Intel
Inversión
Chips
Unión Europea
Tecnología

Intel levantará una fábrica de chips en Polonia por valor de 4.600 millones de euros

La multinacional que capitanea Pat Gelsinger exhibe músculo en el Viejo Continente después de ver como Alemania despliega la alfombra roja para garantizar que sí se construye una nueva planta en Magdeburg. Así las cosas.

Intel

Europa aspira a alcanzar la soberanía e independencia tecnológica mediante el fortalecimiento del ecosistema de los semiconductores. Una estrategia que no ha dudado en comunicar a pecho descubierto. La fabricación se ha consolidado en este plan de acción como uno de los puntos prioritarios, por lo que los diversos responsables del bloque de los Veintisiete han emprendido su particular caza de inversores. En esta búsqueda activa, Intel se ha perfilado como una de las gallinas de los huevos de oro; y es que la compañía que capitanea Pat Gelsinger avanzó el pasado año una inversión de 33.000 millones de dólares para producir chips en el Viejo Continente.

Ahora, la multinacional estadounidense ha anunciado que va a levantar una nueva fábrica en Polonia por valor 4.600 millones de dólares. Tal y como han asegurado fuentes corporativas, el proyecto de construcción va a comenzar de manera inminente con el objetivo de poder abrir las puertas de esta nueva planta en 2027. La nueva infraestructura, han añadido, estará situada en la localidad de Breslavia y creará cerca de 2.000 empleos mediante el aumento de la capacidad de ensamblaje y testeo de chips en Europa. Sin embargo, por el momento, necesitan de la autorización de la Comisión Europea para dar el pistoletazo de salida a las obras.

La citada inversión, aseveran los de Santa Clara, “contribuirá a satisfacer la demanda crítica de ensamblaje y prueba de semiconductores que Intel anticipa para 2027″; además, promoverá “la creación de una cadena de valor completa que integre todos los procesos productivos” y sea más “resiliente”. El anuncio supone un espaldarazo a la política de Bruselas que, el pasado mes de abril, concluyó con el acuerdo de la Chips Act, un plan de política industrial con un presupuesto de 43.000 millones de euros para no depender de Asia o Estados Unidos en materia de semiconductores.

 

Apuesta por la Eurozona

La de Irlanda fue la primera fábrica de Intel en Europa. Después, llegó el anuncio de una nueva planta en Alemania, concretamente en Magdeburg, no sin discrepancias de por medio. Y es que recientemente el ministro alemán de Finanzas, Christian Lindner, descartaba conceder fondos extra a Intel  para construir su nueva fábrica de chips en el Este del país por valor de 17.000 millones de euros. Así lo aseguraba The Financial Times poniendo de relieve, además, que la compañía debía recibir 6.800 millones de ayudas para su planta en Magdeburd, pero que exigía que se aumentaran hasta los 10.000 millones alegando un incremento de los costes de energía y construcción. ““No hay más dinero disponible en el presupuesto”, dijo Lindner al citado medio entonces. Sin embargo, días más tarde, el país germano parecía recular extendiendo la alfombra roja al fabricante de semiconductores.

Tras asegurarse Alemania y Polonia, Intel exhibe músculo en territorio europeo. Mientras en las plantas de Irlanda y Alemania la compañía producirá obleas, que sirven de base para los microchips, la nueva planta polaca cortará esas obleas en chips individuales y los ensamblará y probará antes de enviárselos a los clientes. Por el momento, el gigante estadounidense no ha revelado qué ayuda financiera recibirá del Gobierno polaco, lo que sí han dicho es que la apuesta por el país reside en su ubicación estratégica, su competitividad en costes y su gran base de talento.

 

Acuerdo histórico en Israel

El fabricante de semiconductores amplía miras. De hecho, tal y como informa Reuters citando al primer ministro, Benjamin Netanyahu, los de Gelsinger abrirán una nueva fábrica en Israel por valor de más de 22.800 millones de euros. La planta, que supone la “mayor inversión extranjera”, se instalará en el centro de la nación, concretamente en Kiryat Gat. Así, tal y como han asegurado, se espera que esta nueva fábrica abra sus puertas en 2027 y emplee a miles de personas. Según el Ministerio de Finanzas, la compañía pagará por sus ingresos una tasa impositiva del 7,5%, frente al actual 5%. Además, Intel se ha comprometido a invertir alrededor de 500 millones de euros en compras cada año durante la próxima década. Esto se traduce en un gasto de 4.800 millones de euros durante los próximos diez años, principalmente a través de pequeños y medianos proveedores.



Contenido Patrocinado

Forma parte de nuestra comunidad

 

¿Te interesan nuestras conferencias?

 

 
Cobertura de nuestros encuentros
 
 
 
 
Lee aquí nuestra revista de canal

DealerWorld Digital