasan el corte para ser conocidas como deep tech:

  • La inteligencia artificial (IA) y el aprendizaje automático son deep tech.
  • El procesamiento del lenguaje también es deep tech.
  • La biotecnología, la robótica, la electrónica y la fotónica son deep tech.
  • Blockchain y las tecnologías relacionadas pertenecen a esta clase.
  • También lo es la computación cuántica.
  • Los algoritmos de visión y del habla se consideran deep tech.
  • Las aplicaciones relacionadas con la ciencia de los materiales y la energía son deep tech.

 

Elementos y objetivos de la deep tech

¿Qué tienen en común todas estas áreas tecnológicas? Hay algunos puntos en común que las unen:

  • Soluciones que pretenden superar retos físicos: En el caso de las aplicaciones orientadas al consumidor, gran parte de la innovación consiste en proporcionar conexiones sin fricciones entre los clientes y las empresas y recursos ya existentes, y sacar tajada de las eficiencias resultantes. En cambio, las empresas emergentes de deep tech se enfrentan a retos a nivel de la realidad física, más que de las instituciones y redes humanas. Crear nuevos medicamentos o superconductores a temperatura ambiente, o utilizar la física cuántica para crear nuevos paradigmas informáticos: estos son los ámbitos en los que trabajan las startups de deep tech.
  • Combinar tecnologías divergentes en soluciones más amplias: Tesla y otros fabricantes de coches eléctricos tienen que tender puentes entre varias disciplinas a la hora de construir sus vehículos, combinando la informática y la ingeniería química para producir baterías más pequeñas y baratas que sigan alimentando un coche que la gente quiera conducir. En otro ejemplo, se podría tratar de aprovechar el poder de la IA para descubrir nuevas curas de enfermedades. Este es el tipo de retos a los que se enfrentan las empresas de deep tech.
  • Resolver problemas de gran envergadura: Esperemos que a estas alturas esté claro que las startups de deep tech a menudo buscan abordar problemas fundamentales a los que se enfrenta la raza humana. Sin ofender a las aplicaciones de reparto de pizzas (porque a quién no le gusta una pizza), pero las empresas de deep tech buscan aplicar sus lecciones a problemas como las enfermedades o el cambio climático, o promover grandes avances en la potencia de cálculo o los procesos de fabricación.

Hay que tener en cuenta que, aunque muchos de estos campos pertenecen a lo que podríamos considerar el ámbito "tradicional" de la industria tecnológica, algunos van más allá. Como dijo Chaturvedi en una carta abierta en 2021: “Nos preocupa que la mayoría de la gente siga pensando en las deep tech únicamente en el ámbito de la informática y las ciencias de la computación. Sólo de pasada se mencionan las innovaciones en las ciencias de la vida o las tecnologías industriales, entre otras. Como resultado de esta narrativa, el capital riesgo se ha centrado exclusivamente en todo lo relacionado con la informática (‘IA para todo’ es el lema actual). Pero otras significativas deep tech, que tienen el potencial de cambiar el mundo, siguen sin recibir mucho interés financiero... Hace sólo unos años, [Tesla] tenía verdaderas dificultades para recaudar fondos y se mantenía a flote con préstamos del Gobierno y el propio dinero de Elon Musk. Tesla es un vehículo eléctrico, cuya piedra angular es una tecnología de baterías, apoyada, por supuesto, por sistemas inteligentes de gestión de baterías. Pero, fundamentalmente, es química. Tenemos que defender eso. Tenemos que defender las disciplinas tecnológicas que nos ayuden a avanzar hacia el futuro”.

 

¿Qué tiene de diferente la deep tech?

Para alcanzar los objetivos que acabamos de describir, las empresas de deep tech tienen necesidades y procesos empresariales diferentes a los de las empresas orientadas al cliente. Esta es la razón por la que la categoría se desarrolló dentro de la comunidad de capital riesgo en primer lugar: porque los inversores potenciales tienen que entender que las empresas de deep tech requieren mayores inversiones iniciales y un plazo más largo hasta que se puede esperar rentabilidad o un evento de salida como una oferta pública inicial (IPO) o una adquisición.

Algunas de las formas prácticas en que las empresas de deep tech se comportan de manera diferente son las siguientes:

  • Moverse deliberadamente y tratar las cosas con cuidado: Durante gran parte de principios del siglo XXI, las nuevas empresas tecnológicas siguieron el mantra de Facebook de "moverse rápido y romper cosas", en otras palabras, hacer muchos cambios pequeños e iterativos en su producto o plataforma para introducir nuevas características y avanzar en el estado de la técnica, incluso si eso significa que algunas cosas ocasionalmente van mal en el proceso. (En el mundo del software, esta filosofía encuentra su expresión en CI/CD y devops). En el camino, las empresas pueden descubrir que lo que pensaban que era su principal punto de venta era en realidad un negocio secundario y pivotar hacia otro servicio o estrategia. Esta actitud está tan arraigada en la cultura de las empresas tecnológicas que es fácil olvidar que históricamente no ha sido la norma. Además, cuando se trata de proyectos a largo plazo emprendidos por empresas de deep tech, no es una estrategia viable; las innovaciones que persiguen estas empresas no pueden lanzarse al mercado a medias, porque se enfrentan a mayores obstáculos normativos y a exigencias de seguridad más estrictas.
  • Es un proceso, no un producto: Por supuesto, cualquier persona con un ordenador puede crear software, e incluso la mayoría de los productos físicos pueden aprovechar las fábricas y cadenas de suministro existentes una vez que se ha desarrollado un prototipo. Pero por su naturaleza, muchos productos de deep tech requieren una inversión sustancial incluso después de la fase de investigación y desarrollo: pueden necesitar fábricas especializadas o cadenas de suministro completamente nuevas antes de que puedan fabricarse de forma rentable como producto comercializable.
  • Conectarse a un ecosistema más amplio: Los inversores ángeles o las sociedades de capital riesgo están interesados en última instancia en beneficiarse del éxito del lanzamiento de un producto como resultado de sus inversiones en deep tech. Pero debido a los largos plazos y a los riesgos de fracaso inherentes a este tipo de esfuerzos, las entidades con ánimo de lucro no pueden ser los únicos actores. Muchas innovaciones de deep tech surgen de universidades y laboratorios financiados por el gobierno; otras surgen de divisiones de grandes empresas de ingeniería, en las que los científicos tienen más libertad para llevar a cabo investigaciones interesantes que en una empresa. Este ecosistema es crucial para el éxito de la deep tech, pero también puede complicar el proceso de monetización de los resultados finales de la investigación: por ejemplo, las universidades pueden exigir la titularidad de las patentes.

 

Retos para la deep tech

Uno de los mayores retos a los que se enfrentan las startups de deep tech debería quedar claro por los puntos de la última sección. Tardan mucho tiempo en producir productos rentables. De hecho, debido a que las innovaciones que persiguen están tan por delante del estado actual de la técnica, es posible que nunca produzcan nada que pueda ponerse a la venta, y mucho menos obtener beneficios.

Cuando las empresas de deep tech llegan al punto de lanzar un producto, pueden encontrarse con que la organización interna que les llevó al éxito en I+D no es la adecuada para esta nueva fase. Se trata de un ámbito en el que los inversores con experiencia en otras empresas pueden aportar su pericia a la hora de reestructurar o incorporar un nuevo liderazgo que convierta un prototipo innovador en algo que pueda fabricarse en masa y ofrecerse a los clientes.

Lo que las empresas de deep tech no deben hacer es hacer promesas que no puedan cumplir o desdibujar la línea que separa la innovación, que debería ser su objetivo, de servicios más prosaicos. Quizá el mejor ejemplo de precaución en deep tech sea Theranos, la infame startup de tecnología sanitaria que afirmaba estar trabajando en análisis de sangre rápidos que solo requerían una gota de sangre para funcionar. Theranos salió al mercado con equipos de laboratorio fabricados a partir de piezas disponibles en el mercado, mientras que su investigación en deep tech se fue a pique, lo que en última instancia condujo a la quiebra de la empresa y a la cárcel a sus fundadores.

 

Empresas de deep tech

Para que te hagas una idea de cómo es el panorama actual de la deep tech, he aquí algunas empresas emergentes activas que se han ganado la etiqueta de deep tech según varios observadores:

  • LabGenius: Empresa biofarmacéutica que utiliza el aprendizaje automático para desarrollar terapias proteicas.
  • BotsAndUs: Desarrolla robots autónomos impulsados por inteligencia artificial que pueden proporcionar información sobre las operaciones de almacén.
  • Flexciton: Intenta agilizar el proceso de fabricación de chips.
  • Gourmey: Creación de carne sostenible cultivada en laboratorio.
  • Deep Vision: Análisis de vídeo en tiempo real y procesamiento del lenguaje natural con un chip diseñado a medida.
  • AgNext: Proporcionar evaluación de la calidad de los alimentos a través de una mezcla de IA, aprendizaje automático, dispositivos IoT y análisis de datos.

¿Está tu startup destinada a esta lista? ¿O estás interesado en invertir en la próxima gran deep tech? Esperemos que este artículo te haya dado una visión del panorama, para que puedas iniciar tu viaje.



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